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El secretismo de Puigdemont y la soledad de Cerdán: contracrónica de las eternas negociaciones en Bruselas

Los negociadores esperaban cerrar el acuerdo en pocas horas y viajaron con pequeñas maletas y sin muchas mudas

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Antolín con el chándal del Udinese y Cerdán

BruselasEl domingo por la noche parecía que el acuerdo entre el PSOE y Junts estaba casi cerrado y que a lo sumo se sellaría el lunes. Con estas previsiones, la plana mayor de Junts y el equipo negociador socialista viajaron hasta Bruselas pensándose que sería un sube-baja. Sin embargo, en ningún caso calculaban que a estas alturas las negociaciones continuarían atascadas y que se quedarían atrapados entre el frío y la lluvia de la capital comunitaria, con pocas (o una) mudas y sin los utensilios elementales para pasar muchos días fuera de casa.

De hecho, ya se está convirtiendo en rutina de que el director de comunicación del PSOE, Ion Antolín, baje hacia las once y media de la mañana en la recepción del Hotel Sofitel para alargar la reserva una noche más. "A ver si todavía tienen la habitación libre", bromea a los periodistas que hacen guardia en la sala de estar. Además, Antolín suele hacerlo vestido con la misma sudadera del club de fútbol italiano Udinese. También es verdad que, por supuesto, de un hotel de esta categoría –la noche vale más de 200 euros– se espera que tenga servicio de tintorería para los huéspedes. "Colecciono equipaciones de fútbol y de Fórmula 1, y me lo he llevado porque es cómoda", ha explicado al ARA.

El director de comunicación del PSOE a veces también va acompañado del enviado especial del PSOE a negociar con Carles Puigdemont, el navarro Santos Cerdán. Aunque está a pocos metros del Parlamento Europeo, no ha trascendido que se haya reunido con el expresidente presencialmente desde el lunes de la semana pasada y negocian telemáticamente. Sólo sale de vez en cuando a dar una vuelta y esparcirse un poco, ya comer o cenar. "Vamos a tomar algo, que llevo todo el día aquí cerrado", decía Cerdán esta noche a los periodistas que quedaban. Finalmente, una manifestación contra la potencial ley de amnistía en la entrada del hotel justo cuando se disponía a salir le ha estropeado los planes y ha tenido que volver a entrar.

Cuando Cerdán aparece por la sala de estar del hotel, los periodistas se despiertan de repente de su amodorramiento y corren a grabarlo y preguntarle sobre las negociaciones con Junts. Ante el alborotamiento que supone la aparición del socialista navarro, los trabajadores del hotel incluso han ofrecido al jefe de comunicación del PSOE "desalojar" la sala de estar de prensa. Antolín lo ha denegado. "No os echaremos, con el frío que hace", ha dicho. A cambio, ha pedido que dejen de perseguir constantemente con cámaras a Cerdán, que lleva días encerrado en el Sofitel, para que pueda pasear más o menos tranquilo por el hotel sin ser grabado para todos los telediarios.

Para sorpresa de la resto de huéspedes y los trabajadores del hotel, no genera la misma expectación toda la corrua de dirigentes mundialmente conocidos que han pasado estos días por el edificio. Tampoco el ex primer ministro italiano Mario Draghi ni la propia presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, que ha dedicado un amable "Bonjour" en la prensa, atónita de encontrarse una decena de periodistas haciendo guardia que, efectivamente, esperaban Cerdán y no a ella.

En este mismo hotel, que se encuentra en medio de las instituciones europeas, es donde se alojan y se han alojado dirigentes como Pedro Sánchez o, entre otros muchos, Angela Merkel, también es recordado por ser el edificio donde en el marco del Qatargate fue detenido el padre de la eurodiputada Eva Kaili con una maleta llena de billetes.

Por otra parte, es casualidad que este escenario coincida en gran parte con la trama del libro que publicó Antolín en 2019, titulado Nitas de poder (Círculo Rojo). "La política es un juego maquiavélico que a veces corona y destrona a los líderes en el campo de batalla de las habitaciones de un hotel", dice el resumen de la novela del jefe de comunicación del PSOE. En la misma línea, asegura que "las largas horas encerrados" en un hotel "sacan lo mejor y lo peor de todos los implicados, obcecados por conseguir la candidatura del presidente del gobierno". Además, destaca que "pese a ser un relato de ficción", Antolín "quiso ser fiel a sus propias experiencias".

"Voy a comprarme un desodorante"

Al otro lado, el alargamiento de las negociaciones también les ha enganchado a contrapié. Los miembros de la ejecutiva permanente de Junts que se han quedado en Bruselas, Laura Borràs, Jordi Turull y Míriam Nogueras, además de Carles Puigdemont y Toni Comín, no han hecho ningún comentario a los periodistas que se han desplazado hasta el Parlamento Europeo, donde los junteros se han reunido este miércoles. La única frase que ha soltado Turull ha sido para confirmar que las negociaciones les están haciendo sudar de lo lindo. "Voy a comprarme un desodorante", ha dicho el secretario general de Junts, a quien también se ha visto comprar pasta de dientes en una tienda de dentro de la Eurocámara.

Algunos miembros del equipo de los junteros también han bromeado por el hecho de que se hayan visto obligados a ir de tiendas y comprar mudas nuevas. "Ya lo ves cómo vamos todos, como un tupí", ha contestado uno delante de las risas de los periodistas. Poco antes de ese momento, por cierto, ha aparecido la eurodiputada Clara Ponsatí, que se mantiene totalmente al margen de la actividad de Junts y de las negociaciones. Hasta el punto de que se ha sorprendido de todo el algarabía que había alrededor de su despacho, que está junto al de Puigdemont y Comín. "Uy, ¡qué follón!", exclamó la exconsejera.

Tras el almuerzo, los eurodiputados asistieron al pleno de la Eurocámara que comenzaba a las 15 horas entre carreras de periodistas y flashes, y el resto de junteros se han acometido. puesto en los asientos reservados para los espectadores. Ahora bien, la atención mediática no se la llevó Puigdemont, sino que se concentró en Cate Blanchett, que compareció en la cámara como embajadora de Naciones Unidas. Hacía tiempo que un pleno del Parlamento Europeo no despertaba tanto interés e incluso Borràs y Nogueras han aprovechado para grabar y tomar fotos a la actriz australiana como buenas fans.

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