Diciembre del 73, entre Carrero y Cruyff

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El franquismo después de Carrero Blanco (1974)

Hoy hace cincuenta años salí de la escuela y fui a casa. Mamá preparaba la comida sintiendo como todos los días Panorama, radiocrónica de la actualidad en Cataluña y Baleares. Me dijo con tono trascendente: "Han matado al Carrero Blanco". Justo en ese momento, el locutor informaba de que primero había parecido una explosión de gas pero que las investigaciones posteriores habían concluido que el presidente del gobierno había sido víctima de un vil y criminal atentado. "Yo no me he creído que fuera el gas. Cuando el coche del presidente del gobierno sale volando, no es un accidente, es que le han matado”.

La madre estaba preocupada. Aquella misma cocina había sido bombardeada durante la Guerra Civil, y ella no quería más ruido.La propaganda del régimen pintaba a Franco como el hombre que había traído la paz (al igual que, pocos años después, Juan Carlos I traería la democracia) y ver que fácil había sido pelar a alguien que se suponía que tenía toda la protección del mundo quería decir que nadie estaba a resguardo. , mi padre estuvo a punto de no soltarme en el Barça-Atlético de Madrid de ese sábado por la noche en el Camp Nou. Por suerte, se impuso la normalidad y así es como el 22 de diciembre de 1973, en el minuto 44 de la primera parte, vi cómo centraba a Rexach, cómo Cruyff saltaba al segundo palo acrobáticamente y, tirando de la pierna derecha, marcaba uno de los goles más icónicos de su carrera y de la historia del club. Uní mi voz a la de un estadio en delirio. Aquel fin de semana aprendí que la actualidad hace extraños compañeros de viaje.

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