El verano con más noches tórridas y aún mucho calor por pasar
Las temperaturas que dificultan dormir son cada vez más frecuentes y han dado un salto en los últimos dos veranos
BarcelonaÉste está siendo un verano un poco difícil de catalogar. Ha habido días de calor extremo como no lo había antes, pero apenas estamos inmersos ahora en el primer período largo de calor fuerte, y la intermitencia de las altas temperaturas, sobre todo viniendo del larguísimo y durísimo verano del 2022, hace que parezca que quizás no ha habido para tanto. Sin embargo, los datos no engañan, y algunos indicadores apuntan a que dormir es cada vez más complicado en algunas zonas del país y que en los últimos dos años ha habido un salto notorio.
A estas alturas este ya es el verano con más noches tórridas en Cataluña como mínimo desde 2009, y probablemente también en décadas anteriores, quizás con la excepción del año 2003. Según cálculos del ARA realizados en partir de datos de casi 150 estaciones del Meteocat, el 2023 ya es en estos momentos el año reciente con más temperaturas mínimas de más de 25 grados (lo que se llama noche tórrida): a 21 de agosto ya ha habido más que el año pasado y mucho más que en otros veranos muy calurosos, como el del 2018 y el del 2015.
Los datos abiertos del Meteocat no van más atrás del 2009. Es verdad que el 2003 fue un año muy caluroso y que algunos récords de ese año no se han repetido ni de lejos: en el Observatorio Fabra del Tibidabo en el 2003 hubo 11 noches tórridas y este año apenas ha habido dos. Pero, en cambio, observatorios también con muchos años de datos como los del aeropuerto de El Prat o el Observatorio del Ebro han registrado más noches tórridas este año que entonces. Quizás en el 2003 costó más dormir que este año, pero es difícil que haya otro precedente que se acerque a él en décadas anteriores.
La mayoría de estas temperaturas mínimas de más de 25 grados de este año se han dado en el centro de Barcelona, en el observatorio del Museo de Badalona o en estaciones de las Terres de l'Ebre como el pantano de Ribarroja o los Alfacs, pero la mancha de aceite se está extendiendo. Este verano, 37 observatorios de los analizados han registrado al menos una noche tórrida, un dato que tiene una tendencia clara a crecer en los últimos años.
En el centro de Barcelona se ha estado a punto de batir este año otro récord difícil de tragar: la racha de noches tórridas consecutivas. El 10 de agosto la mínima fue de 25 grados exactos, y desde entonces casi todos los días ha habido mínimas de 25 grados, especialmente ayer, en los que llegó a ser de 27,8. Se da la circunstancia de que el 18 de agosto la mínima cayó a 24,8 °C, pero puede decirse que en el Raval de Barcelona virtualmente se habrán encadenado quince días sin bajar de 25 grados, algo inédito y una situación realmente difícil de soportar si no se tiene aire acondicionado.
Las noches tórridas todavía son relativamente pocas en general y, por tanto, la muestra es pequeña, pero ¿qué pasa si bajamos el umbral a 23 grados? El resultado es el mismo, las noches de mal dormir de este año superan a las del año pasado ya en estos momentos, y en los últimos dos años ha habido un salto notorio. Hay que recordar que todavía estamos en medio de una ola de calor y que los datos al final de la semana serán aún más altos.
Aún mucho calor por pasar
El Meteocat tiene activos avisos por calor nocturno en la costa y el prelitoral para martes y miércoles, y entre Garraf y Maresme el peligro se considera alto. Este lunes la temperatura mínima ha sido de 27,9 °C en el Observatorio Fabra del Tibidabo, un dato que supone el mínimo más alto de los últimos 100 años en el Tibidabo. El único dato más alto registrado en este punto son los 28,6 °C del 8 de agosto de 1923.
En Portbou la madrugada del lunes la temperatura no ha bajado ni de 30 grados, pero la mínima del día ha acabado retrocediendo algunas décimas por debajo de este umbral.
La previsión apunta a un escenario de calor todavía muy fuerte hasta el viernes, momento en el que la temperatura empezará a bajar. Las temperaturas de la noche del martes aún podrían ser más altas que las de los últimos días. tan sólo tropicales en ninguna parte, tampoco en Barcelona, pero todavía hay incertidumbre en el pronóstico. Tampoco está claro todavía hasta qué punto las tormentas acompañarán el cambio de temperatura del sábado y el domingo.