¡Queremos este fármaco!

Leemos en el ARA que los fármacos como Ozempic, que sacan la sensación de hambre, "han revolucionado la lucha contra la obesidad, la diabetes tipo 2 y el hígado graso en todo el mundo", porque generan, imitando el funcionamiento de una hormona, la sensación de saciedad. Y parece que ahora investigadores catalanes –lo explica uno de ellos, Antonio Zorzano– han encontrado "una nueva proteína que, al igual que estos medicamentos, permitiría tratar la obesidad sin modificar la alimentación del paciente". ¡Porque te hace quemar calorías!

Nunca he probado ni probaré Ozempic, porque me imagino que me pasaría como en las modelos. No tendría hambre de estofado de jabalí, pero seguro que tendría sed para ir bebiéndome el espumoso maravilloso que seguro que me servirían de camareros diligentes. Y todo el mundo sabe las calorías que lleva el líquido de Baccus. A mí para que me vaya bien un régimen deben ligarme y poner un bozal como Hannibal Lecter. Mis corderos estarían en silencio porque los habría hecho a la brasa. La única opción de mis cincuenta mejores amigas y mía para hacer Cuaresma –acabamos de hacerlo– es no movernos de casa y ver vídeos de estos de crecimiento personal con campanillas y gongs, donde repiten expresiones como "Detox", "Bienestar" y "Cuidarse", en lugar de quedar por ver Chef's table, como solemos.

Es por eso que no me gusta hacer régimen. Como verdura, carne y pescado, tomo vino, y todo –desde el perejil hasta la garnacha– lo hago con moderación. Pero hago ejercicio. Y aquí voy. Es muy injusto –prácticamente sexista– que haciendo el mismo deporte, un hombre, por ser hombre, gaste el doble de calorías que una mujer. Me parece que las hembras catalanas deportistas merecemos una pequeña dosis del fármaco. Si quieren, que nos utilicen de ratones. Sólo porque, cuando hacemos deporte con ellos, hacemos el mismo gasto calórico, ¡cachis!