El análisis de Antoni Bassas: 'El anuncio del inicio de curso, propaganda mal hecha'

No puedo evitar empezar el análisis con aquello de “dos titulares juntos se entienden mejor”. La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon plantea un “referéndum consultivo” sobre la independencia. Se celebraría el 19 de octubre del 2023.

“Aragonès y Puigneró acuerdan no volver a tirarse los trastos a la cabeza en público”. Y se comprometen a hacer que haya el máximo traspaso de información.

Y con esta bonita comparativa de titulares podríamos dar por acabado nuestro análisis de hoy. Pero no. Es verdad que Escocia tiene dos ventajas sobre Catalunya en materia de referéndum de independencia. Una, que está en el Reino Unido y que Sturgeon sabe que el ministro de la policía de Londres no fabricará pruebas falsas contra ella, ni será objeto de la guerra sucia del estado, en general. Dos, que Escocia votó por quedarse en la Unión Europea, pero como en todo el Reino Unido ganó el Brexit, ahora los escoceses tienen una razón de peso para decir que quieren ser un país independiente. Y por cierto, si lo consiguen, pondrán a prueba a la UE, que tendrá que aceptar que Escocia vuelva a formar parte.

Hay que aclarar que la líder escocesa ha anunciado la fecha en la que querría hacer la consulta, pero al mismo tiempo ha preguntado al Tribunal Supremo británico sobre la legalidad de un segundo referéndum. Si el Supremo dice que no y Boris Johnson también se opone, Sturgeon puede convertir las próximas elecciones en un plebiscito. Votarla a ella equivaldría a votar que sí a la pregunta “¿Debería Escocia ser un país independiente?”

Mientras tanto, en Catalunya, sí, es verdad, ayer mismo el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo condenó a España por haber publicado las fotos del DNI de 33 jueces que estaban a favor de la consulta del 9-N. Se tiene que ser bestia (no encuentro un calificativo más ajustado) para ir a las bases de datos de la policía, filtrar las fotos a un diario y que el diario las publicara como castigo social.

Pero esto no es obstáculo para que la gestión política sea manifiestamente mejorable. Y no lo digo solo porque un año después de constituido el gobierno entre Esquerra y Junts todavía estemos en el lamentable día de la marmota que unos y otros pactan que no se tirarán los trastos a la cabeza (¡Un año después!) sino por anuncios como este del departamento de Educación. El departamento, o sea, el conseller González-Cambray, ha decidido presumir de un cambio histórico, que es que el curso empezará una semana antes. Y ha encargado un anuncio que pasan por la tele. Digo presumir, porque este anuncio no está pensado para informar. Todo el mundo ya sabe qué día empieza el curso. Y si no lo sabe, lo pregunta en la escuela.

Pues no, hacen este anuncio:

La banda sonora es del Réquiem de Mozart. Que para expresar alegría infantil pongan la música de un réquiem es de traca. Esto es propaganda y mal hecha. No vale aquello de que lo mejor para un anuncio es que se hable. Lo mejor para un anuncio es que se hable bien. No hace falta hacerlo todo. De momento, conformémonos con hacerlo bien.