Kissinger y Culla han sido dos grandes historiadores que han muerto con un día de diferencia.
Culla representa una de las visiones más cuidadosas de la Cataluña y España modernas, una visión independiente neutra y aguda. Ser capaz de sintetizar lo importante, de encontrar las razones de los hechos y no limitarse a describirlos, era lo que hacía Culla de manera excelente. Para ello es necesario abarcar mucho conocimiento.
La labor de documentación de Culla era minuciosa y extensa: su archivo personal debe ser preservado. No debemos perder nuestra propia historia.
Su independencia y neutralidad se debía a su austeridad. Vivía con poco dinero: ni la universidad ni la publicación de libros producen grandes ingresos y él formaba parte de empresas, instituciones o lobis, que pueden remunerar generosamente sus órganos de gobierno o sus asesores. No debía nada a nadie. Me explicó que le habían pedido escribir una biografía de una persona ilustre recientemente traspasada: “Nunca me han pagado tan bien por un trabajo concreto”. Pese al encargo, la biografía no era encomiástica, sino neutra, y en parte crítica.
El principio liberal de defensa de la propiedad privada está basado en permitir al ciudadano defenderse del estado y mantener su libertad. Joan B. Culla mantenía esta libertad a pesar de no tener patrimonio.
Es un hecho admirable y absolutamente singular que refuerza su independencia de criterio. Ser como fue Culla, y hacer lo que hizo, es heroico (la palabra no es excesiva, es pertinente).
No demasiada gente conoce la vertiente de historiador de Kissinger. Su imagen como político ha tapado su labor académica e intelectual. Su libro Diplomacy es una de las mayores historias del siglo XX desde la ideología conservadora, y Donde China uno de los análisis más cuidadosos de los porqués de la China actual, escrito por quien logró iniciar las relaciones entre China y EEUU que han configurado la política del siglo XX.
La diferencia entre Culla y Kissinger como historiadores es la focalización de Culla en un entorno y tiempo concreto y la globalización y generalización de Kissinger en el análisis del mundo. Pero en el rigor, la inteligencia del análisis y la calidad del pensamiento son similares.
Como personas, hay una diferencia sideral entre uno y otro: la pasión por el poder y el dinero de Kissinger y l Austeridad extrema de Culla.
Culla era mi amigo. La amaba y le amaré siempre más allá de la admiración por su inteligencia e independencia de criterio.
Kissinger es para mí un extraño que admiro y admiraré siempre por ciertos aciertos de su acción política y por la inteligencia de su visión de la historia.
