Manel Vidal: "Salt es más de verdad, menos provinciano que Girona"
Humorista
BarcelonaHasta los 20 años, Manel Vidal Boix (1989) creció y vivió en el casco antiguo de Salt con su familia, cerca de la plaza de las Llúdrigues, junto a las huertas y la acequia Monar. Ahora, el humorista está completamente afincado en Barcelona, donde ha consolidado su carrera profesional, se ha hecho famoso como voz autorizada de La Sotana, escribe guiones en La Competencia de RAC1 y hace monólogos con El Sótano. Sin embargo, a pesar de la distancia física y temporal con el pueblo natal, su vínculo con Salt es honesto y se mantiene consistente, como una especie de poso lejano pero latente, sin el cual no se explica su trayectoria. Desde el día a día de la capital catalana, Vidal recuerda y define los puntos más identificativos de su pequeño mundo.
Un equilibrio social admirable
El humorista reconoce que habitualmente no suele realizar el viaje de regreso a Salt para visitar a su familia o reencontrarse con amigos del instituto. Ahora bien, a pesar de la intermitencia, nunca esconde el nombre de su pueblo natal, sino todo lo contrario, es un rasgo que repite y remarca con tono de broma, pero también con orgullo sincero. "Es cierto que no voy mucho, pero reivindico que soy de Salt porque así lo siento de verdad, no es para construir un personaje de comedia, ya que creo que es un pueblo que tiene muchas cosas reivindicables", afirma. Vidal nació antes de la llegada masiva de inmigración que ahora puebla la mayoría de los barrios del municipio, y, durante su adolescencia, vivió de primera mano el inicio de los cambios demográficos que reconfiguraron las calles de Salt. "A raíz de estas oleadas fuertes de inmigración y el aumento de la densidad de la población, en Salt, que además es un pueblo sin industria, se han producido las tensiones propias de una situación como ésta, sin embargo, gracias a el trabajo invisible del tejido asociativo fuera de las administraciones, el equilibrio social nunca se ha roto", remarca. Y concluye: "Es mérito tanto de la gente que ya estaba allí como de la que ha venido".
Salto capital, Gerona sucursal
Cuando Vidal reivindica su origen saltenco lo hace para elogiar a su pueblo, pero, también, para lanzar un dardo envenenado en Girona. En sus chistes en La Competencia y La Sotana, sobre todo ahora que el Girona FC va como un trueno, a menudo se burla del talante típicamente burgués y cerrado de los gerundenses de pura cepa. "Con mi primo siempre hablábamos de los girofinos, que todo el mundo entiende quiénes son, estas familias con abuelos de los Manaies y un carácter carcomido y escluso", describe. Y continúa: "Hago bromas sobre los gerundenses reprimidos que no se sueltan y no celebran los éxitos del fútbol, la gente lo entiende y conecta fácilmente". La rivalidad de Salt con Girona —y no la de Girona con Salt, que es prácticamente inexistente— es un material muy jugoso que interesa a Vidal: "Siempre he pensado que las cosas de Salt son más de verdad, menos provincianas que Girona, aunque debería parecer lo contrario", argumenta. concluye: "Las rivalidades unidireccionales del pequeño hacia el gordo son mis preferidas, como la de Salt contra Girona, o la Santa Coloma de Gramenet con Barcelona".
Hacer humor fuera de Barcelona
Para Manel Vidal, la capital catalana representa el núcleo de contactos y oportunidades necesarias que le han dado a conocer como humorista, mientras que Salt es una especie de condición natural que determina su forma de ser y hace de contrapunto al centralismo de la ciudad. "Soy consciente de que si te dedicas a la comunicación y estás fuera de Barcelona es mucho más difícil triunfar, pero, por ejemplo, desde La Sotana, aunque grabamos en la ciudad, intentamos rehuir la mirada barcelonesa y tenemos público de todas partes de Cataluña", defiende. "Cuando actúo en Girona, Olesa o Tàrrega me gusta incorporar algún chiste con mirada local, pero también creo que no es necesario cambiar el humor porque hay temas que interpelan a todo el mundo, no me gusta la idea de que en Barcelona se vive en una década más avanzada que en los pueblos", añade. Y termina: "Vivo Barcelona como una especie de monstruo de homogeneización de las particularidades de cada uno que, por ejemplo, me ha hecho perder el acento del lugar en el que me he criado".
Clases en el plan de los Zocos y veranos en l'Estartit
El padre del humorista es saltense de toda la vida, de Can Massana, y la madre vino al pueblo de joven para trabajar en las fábricas textiles. Vidal cursó primaria en las Dominicas (ahora FEDAC Salt), la secundaria en Girona y, con 18 años, se matriculó en filosofía en la universidad gerundense. La experiencia académica no fue bien y, antes de la treintena, emprendió un periplo vital y profesional por Barcelona y Alemania, antes de encaminar definitivamente su carrera hacia el mundo de la comedia. De sus años en Salt, Vidal conserva muchos recuerdos, con sus abuelos, sus padres, su hermana y sus amigos: "Un lugar de referencia es el plan de los Zocos, donde iba a menudo a pie o en bici y la profesora de primaria nos llevaba a dar clase al aire libre", recuerda. También los vermuts en Can Marquès los fines de semana o, de mayor, las fiestas en La Mirona. El Baix Empordà también es un punto importante de las comarcas gerundenses para Vidal. "Un amigo mío dice que estamos de donde pasamos la adolescencia, así que también soy de Torroella y Estartit, porque mis padres alquilaban un apartamento, donde he pasado muchos veranos y fines de semana", afirma.