Barça, el viaje extraordinario continúa

Hemos repetido tantas veces que con este Barça todo era posible que quizás habíamos olvidado que si todo es posible también era posible quedar eliminado. O quizás no lo habíamos olvidado, pero como el barcelonismo ha aprendido a vivir con la confianza y no con el miedo, decidimos que ante un partido a cara o cruz como el de anoche era más divertido creer hasta el final. Habíamos dicho que estos chicos vivían en lo de "lo hicieron porque no sabían que imposible", y ayer toparon con el obstáculo que lo hizo imposible. Pero eso no impedirá, al contrario, que esta temporada sea inolvidable.

Porque este viaje que los aficionados hemos hecho a su lado continúa, y es y será lo mejor de esta temporada. Por inesperado, por enternecedor al principio y abrumador al final. Porque vemos las trazas de los aprendizajes que conforman la identidad futbolística del mejor Barça, como son el control del balón y la obsesión por el fútbol de ataque, sinónimos de culto por el espectáculo, mezclados con un fútbol de autor, concretamente de autor joven, divertido, generacionalmente librado de todos los fatalismos y, por lo tanto, inegociablemente ganador, una especie de versión futbolística de la misma precocidad que llena las listas de éxitos musicales del momento.

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El viaje continúa porque el domingo el Barça puede dejar sentenciada la Liga. Años parecidos a este no ha habido muchos, pero un año así, surgido en medio del escepticismo y la condena anticipada a la travesía del desierto, es un estallido de alegría barcelonista y un gozo para los que queremos seguir creyendo que lo mejor siempre está por venir.