Noche de revuelta artística con Clara Peya y La Ludwig Band

VicAlud de momentos memorables en el Mercat de Música Viva de Vic. Ha habido revuelta artística, reparación, catarsis y euforia con Paula Valls, Clara Peya y La Ludwig Band, y la alegría pegadiza de la big band The Gramophone Allstars. Ha habido también canciones recién estrenadas que ya huelen a cima artística, interesantes diseños escénicos, una sonorización ejemplar en el Teatre L'Atlàntida y la magia que solo se produce cuando el artista convierte a los espectadores en protagonistas activos.

"Un concierto no es algo unidireccional, que nosotros os vomitamos en la cara y vosotros no os hacéis responsables de nada", gritó Quim Carandell, el cantante de La Ludwig Band, reclamando aún más participación a un público que el viernes a medianoche pudo experimentar la sensación de estar viviendo un momento irrepetible cuando los músicos acabaron tocando en la platea, con Carandell primero tumbado entre dos asientos y después trepando por las butacas para volver al escenario. Cabe decir que los desafíos escénicos quedarían en nada sin la música, sin la interpretación de las canciones, tanto las de discos anteriores como El fill del rei como las que forman parte del álbum Gràcies por venir, que se publicará el 20 de octubre. De las nuevas, algunas de las cuales ya estrenaron en junio en festival (A)phónica de Banyoles (y después en el Tingladu de Vilanova y la Geltrú y en el Festival Grec de Barcelona), destaca la huella springsteeniana, como los juegos de saxo y teclado de Manela, no vull currar per vostè, el empuje tan Born to run de Contraban y la condición de himno de El meu amor se n'ha anat de vacances. Si antes La Ludwig Band era Pau Riba y Sisa haciendo reír a Bob Dylan, ahora ha añadido el romanticismo de carretera secundaria de Bruce Springsteen y una mala leche muy refrescante.

Las voces de Carmen Aciar y Aina Zanoguera

Antes de la euforia de La Ludwig Band llegó la catarsis de Clara Peya. La pianista de Palafrugell regaló 45 minutos de belleza y violencia, apenas una muestra del disco Corsé: un álbum, dijo, que "habla de la violencia de la perfección". Oda a la imperfección, por tanto, desplegada en directo con más potencia rítmica y con las cantantes Carmen Aciar y Aina Zanoguera asumiendo las voces que en el disco hacen artistas como Sílvia Pérez Cruz, Momi Maiga, Ferran Palau y Albert Pla, entre otros. Impresionante de principio a final, a pesar de ser un primer concierto ("una prepresentación", según Peya) vale la pena destacar algunos momentos. El primero, la transición de un delicado pianísimo hacia un estrepitoso momento electrónico entre El tall y Vientre seco. Otro, la interpretación de la mallorquina Aina Zanoguera en El tall, una de las canciones del año por muchas razones pero sobre todo por lo que dice y no dice el verso final: "¿Qui fregarà la meva sang?" Un tercer momento, Maldita la imagen y la salvaje forma de cantar de la argentina Carmen Aciar, cuya rabia y desesperación solo se encuentran juntas en el bolero mexicano. Todo ello, demostrando el acierto de Peya a la hora de elegir a dos cantantes que transmiten las emociones políticas de la pianista desde muy adentro y con un talento que roza, sí, la perfección.

Como Clara Peya, The Gramophone Allstars también han hecho un disco, Call your friends, con muchas colaboraciones que no siempre podrán participar en los conciertos. A cambio, en directo cuentan siempre con las hermanas Kathy y Yolanda Sey (y en Vic con Tonia Richii como invitada especial a la versión de Brown baby, de Billy Paul), voces ideales para un repertorio cada vez más libre y menos ajustado a un estilo o estética concreta, tal y como demostraron el viernes en el Mercado de Música Viva. La big band de dieciséis músicos dirigida por Genís Bou sigue removiendo soul y ska, pero también hay sutiles detalles latinos como las flautas de Sorry I'm always late e interesantes arreglos del saxofonista Lluc Casares. Y se atreven con Could you be loved de Bob Marley, versionada de forma que liga con el espíritu bailable que supieron transmitir al público cuando tocaron clásicos de discos anteriores como Funky Kingston y I don't know.

Otro de los estrenos significativos de este Mercat de Música Viva ha sido el regreso a los escenarios de Paula Valls. Lo ha hecho para presentar Començar de nou. "Estas canciones son el viaje de mi recuperación", informó la cantante de Osona. Una enfermedad que ella llama Filomena, y que ha aprendido a domar, es el eje del disco y de una interpretación y una puesta en escena que huye de rasguños y excesos dramáticos, pero que comunica perfectamente el proceso vital de Valls. Esto se traduce en un estilo más rock, incluso en las baladas, y menos soul que en aventuras anteriores. Y en todo momento con el apoyo impecable del bajista Miquel Sospedra, la batería Abril Sauri y el guitarrista Guillem Callejón. Buena carta de presentación de un proyecto cuya dimensión se podrá entender completamente cuando se publique el disco a finales de octubre y comience la gira.