La derecha necesita a Puigdemont

La derecha española no sabe vivir sin Puigdemont. Feijóo lo necesita como encarnación del mal para poder continuar su guerra. Y en la medida en que las elecciones catalanas han demostrado que la política de distensión de Sánchez da resultados, la rabia sube. De modo que, desde la noche electoral, el PP y el aparato mediático de acompañamiento van a piñón fijo. Según ellos, no hay misterio, todo es comedia: Puigdemont será presidente porque "el sanchismo lo necesita vivo para subsistir en la Moncloa". Que lo diga Feijóo no sorprende, porque lleva ya tiempo disparando contra Sánchez, indiferente a que los hechos los desmientan. Feijóo ha demostrado la incapacidad de revertir la situación a partir de un proyecto político de gobernanza, por lo que está atrapado en el ruido, la descalificación del adversario sin miramientos y las contraverdades.

Con las elecciones catalanas Feijóo se ha encontrado con lo que ya llevaba días siendo una evidencia pero que él no puede aceptar porque le desmonta el relato. Superada la fase crítica del Procés, una vez en Catalunya se ha ido tomando conciencia de que el independentismo había ido más allá de sus fuerzas, la distensión era la vía más adecuada para entrar en una nueva etapa. Y a Sánchez, que apostó (a pesar de la vieja guardia felipista que ya lo ha elevado a la categoría de traidor a la patria), el voto de los catalanes le ha dado la razón.

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El independentismo está aquí, con un peso importante en la sociedad pero con conciencia de que la ruptura no está a la orden del día. Y que es necesario repensar las cosas y hacer política. En Esquerra Republicana ya ha comenzado la reflexión, con tiempo y calma, que culminará el 30 de noviembre en un congreso, con Junqueras poniendo a prueba su liderazgo. Y el viaje de regreso de Puigdemont ha arrancado con un baño desmitificador en las urnas. El aura del exilio no ha tenido el premio soñado. El independentismo ha perdido el plus de votos logrado en los momentos álgidos del conflicto. El PSC ha capitalizado el desasosiego. Y la derecha PP-Vox ha sido refugio del españolismo y del voto estructuralmente conservador. Y es a partir de esa realidad que se abre una nueva etapa.

Que el PP se empeñe en la descalificación de Sánchez poniéndolo a la sombra de Puigdemont es solo una señal de impotencia. Con riesgo para todos, porque ya son demasiados los indicios de que la debilidad de Feijóo ha llevado al PP hacia la senda por la que transita Vox: el autoritarismo posdemocrático. El fantasma que recorre Europa.