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Recordatorio

Todo el mundo te quería, Marc Lloret

Familiares, amigos y compañeros de profesión despiden al teclista del grupo Mishima en el Tanatorio de Collserola

El recordatorio del músico Marc Lloret (1973-2025).
05/02/2025
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BarcelonaDe Marc Lloret, fallecido el domingo a los 51 años a causa del cáncer, el público de Mishima coreaba los arreglos melódicos de canciones como El olor de la noche, siempre elegantes y precisos, como él. Para sus compañeros de grupo era "un referente, el palo de pajar, el hermano mayor, el hombre que se hacía cargo de las cosas", como ha dicho David Carabén en un discurso emocionante e impecable para recordar al mejor amigo. Qué sensibilidad tan elocuente. Como la de Maria Permanyer, la compañera de los últimos años, amor intensísimo descabezado por una diagnosis terrible: cáncer de pulmón con metástasis en los huesos. "Nos hemos amado como adolescentes", ha exclamado antes de decir: "Que allá donde estés haya paz y buena música". La paz y la buena música que transmitía siempre él.

Para la familia, por supuesto, su muerte deja un vacío tan hondo como profundo es el cariño con que todo el mundo le ha recordado en el Tanatorio de Collserola este miércoles. "Todo el mundo te quiere, Marc!", ha gritado con la voz dolorida su padre, después de leer versos de Miquel Martí i Pol ("Hablamos de ti, pero no con pena...") y Gabriel García Márquez ("Si supiera que ésta fuese la última vez que te veo salir por esa puerta...").

Los periodistas que le tratamos en el Mercado de Música Viva de Vic y antes en el popArb agradeceremos siempre la confianza y franqueza, la manera en que convertía en íntima y agradable la conversación más prosaica, y el gesto, elegante y discreto, con que te hacía saber que estaba pendiente de nuestras necesidades, pero no de los padres. escuchabas incluso la más desinformada de las opiniones.

En el tanatorio, en una ceremonia laica, pero bien espiritual, los compañeros de trabajo proclaman la fortuna de haber podido trabajar con alguien tan riguroso y generoso, y bromean, porque en el duelo también está la sonrisa de Música Viva de Vic, ha ganado la elegía con buen humor: "De todas las virtudes de Marc, destacaría el nefasto sentido de la orientación, y que viste pantalón largo y botines en pleno mes de julio". Las risas han abierto una brecha de luz en el lamento que empapaba una sala llena hasta los topes, sin ningún adorno salvo unas flores, un piano y la imagen de Marc Lloret mirando desde una pantalla.

Estaba la familia, padres y hermanos; la primera mujer, Mar, con sus hijos, Guillem y Violeta (autores de los dibujos del recordatorio), y la última, Maria; faltaba la segunda, Clara, muerta de cáncer hace unos años. Estaban los compañeros de Mishima (Dani Vega, Xavi Caparrós, Alfons Serra, David Carabén y el mánager, Gerardo Sanz), del popArb (Anna Cerdà) y del Mercado de Música Viva (Oriol Roca y Maria Lladó). También estaban músicos como Marina Rossell, Roger Mas, Helena Miquel, Joan Dausà, Artur Estrada, Dimas Rodríguez, los cuatro de Manel y los dos de Za!, entre otros. También estaba Lucia Fumero, que ha cantado Del amor (de ella misma y Nico Roig), y Marco Mezquida, que ha cerrado la ceremonia en el piano. No ha faltado el director del festival Cruïlla, Jordi Herreruela; el de la (a)phónica de Banyoles, Francesc Viladiu; y el del Auditori de Girona, David Ibáñez. También ha habido la presencia de la consejera de Cultura, Sònia Hernández Almodóvar, y periodistas como Andreu Gomila (que ha leído un poema deY si hablamos de amor, amigo), Arnau Maymó, Luis Hidalgo, Olga Ábalos, Marta Salicrú, Roger Roca, Albert Puig, Jordi Turtós, Joan Pons, Neus Masferrer...

Había, por tanto, todo un capítulo de la música catalana, el que el propio Marc Lloret abrió con Mishima y el popArb. "Marc se hizo cargo de la naciente escena musical catalana en el popArb", ha dicho Carabén, al igual que se había hecho cargo de tantas otras cosas, como comprar la primera furgoneta de Mishima, poner su nombre en el contrato de alquiler del local de ensayo, entender que Gerardo Sanz debía ser el mánager, avalar el trabajo de nos conocimos sincronizamos nuestros sueños", recuerda el cantante de Mishima. En palabras de Carabén que todo el mundo ha hecho suyas, Marc Lloret era "autoridad y ternura", "amable y solemne", quizá por la herencia familiar luterana, pero también "risueño y mucho de la broma", "sensible y elegante"... "Elegante y serio", insiste Maria Permanyer.

"En situaciones como ésta, llamaría a Marc para pedirle qué debo decir", admitió Dani Vega antes de la despedida final, confirmando el papel de pajar que ha ejercido para tanta gente y en tantos ámbitos diferentes. Y entonces ha sonado una canción de Felicidad Blanch, el primer grupo de Marc Lloret, mientras se invitaba a los asistentes a brindar con vino tinto al grito de "Siete toda la vida!", como la canción de Mishima. El tintineo ha sido sin estridencias: delicada y serena, sentida y sensible. Como él. Orden y sensibilidad, Marco. Qué persona tan excepcional.

Marc Lloret (1973-2025).
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