Poco a poco, vamos viendo los efectos de la nueva normativa que, a través de las zonas tensionadas, que contienen a la inmensa mayoría de viviendas, ha puesto límite a los precios de alquiler.
Estamos viendo que el aumento del precio de alquiler, siendo aun inasumible para muchas personas, se ha reducido en un -0,9%, marcando una diferencia con el resto de España. En las zonas no tensionadas de Catalunya, los alquileres han subido de precio un 6,1%. En ambos casos, comparamos el tercer trimestre de 2024 con el del 2023.
Conclusión primera: poner límite a los precios ha hecho que los precios dejen de subir. Amén.
A priori, esto aparenta ser una buena noticia. Pero en economía hay que analizar los datos en un contexto amplio. ¿Qué está sucediendo en el mercado? Muy sencillo, pues que los propietarios a quienes no le sale a cuenta alquilar a dichos precios, han retirado sus inmuebles del mercado de alquiler. Así, los datos proveídos por la Agència de l’Habitatge de Catalunya indican que en las zonas tensionadas la totalidad de contratos firmados se ha desplomado un -15,6% en comparativa anual.
Se cumple así una de las previsiones que hacíamos muchos economistas: una carencia de pisos en alquiler. el precio es el síntoma de un problema, pero no es la causa del problema. Igual que la fiebre es síntoma de una enfermedad bacteriana, si solo tratamos la fiebre con antitérmicos, el paciente se encuentra temporalmente algo mejor, pero, a la larga, empeorará porque no estamos combatiendo con antibióticos a la bacteria. ¿De qué me sirve un alquiler más barato si no encuentro piso para alquilar?
Y esto es lo que está pasando. Se va a dar, y cada vez más, la paradoja de que veremos un alquiler abaratarse, pero que la gente no encontrará piso. Y entonces las manifestaciones ya no serán porque los alquileres son caros, sino porque no hay sitios donde vivir. Empezarán entonces las regulaciones a base de multas al propietario que tenga un piso vacío y no lo alquile, ya lo verán. Pero, de nuevo, se estará tratando de resolver el problema con la medicina equivocada, y el propietario se buscará otra salida. Cualquiera, menos perder dinero o no recibir una renta que le compense la tenencia del inmueble.
La solución es bien simple. Faltan cientos de miles de viviendas de protección oficial, social o destinada a colectivos sin posibilidades. El propietario no es el culpable de la mala gestión del suelo, de las licencias y de la falta de oferta.
