Primavera Sound 2023

Rosalía triunfa a trompicones en el Primavera Sound

La artista de Sant Esteve Sesrovires cierra los escenarios principales en la última jornada del festival

BarcelonaPodía haber sido un éxito aplastante, pero solo lo ha sido a trompicones, con problemas de ritmo y de volumen en un concierto de solo una hora de duración. Rosalía volvía a casa después de un año en el que el disco Motomami y los conciertos de la gira han merecido todo tipo de elogios, y lo hacía como cabeza de cartel y cerrando los escenarios principales del Primavera Sound, un festival donde ha actuado con cada uno de los tres álbumes que ha publicado. “Escucha, Barcelona, esto de hoy es fortísimo”, ha dicho después de interpretar los tres primeros temas: 'Saoko', 'Bizcochito' y 'La fama'. “Siempre venía al Primavera Sound, y recuerdo ver a Grace Jones y soñar ser una artista que algún día pudiera ser cabeza de cartel. "Gracias, Barcelona, por cumplir mi deseo”, ha añadido Rosalía, que se ha dirigido al público en catalán todo el rato, excepto un momento que lo ha hecho en inglés.

La sintonía con el público que llenaba buena parte de la plataforma marítima ha sido inmediata, y a 'La noche de anoche' Rosalía ha cedido el micrófono a las primeras filas para celebrar juntos el reggaeton más bailable. Todo presagiaba una gran noche, pero algo no ha acabado de rodar en esta evolución festivalera de la gira de Motomami. En la mitad posterior del recinto se oían sobre todo los graves salvajes que venían de la sesión de Pional en el escenario Pull & Bear. Esta circunstancia no era responsabilidad del artista de Sant Esteve Sesrovires, pero sí que lo era un volumen demasiado flojo para un espacio tan grande. El público incluso le ha pedido que lo subiera porque no se sentía el piano en Hentai, y Rosalía ha trasladado la petición al técnico de sonido.

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Aun así, el principal problema del concierto ha sido el ritmo y la falta de continuidad entre algunas canciones, lo cual hacía perder el hilo de atención que hace falta para mantenerse dentro del espectáculo, sobre todo a las dos de la madrugada y en un espacio rodeado de gente donde no todo el mundo era fan del artista o no tenía como prioridad estar pendiente de lo que proponía desde el escenario. Quizás por eso, a partir de la media hora de actuación, una parte del público ha empezado a desfilar buscando otros alicientes. No ayudaban las pausas entre tema y tema, ni la gestión de las expectativas de fiesta. Por ejemplo, después de una 'Despechá' con un alentador remix a todo trapo, Rosalía ha pronunciado un largo parlamento sobre las desventuras de la vida del artista. Igualmente, comprime demasiadas bombas bailables como 'Con altura' y emblemas del repertorio como 'Malamente', y da la sensación de que se despecha de ellas para quitárselas de encima. Además, no era ni la hora ni el lugar para colocar en el tramo final del concierto la versión de 'Héroe' de Enrique Iglesias, una interpretación muy sentida que requiere otro contexto para impactar, y todavía más cuando actúas después de una sesión de Calvin Harris, todo un maestro en la gestión de las masas a través del baile. Seguramente habría tenido más sentido cambiar el orden, y que Harris cerrara el escenario.

Ni Tokischa ni Rauw Alejandro

El show de Rosalía abruma visualmente, eso es indudable, y tiene una realización muy bienpensada para seguir la actuación a través de las pantallas verticales. Cada canción es un fragmento al servicio de un concepto visual global, y Rosalía es la protagonista principal y casi única, aparte del grupo de baile que la acompaña y la asiste. Es muy interesante el fundido a negro al final de cada canción, como si no fuera relevante lo que pasa en el escenario cuando la cámara no lo muestra. Están muy bien elegidos los planes cenitales en 'Candy' y el gran angular en 'Conaltura', y hay mucha intención en la mirada a cámara en el primer plano de 'Hentai'. Pero este conjunto está demasiado cerrado a cal y canto, y la virtud conduce a la maldición; prácticamente no hay ningún margen para salidas de guion que este sábado tenían más sentido que nunca. ¿Tanto costaba que en 'Linda' saliera a cantar Tokischa, que un par de horas antes había reventado el escenario del anfiteatro, o que en 'Vampiro' apareciera Rauw Alejandro? Son dos colaboraciones que habrían añadido un recuerdo extraordinario a la actuación.

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Triunfo a trompicones, pues, con momentos memorables como las interpretaciones de 'Candy', 'La combi Versace' y 'Despechá' y "las gracias de todo corazón" en Barcelona, pero con una dinámica de espectáculo demasiado irregular que no ha estado a la altura del talento que Rosalía ha demostrado tantas veces.