La opa y la mano invisible

Hay que taparse muy fuerte las orejas para no oír el clamor: la opa del BBVA sobre el Banco Sabadell ha recibido el rechazo de la mayoría de partidos catalanes, del empresariado y de los sindicatos (también los españoles), y este jueves se añadió una voz no menor, dadas las circunstancias: la de la vicepresidenta Yolanda D decir a TVE que el ejecutivo del que ella forma parte debe "ponerse junto al bien común".

Estamos en la calle, pues: la mayoría de las voces que hablan por la política y la economía catalana no quieren perder el Banc Sabadell y todo el mundo tiene sus razones de peso: despidos de trabajadores, cierres de sucursales, concentración excesiva, dificultad para los créditos y desaparición de una marca catalana para acabar de rematar el desmantelamiento de las cajas de ahorro, alejando del cliente tradicional, mientras los más jóvenes prefieren la aplicación en la sucursal.

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Entre las opiniones a favor se argumenta que una injerencia descarada de la Moncloa afectaría a la imagen internacional de España como destino con seguridad jurídica para el sector financiero. Algunas de estas voces son las mismas que todavía nos quieren hacer creer que la marcha de la economía sólo la decide la mano invisible del mercado, y, a la vez, suelen ser las mismas que cuando no les gusta cómo va el mercado levantan un teléfono y llaman a los gobiernos para que les echen una mano, también invisible a ser posible. No hay ningún gran movimiento económico que no se juegue, también, en la mesa política, y viendo el panorama y sus intereses políticos, Sánchez tendrá claro lo que debe hacer.