Abro debate, sobre los hombres, con la querida Anna Manso
Leo en el AHORA un artículo de la querida Anna Manso, donde, a propósito de la guerra entre Israel y Palestina, dice: “Lo que sí tengo claro es el motivo que ha llevado a Rosa a escribirme. Ella ve lo mismo que yo: señores en guerra. Hombres, no mujeres. Hombres en guerra y hombres y mujeres de todas las edades sufriendo sus consecuencias”.
Decir que son “los hombres” (como género) los que hacen la guerra, me parece injusto, y no sólo por generalista. En cualquier caso, son los hombres los que van a la guerra obligados. He visto estos días el fascinante documental de la II Guerra Mundial con imágenes coloreadas. El “Día D”, ves a los soldados hombres, aterrorizados, saltando de los barcos y sabiendo que –así lo explica un superviviente– muy pocos verán salir el sol al día siguiente.
La mayoría de dirigentes del mundo, en estos momentos, son hombres. Pero no podemos afirmar que si manásemos las mujeres no habría guerras, ni que una dirigente mujer no habría ordenado, igualmente, el desembarco de Normandía, para derrotar a los nazis (también comandados por un hombre). En la historia del mundo, las mujeres también atacaron. La emperatriz de Palmira o la reina Boudica. Margarita de Anjou o Margaret Thatcher. No comprendo la violencia, excepto si es en defensa propia, y por eso, de todas las que miento, me gusta la Boudica, que se subleva contra el machismo hacia las hijas. Cuando analizo el comportamiento de Vladimir Putin no pienso que actúa en tanto que hombre, porque cuando analizo el comportamiento de la nazi Ilse Koch, que se hacía luces con las pieles tatuadas de los prisioneros, no pienso que actuaba en tanto que mujer. Diría que es el poder el que puede hacernos crueles sin distinción de género.