No tenemos presupuestos por culpa de un casino, pero la negociación, que se ha roto por este casino, ha sido muy similar a una partida de póquer. Por lo tanto, en la campaña (ilusionante) que nos llega, no es necesario que apuesten, ustedes, los políticos jugadores, para explicarnos cómo gestionarán la sequía, los problemas de los agricultores, los problemas sociales o los de educación (que ahora habrían podido arreglar un poco, con los nuevos presupuestos). No hace falta que vayan de farol, porque si no están dispuestos a votarle los presupuestos a otro no podrán hacer nada ni ustedes ni el otro. Expliquen con quién pactarán. Ahórrense reproches y debates. Ya sabemos que no se gustan, ya lo han demostrado. Háganse la foto para el cartel (las empresas de carteles, para suerte nuestra, a todos ustedes les parecen honorables) y ahorren palabras. No prometan. Expliquen con quién pactarán. Y si es con nadie, sobre todo, no se lo callen. No hace falta que nos digan nada más.
Como decíamos, el hecho de que los comuns vetaran el Hard Rock, que ni estaba en los presupuestos, hace que no haya presupuestos. Por lo tanto, en las próximas elecciones, votar a los comuns solo sirve de algo si sabemos si pactarán con alguien o si alguien pactará con ellos. Si no pactarán con nadie no tiene sentido votarlos, porque ellos no serán mayoría y, por lo tanto, no aprobarán los presupuestos de ningún otro. No votarán los presupuestos de Esquerra, ni los del PSC, como se ha demostrado, ni los de Junts, supongo. Por su parte, ¿Junts pactaría con Esquerra, con el PSC? Que lo cuenten. ¿Esquerra pactaría con el PSC? ¿Con Junts? ¿El PP pactaría con alguien? ¿El PSC votaría unos presupuestos de Esquerra? ¿Y de Junts?
Detengámoslo todo y vayamos de nuevo a la ruleta. Hagan juego, por supuesto. Pero por favor, que las fichas ganadas en la apuesta que les da el crupier (este señor que, según algunos de ustedes, no tiene un trabajo honorable) puedan cambiarse por dinero a la salida.