Marta Vilalta, Marta Rovira, Pere Aragonès y Raquel Sans, tras la rueda de prensa sobre el preacuerdo para investir a Salvador Illa
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ERC llegó este lunes a un preacuerdo para investir presidente a Salvador Illa, y no hace falta decir que este preacuerdo es importantísimo. Estuvieron diez horas discutiéndolo, que es lo que hacen los políticos cuando preparan cosas importantísimas. Reuniones maratonianas, discusiones que se alargan hasta la madrugada, giros de guión alucinantes en tiempo de descuento, sesiones de trabajo en ayunas, etc. A primera hora de la mañana la secretaria adjunta a la dirección, Marta Vilalta, defendía en Catalunya Ràdio el preacuerdo y cada una de sus carpetas (los políticos lo hacen todo en carpetas), que, sin embargo, calificaba de importantísimas. La resolución del conflicto político entre Catalunya y España, quien lo duda, es algo importantísimo. La creación de una consejería de Política Lingüística para salvar el catalán, que como todos sabemos está a punto de deshincharse como un globo, con un lastimoso pedo final, es importantísima. Y la consecución de un concierto económico solidario que proporcione al Gobierno de Cataluña la clave de la caja, lo que suele conocerse como soberanía fiscal, es, por supuesto, importantísimo. Sí puede resultar un poco raro que la otra parte de un preacuerdo trascendente, en este caso el PSC, se mantuviera completamente callado: la discreción en política es buena, quien lo duda, pero entre discreción y silencio hermético hay un cierto recorrido. También puede llamar la atención el hecho de que no exista una mayoría clara para sostener este concierto ni en el Parlament ni en el Congreso, pero Vilalta confía en la capacidad de los parlamentarios de ERC para "construir mayorías". Entre los cimientos para levantar estas mayorías, cuenta con los diputados y los dirigentes de Junts. Al ser un avance importantísimo por el país, les invita a sumarse a ellos y no duda de que lo harán.

Pero en Junts, justamente, están empeñados en otras cosas importantísimas. Preparan el regreso de Carles Puigdemont a Cataluña, una escenificación que quieren que compita con la de Tarradellas en su día, pero que también se puede perfectamente deshinchar y quedar como el regreso de Pere Mateu. En Junts esperan que sea un retorno triunfal y mesiánico, que precipite eventos y produzca un estruendo. Debería impedir que Isla fuera investido, provocar que hubiera repetición electoral en Catalunya, que ERC (debilitada entre escándalos y sangrías internas) se acabara de derrumbar y que se acabara la legislatura de Pedro Sánchez y se convocaran elecciones también españolas , todo a la vez. Si para hacerlo hay que ir de la mano con el PP y Vox, pues se va: ¿o en ERC no hacen presidente el botiflerote Salvador Illa? ¿No hemos quedado en que PSC, PSOE, Comunes, Sumar y Podemos, todos juntos, son tan o más malos que PP y Vox? ¿Lo son o no lo son?

Lejos de darse cuenta de la situación en la que se encuentran (han perdido la mayoría en el Parlamento que tuvieron durante años), los dos grandes partidos del independentismo siguen disparando por elevación y jugando el juego de las jugadas maestras, a ver si así se hacen más daño el uno al otro. Con cosas importantísimas entre manos, siempre. Esto que no falte.

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