En noviembre de este 2025 cumplirá 50 años de la muerte de Franco y el gobierno más progresista de la historia ha decidido utilizar el medio siglo para que el PP se retrate, convocando actos que empezarán la próxima semana. Al fin y al cabo, el PP fue fundado como Alianza Popular por 6 ministros de Franco, entre otros prohombres del régimen.
50 años del final de una dictadura deberían servir para mucho más que para señalar la viga en el ojo ajeno y ponerse fácilmente en la esquina correcta de la historia. Democracia no es sólo ausencia de dictadura, sino una cultura política de respeto en la que hemos sido poco o nada entrenados. Basta con ver cómo funciona la división de poderes en España. En Alemania se desnazificaron porque Hitler perdió la guerra. Pero Franco ganó la Guerra Civil, la historia la escriben los ganadores, y encima le fueron a saludar personalmente en Madrid hasta tres presidentes de Estados Unidos (Eisenhower en 1959, Nixon en 1970 y Ford en 1974). No es sólo que no tocaran un pelo a los jueces y policías de la dictadura, sino que la desfranquistización nunca ha formado parte de un plan de estudios escolar. Con la excusa de la concordia no se limpió, y España vivirá el 20-N de este año entre la indiferencia de la mayoría y la provocación de unos pocos.
En las fotos de este aniversario aparecerá un incómodo ilustre, el rey Felipe de Borbón. No sólo está retratado dando la mano a Franco, sino que debe el trabajo a la decisión del dictador de hacer heredero a su padre Juan Carlos con el título de rey. En el acto de aceptación ante Les Corts, en 1969, Juan Carlos expresó "en primer lugar, que recibo de Su Excelencia la legitimidad política surgida el 18 de julio de 1936". Revisar el franquismo no es posible sin revisar la monarquía y eso no solo no quiere el PP, sino que al PSOE ya le está bien.