Le pregunto cómo está su madre y no está bien

Le pregunto cómo está la madre, porque sé que ha ido, unos días, a cuidarla, que es muy anciana. ganas..."

Coge una hoja en blanco. Es metódico, prudente, limpio y aseado. Dibuja una escalera que baja hacia abajo –escalones perfectos– y me dice: "La madre está aquí". Y escribe el número 90 en el escalón de arriba de todo. "Y los médicos nos han dicho que no la han dicho. abajo. "Nos han dicho que la podemos mantener, pero ¿hasta cuándo?"

Me lo miro llena de pena. Va tan pulido, siempre, y tiene la mesa tan aseada... En la foto de perfil sale, con sus dos hijos, en lo alto de una montaña. Me ayuda cuando no me pagan trabajos y no llego a fin de mes, me dice siempre que tenga un plan de pensiones o" quien "de joven no trabaja". No nos conocemos demasiado. Siempre que voy, siempre que me siento en aquella mesa ordenada, me pide que le repita el DNI. "bay", sin querer.

Cargando
No hay anuncios

No tiene padre. La madre pronto no la tendrá.

Sentir esto, ser la oreja de este conocido desconocido, que encima es lo que me deja sentar en la mesa y me ayuda cuando tengo descubiertos (soy la cigarra del cuento y quisiera ser la hormiga), me hace pensar. de éste quien sabe si amigo y me pondría a llorar de júbilo y de pena.