Música

Todo es más emocionante y más divertido con Maria Arnal y La Ludwig Band

El Mercado de Música Viva de Vic se llena de entusiasmo y un altísimo nivel artístico

Quim Carandell, Gabriel Bosch y Andreu Galofré, de La Ludwig Band, en la plaza Mayor de Vic.
21/10/2025
5 min

BarcelonaTres conciertos de La Ludwing Band. Tres. Un emotivo final de actuación de Maria Arnal, y con el público boquiabierto con las coreografías de las bailarinas de La Veronal. La sentida intimidad de Edna Bravo ante un retablo barroco. Un gentío viendo cómo Ouineta cantaba encaramada en un potro de gimnasio en la gran noche del pop queer en el Sucre. El escritor Tuli Márquez haciendo de rapsoda en un musical anarcosindicalista y gritando "la revolución será nuestra o no será, será de Gaza o no será". Biznaga descargando punk-rock impecable y feroz frente a la catedral. El romanticismo de Marco Mezquida y Lina. La profundidad poética del folk de la cantautora asturiana Lorena Álvarez... Y sobre todo una ciudad entregada a la música, dando sentido a la música, haciendo que la música sea importante para pensar, reír, bailar, maravillarse. Todo esto y mucho más forma parte de la 37 edición del Mercado de Música Viva de Vic que acabará este domingo con un concierto de Mishima.

Ouineta en el Sucre, en el Mercado de Música Viva de Vic 2025.
Edna Bravo en la iglesia de los Dolores, en el Mercado de Música Viva de Vic 2025.

Los nuevos directores del Mercat, Jordi Casadesús, Rubén Pujol y Joan Rial, empezaron la nueva etapa aprovechando la consistencia que había consolidado el equipo anterior comandado por Marc Lloret y Oriol Roca, especialmente en la parte profesional. A partir de ahí han propuesto algún cambio. El más exitoso de todos: abrir dos escenarios y otorgar la centralidad al eje formado por la plaza Mayor y la plaza de la Catedral. Fue en estos dos espacios en los que el viernes se vivieron tres conciertos espectaculares, cada uno con argumentos artísticos propios, pero todos con el mismo respeto por el público.

Maria Arnal interpretando 'Niqueta mevaa' en la plaza Mayor de Vic.

Maria Arnal tenía un reto más importante de lo que parecía. No era la primera vez que la artista badalonesa actuaba en el Mercado, pero sí la primera que lo hacía en la plaza Mayor; es decir, debiendo ganarse a un público muy heterogéneo entre el que los fans seguramente no eran la mayoría. Además, con la complicación añadida de dar un concierto dedicado exclusivamente a un disco, Ama, que no se ha publicado. Más o menos, hizo el mismo espectáculo que en el Sónar (y en otros tres conciertos desde junio), con cinco bailarinas y un despliegue vocal y coreográfico que nada tiene que ver con los códigos más habituales en la llamada música urbana. Y pronto tuvo la plaza hipnotizada, sobre todo las espectadoras más jóvenes, boquiabiertas ante el pop bailable de esta exploradora de sonoridades y emociones que persigue la belleza en todo lo que hace. El concierto confirmó la naturaleza de hit de canciones como Que me quitan y Esquinitas, y la potencia rábano de Tico toque. Cabe destacar también el sentimiento que puso en la canción de cuna Niña mía, una pieza que adquiría otra dimensión si se miraba la enorme bandera palestina que colgaba de la fachada de un edificio de la plaza. Pero lo impactante fue el bis, fuera del guión del espectáculo. "Quiero dedicar a Marc Lloret una canción que le gustaba mucho", dijo. Y cantó En la vida, de Ovidi Montllor, honrando la memoria del ex director del Mercado y fundador de Mishima muerte a principios de año. Por todo ello, uno de los conciertos más importantes de Maria Arnal.

Un dels concerts més importants de Maria Arnal, a la plaça Major de Vic, dins el Mercat de Música Viva. L’acaba dedicant ‘A la vida’ a Marc Lloret’.

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— Xavier Cervantes (@xaviercervantes.bsky.social) 19 de setembre del 2025, a les 22:35

Conquistar al público desde el primero riff fue lo que hizo Biznaga, uno de los mejores grupos de punk-rock del estado, una condición afianzada con el disco ¡Ahora! y canciones como El entusiasmo y Indignación política. En una plaza de la Catedral llena, y aprovechando la excelente sonorización del escenario, impulsaron un repertorio con precisión instrumental, una actitud escénica heredera de los Clash y conciencia de clase: en los primeros compases de la actuación pidieron un aplauso para todos los trabajadores del mercado. El próximo año muchos grupos tendrán que pelearse para conseguir que los programen en este escenario, o en el de la iglesia del Dolors, la otra novedad de esta edición. Es una iglesia con una acústica excelente para propuestas como la de la marisma Edna Bravo, una cantautora con una sensibilidad musical cercana a la Rita Payés; sin embargo, la sonoridad no es tan exitosa con propuestas electrónicas que piden volúmenes altos y que proyectan graves gruesos.

Biznaga en la plaza de la Catedral de Vic.

El triplete más estimulante

Animar al público y hacer que se sienta imprescindible en un concierto es la especialidad de La Ludwig Band. Después del memorable concierto en la plaza de los Mártires de 2022 y de la insurrección escénica en la Atlántida de 2023, ya tocaba plantar la bandera en la plaza Mayor. Sólidos como nunca, divertidos como siempre y atando saxo, guitarras y teclados con una naturalidad envidiable, desplegaron una decena de canciones, incluida Mejor con él, que publicaron en mayo y que el público ya identifica como una de las preferidas: en Vic la cantaron de pies a cabeza. Nada impidió la apoteosis, ni siquiera la ronquera provocada por el dolor de garganta que sufría el cantante Quim Carandell. Siguen siendo algo extraordinario, la restitución instantánea de la confianza en la música en directo.

Coses que passen durant el Mercat de Música de Vic: La Ludwig Band estrena una cançó, ‘Rapunzel’, en un bar a mitja tarda.

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— Xavier Cervantes (@xaviercervantes.bsky.social) 19 de setembre del 2025, a les 19:44

Decíamos al principio que La Ludwig Band había realizado tres conciertos. El primero fue por la tarde, en el Celler de Vic, un pequeño bar donde interpretaron dos canciones nuevas: Rapunzel, folk-pop de vuelta irresistible, y otra aún sin título que explica con humor y estupefacción la experiencia y las circunstancias de ir a un concierto de Mushkaa. El tercer concierto fue de madrugada: después de tocar en la plaza Mayor, los músicos fueron hacia el río para tocar en el Adoberies Fest, un off del Mercado que ha celebrado su décimo aniversario con grupos como Tarta Relena, Tiger Come Zebra y Extraño Weys. Son conciertos de contacto, con músicos y público a la misma altura, un contexto que La Ludwig Band vive con aún más entusiasmo.

Músicos como Joan Colomo y Guillem Caballero también comparten el espíritu salvaje y destartalado (pero bien organizado) de la Adoberies. Sin embargo, este año actuaban en el auditorio de la Atlántida. Integrados en el colectivo Les Solidàries, estrenaron Durruti, te quiero, un proyecto de musical sobre el líder anarcosindicalista con letras del escritor Tuli Márquez. Aún con engranajes dramatúrgicos que hay que pulir, y seguramente necesitada de más trabajo coral, este tipo de ópera-pop tiene cosas muy estimulantes, como el juego de trombón, trompeta y bajo que eleva el anarquismo del corazón como lo hacían Billy Bragg, Beautiful South y los Redskins con el socialismo, la buena lectura Afíliate que son mejores cuando la poética utópica no se agarra tanto al detalle biográfico. Larga vida a proyectos que se salen de la rueda convencional.

Guillem Caballero, en el espectáculo 'Durruti, te quiero', en el Mercado de Música Viva de Vic 2015.
1.257 profesionales acreditados

La 37ª edición del Mercado de Música Viva de Vic ha tenido 1.257 profesionales acreditados, una de las cifras más altas de la historia de la feria: el 72% de Cataluña, el 18% de España y el 10% de países como Francia, Italia, Portugal, Alemania, Andorra, Argentina, Colombia, Ecuador México, Marruecos, Paraguay, Reino Unido, Turquía, Estados Unidos y China. En esta parte profesional, ha sido un acierto consolidar la Jazz Cava para el jazz y la electrónica. En cambio, todavía es necesario solucionar el escenario de la carpa en el exterior de la Atlántida. La nueva dirección la ha abierto y ha integrado las barras de bebidas y comida para hacerla más accesible, pero sigue siendo muy incómoda para los músicos cuando el público está más pendiente del mam, la teca y la charla que del escenario.

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