El análisis de Antoni Bassas: "España-Kosovo, ridículo en mayúsculas"
Todo esto lo hacen debido a Catalunya: negar la realidad de Kovoso para negar el problema que tienen aquí
Este análisis de hoy va sobre lo que llega a hacer el estado español condicionado por el movimiento por la independencia que hay en Catalunya. Miércoles hubo un partido de fútbol internacional, un partido normal y corriente, de clasificación para el próximo Mundial, entre la selección española y la de otro país. Pero no fue un partido normal y corriente, porque este país no está oficialmente reconocido por España. Se trata de Kosovo.
España no reconoce Kosovo porque se separó unilateralmente de Serbia en 2008, con el apoyo de los Estados Unidos y la mayoría de países de la Unión Europea. Y de separaciones por la vía de una mayoría parlamentaria, España no quiere saber nada.
Y por eso, como España no reconoce Kosovo pero no puede evitar tenerse que enfrentar en competiciones deportivas, todo lo que rodeó el partido fue ridículo. No tuvieron más remedio que izar la bandera de Kosovo en el palo más alto del estadio (jugaban en Sevilla), pero en los marcadores no pusieron el escudo del país sino el de la federación kosovar de fútbol. Cuando sonaron los himnos, la megafonía los presentó como “los himnos del partido”. Cuando cantaron las alineaciones cantaron las de España y las de “el equipo de Kosovo”, y en un extremo insuperable, al marcador de Televisión Española ponía la abreviatura de España, ESP, en mayúsculas, y la de Kosovo, kos, en minúsculas. El locutor no se refirió nunca a Kosovo sino a “el equipo de la federación de fútbol de Kosovo”.
España en mayúsculas y Kosovo en minúsculas. Es muy ridículo. Es negar de la realidad. Kosovo existe (existe hasta el punto que has aceptado jugar), pero como tú te tapas los ojos, como los niños, y dices que no la ves, le pones el nombre en minúscula. Recuerda a las épocas en que Franco hacía jugar la selección española cerca de Gibraltar para molestar a los ingleses. Y todo este ridículo lo hacen por Catalunya. Les explicaré el caso. Cuando Francia reconoció Kosovo, Andorra tuvo un problema, porque no quería quedar mal con Madrid. Normalmente a Andorra le va muy bien que España y Francia tengan la misma posición en cuestiones exteriores, pero este ya no fue el caso. Pues bien, cuando Andorra dio el paso y también reconoció Kosovo, Madrid se subió por las paredes y el jefe de la diplomacia española de la época, el socialista Moratinos, habló con las Valls en tono un muy poco amistoso.
España está muy sola en no reconocer Kosovo. Aquí tienen el mapa:
Dentro de la Unión Europea no reconocen Kosovo las siguientes superpotencias: Xipre, Grecia, Rumania, Eslovaquia y España. Rusia y China tampoco la reconocen, pero Kosovo ya hace tiempo que ha expresado su intención de entrar en la Unión Europea e incluso mantiene diálogos con Serbia, de quienes se separó, y es cuestión de tiempo, porque los Estados Unidos tienen interés en ello.
Todo esto puede parecer una anécdota, muy propia de un estado como el español, que prefiere desafiar la inteligencia antes de ceder. Pero que quede claro lo siguiente: todo esto lo hacen debido a Catalunya. Negar la realidad de Kosovo para negar el problema que tienen aquí.
Nuestro reconocimiento para los que trabajan en primera línea, un recuerdo para los que sufren, para los presos políticos, para los exiliados, y feliz Pascua.