En la escuela las dificultades también son globales
Leo: "El 65 por ciento de los alumnos de cuarto de primaria apenas saben leer". Y también: “Según el Consejo Escolar, en el inicio de sexto de primaria la mayoría de alumnos ignoran el sentido de las fracciones más simples. Una falta de comprensión que se alarga entre la mitad de los alumnos de cuarto de ESO”. Según estas informaciones, los expertos creen que los maestros han adoptado un sistema defectuoso para enseñar a leer, y lo mismo con respecto a las matemáticas. Sin embargo, las citas no son literales. Las he adaptado a los niveles que nos corresponden, como si fueran de ahí. En el primer caso, la información es de The Free Press (www.thefp.com), de febrero de este año, y hace referencia a los alumnos de cuarto grado en Norteamérica. Existe el impacto del cóvido, pero sobre todo los problemas estructurales del sistema educativo del que apenas ahora se empiezan a reconocer las consecuencias. En el segundo caso, se trata de una nota del Consejo Científico de Educación Nacional que evalúa la entrada en sexto en la escuela francesa. Informaba Marianne (www.marianne.net) el pasado septiembre.
No quisiera que nadie pensara que recurro a aquello de “dolor de muchos, consuelo de necios”. De ninguna forma. Pero recordemos que el pasado mes de mayo el ARA nos informaba de que según el informe PIRLS 2021 los alumnos catalanes iban un curso por detrás en comprensión lectora respecto a los alumnos madrileños. Y lo que ahora quiero señalar es que incluso sistemas tan sólidos como el francés o ampliamente estudiados y evaluados como el estadounidense también se tambalean. No sólo en economía, sino que en educación los problemas también son globales.
Mi intención, pues, no es buscar consuelo en los problemas de los demás sino observar que en todas partes, con sus especificidades, se repiten problemas muy similares. ¿No es en todo el mundo que se está discutiendo el impacto de las redes sociales en los aprendizajes? ¿Y que no ha cambiado el papel de los padres en relación a la escolaridad? ¿Y los cambios demográficos, que son inocuos? Pongamos el caso del PIRLS, en el que algunos hablaban de “debacle” y “desplome”. Sí: Cataluña tiene un 507 de comprensión lectora, Madrid un 539 y Asturias un 550. De acuerdo. ¿Pero tiene algo que ver que aquí, en el 2021, hubiera un 14 por ciento de niños extranjeros de 10 años, en Madrid un 11,6 y en Asturias tan sólo un 4,4? Así, ¿en 507, 539 y 550 comparaban el éxito y el fracaso de cada sistema escolar, o más bien composiciones sociales diferentes?
También es necesario saber observar sin prejuicios a la hora de querer mejorar las expectativas educativas. Este octubre, The New York Times publicaba un reportaje en el que se explicaba que entre la escuela pública estadounidense, la que depende del departamento de Defensa –66.000 estudiantes hijos de militares y funcionarios– es la que, a los 13-14 años –proficiente eigth graders– y para el período 2013-2022, obtiene con diferencia la mayor mejora de resultados, situándose al frente de todos Estados Unidos. Y hay que hacer constar que es una escuela especialmente inclusiva por razón de etnia –solo 4 de cada 10 son blancos– oa nivel socioeconómico: conviven allí los hijos de militares de menor graduación con los de más alto nivel. Martin West, profesor de educación en Harvard, ironiza diciendo que si el departamento de Defensa fuera un estado, todo el mundo iría a ver cómo lo hacen. ¿Y qué hacen? Además, todo el mundo tiene casa, trabajo y sanidad pública. Los maestros están mejor pagados que en el resto de la pública y pueden elegir experimentados. La inversión por alumno es alta, por ejemplo, más del doble que la de Arizona. Y también cuenta mucho la existencia de un modelo no sometido a los caprichos de cada municipio y una reforma que en seis años ha comportado la formación de los maestros, una coordinación global y un incremento del nivel de rigor exigible en los aprendizajes.
No es necesario ir tan lejos para estudiar y aprender de casos de éxito, que también tenemos de cerca, tanto entre la escuela pública como entre la concertada, que también es un servicio público. Con la ventaja de no tener que buscarlas en un departamento de Defensa, que no hace falta decir que sería objeto de todo tipo de sospechas y prejuicios. Pero repito las dos ideas básicas que defiendo. Uno, que en educación hay que observar con una mirada lo más ancha posible y comparar con mucho rigor para poder analizar las verdaderas causas de unas dificultades que son similares en todo el mundo, ni que eso quiera decir que ya no podemos colgar las culpas de todos los males en nuestro gobierno o en los maestros de aquí. Y dos, que sobre todo hay que aprender sin prejuicios de quienes salen mejor.