¿Cómo lo hacían antes?
"¿Cómo lo hacían antes?", me preguntó después del apagón. Porque sin móvil no podíamos encontrar, todos en Barcelona, cada uno en sus cosas. Antes nos habríamos dicho cómo quedábamos y también sabríamos qué hacer en caso de emergencia, porque también nos lo habríamos dicho. Nos habríamos dicho la hora exacta de encontrarnos, sin margen, sin posibilidad de un mensaje de última hora con un "Llego dentro de diez minutos".
¿Cómo lo hacíamos antes? Teníamos transistores. El abuelo le colgaba de la rama de un árbol cuando hacía huerto. El compartimiento de las pilas se había roto –todos se rompían– y las mantenía en su sitio con cinta aislante negra. Con la antena desplegada buscábamos la mejor orientación. Mientras cosechábamos avellanas para pagarnos los libros y los discos que nos compraríamos –qué lujo– escuchábamos el serial: Cuerpos y almas, el preferido de los campesinos que nos habían alquilado y cosechaban con nosotros. Esta vez, como siempre, necesitamos la radio. Emocionada vi cómo gente de todo tipo, jóvenes tecnológicos, apagados de repente, se acercaban a Catalunya Ràdio para escuchar las noticias. Fue cuando los radiofonistas –adoro esta palabra– decidieron "sacar" el programa en directo fuera, y es una imagen que nunca olvidaré. ¿Cómo lo hacían antes? Teníamos casetes en el coche. El aparato era extraíble, para evitar los robos, y cuando alguien salía a cenar o en la discoteca se lo llevaba en la mano.
¿Cómo lo hacía antes? Teníamos velas y fogoncitos, por si acaso, y cuando había un día así, de no hacer nada porque no se podía hacer nada, salíamos a la calle a hablar con los vecinos. Ésta es la única cosa, del día del apagón, que puedo decir que hice. Salir a tomar vino con los vecinos, mirando al cielo, hablando, con las estrellas más brillantes que nunca, por la ausencia de luz. Sin mensajes.