Instrucciones para estar en forma

Para este ejercicio sin impacto, pero muy saludable, necesita el siguiente material:

–Una cama con las correspondientes sábanas.

–Un gato, si es posible, bebé. Dos, mejor aún.

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Dispóngase a cambiar las sábanas y las almohadas de la cama, así como –ya toca– a colocar la funda nórdica. Haga el gesto, habitual, de echar al suelo la ropa que irá a la máquina de lavar. El gato, al ver el movimiento, dará un saltito ágil y se colocará encima del colchón. Continúe con el trabajo como si no estuviera allí. Si el gato está encima de la nueva sábana y tiene que estirar, estira, y si con el estirón el gato salta por los aires, no sufra, que caerá de pie (encima de la ropa del suelo). En el momento de poner la sábana de arriba, sed frío. Si el gato se queda en medio, como el jamón dulce del bocadillo, ignore. Cuando quiera salir y le destroce aquello que había planchado con las manos, hágale un grito del todo inútil. Cuando llegue –si procede– el otro gato y lo confunda con un enemigo, estire de nuevo, con el objetivo de mantearlos. Sácalos, una y otra vez, de dentro de la funda del nórdico. Planchar, de nuevo, el caminito de patitas que han quedado en la colcha y vuelva a planchar cuando vuelvan a pasar (las veces que sea necesario). Hágalos fuera del interior de las almohadas. Id sacando de en medio, con gesto airoso, para depositarlos donde esté, que no tardarán ni un segundo en volver allá donde está la diversión. Foragítelos cuando decidan pelearse saltando de mesilla de noche a mesilla de noche. Respire. Cuando se duerman en medio del conjunto, el ejercicio habrá terminado y pasaremos a la siguiente estación: barrer con gato.