Baile de nombres en la UE: no está todo dicho
El jueves los presidentes y primeros ministros de la UE escogieron en el marco del Consejo Europeo a los llamados top jobs (en la jerga bruselense) para los próximos 5 años, con la alemana Ursula von der Leyen para un segundo mandato como presidenta de la Comisión Europea, el portugués António Costa como presidente del Consejo y la estonia Kaja Kallas como alta representante de la política exterior y de seguridad de la UE.
Los nombres, que ya se habían filtrado como muy probables a principios de semana, han sido una apuesta segura por mantener la que ha sido hasta ahora la mayoría europea: socialdemócratas, democristianos y liberales, en medio de un aumento de la derecha y la extrema derecha en países como Francia, Alemania y otras partes de la UE en las elecciones europeas. Durante la campaña de las europeas, que daban mejores resultados a los partidos antieuropeístas y xenófobos, se sufrió mucho por quien ostentaría los top jobs. El equipo negociador para estas posiciones tan codiciadas parece haber priorizado este equilibrio existente, tanto en lo que se refiere a las familias políticas a las que pertenecen Von der Leyen (populares), Costa (socialistas) y Kallas (liberales), como para experiencia. Los tres disponen, esta vez sí, de una solvente experiencia. Es bien conocido que cuando hace cinco años Macron puso sobre la mesa el nombre de Von der Leyen, más de un primer ministro tuvo que consultar en Internet quién era esa candidata alemana totalmente desconocida. Esta vez, los tres perfiles son bien conocidos en todas las capitales europeas.
El nombramiento en el Consejo de los top jobs,que esta vez ha ido deprisa, parece que debería garantizar una constitución sencilla de la nueva comisión. Pero no es así. Pasado este primer trámite, se inicia el proceso de ratificación de los nombramientos de Von der Leyen y Kallas en el Parlamento Europeo, y puede haber sustos.
La actual presidenta de la Comisión ya está contando los votos para su elección, que podría ser el 18 de julio. La última vez salió por unos ajustadísimos nueve votos. Von der Leyen salió muy perjudicada y tuvo que pasar meses intentando recuperar simpatías dentro del Parlamento. La mayoría que la votó la última vez es más pequeña en esta legislatura y también puede haber sorpresas, porque el voto es secreto, y porque incluso dentro de su propia familia política puede haber abstenciones o votos en contra , por ejemplo entre los populares franceses o eslovenos.
Si es investida presidenta, Von der Leyen deberá presentar su propuesta de carteras en la Comisión: los nombres y la estructura. El colegio de comisarios debe conseguir ser un equilibrio entre lo que los Estados miembros quieren, y debe nombrar para cada cartera a candidatos que superen las audiencias en el Parlamento. Algunos estados miembros, como Italia y Hungría, han mostrado muy claramente su incomodidad con el proceso de nombramiento de los top jobs y esto podría jugar un papel en qué carteras tendrá cada país en los próximos 5 años. En el caso de Italia, hace tiempo que Von der Leyen se acerca a Meloni, y una vicepresidencia o una potente cartera económica podría ser su forma de asegurar el apoyo italiano en esta legislatura.
Por otra parte, los candidatos a comisario deben disponer también de un perfil técnico solvente para la cartera que les dé la Presidencia, y deben poder demostrarlo en las audiencias en el Parlament. Lo que históricamente se había considerado un simple trámite es una excelente oportunidad para los eurodiputados de dejar su impronta en los nombramientos del colegio de comisarios, y es cada vez más habitual que alguno de los candidatos que llegan al Parlamento no pasen la audiencia.
Por otra parte, además de los comisarios, cada cinco años hay cambios mucho más allá de los top jobs: las secretarías generales de la Comisión, el Consejo y el Parlamento, los jefes de los servicios jurídicos y de portavoces o las embajadas comunitarias se renovarán en los meses entrantes. Las representaciones permanentes de todos los Estados miembros trabajan discretamente para colocar a sus nacionales en posiciones de relevancia. Posiciones con menor visibilidad pero con gran influencia en el día a día de la política europea.
Se inicia un período de mucho movimiento, más o menos visible, en las instituciones europeas. Quien va a hacer qué va a tener un impacto en la agenda europea y va mucho más allá de los tres nombramientos más mediáticos. Veremos si se mantiene el equilibrio conocido o si se abre la puerta a fuerzas extremistas en posiciones de relevancia puede servir de indicador sobre si en este mandato atravesaremos las que hasta ahora eran líneas rojas.