Están tocando nuestra canción
El presidente Aragonés ha ido a Madrid a presentar una cuestión muy importante para Catalunya, como es la "financiación singular" de la Generalitat. Lástima que, dado que él mismo ha adelantado las elecciones, lo que debía ser la próxima pantalla del Gobierno tras lograda la amnistía quedará en una reclamación de candidato en precampaña.
Casi a la misma hora, la vicepresidenta española Montero decía en el Congreso que “si hay situación de colapso en la sanidad catalana, si no hay atención a las personas dependientes, si la calidad del sistema educativo no es la que necesitan y desean los catalanes, evidentemente que no es por falta de recursos. Mire que no sea por la propia acción del Govern”. Lástima que la secuencia histórica la desmienta: la Generalitat no puede disponer de buena parte del esfuerzo fiscal que hacen (y créame que lo hacen) los catalanes. Y si no, ¿por qué los gobiernos españoles ocultan tanto como pueden los datos para calcular las balanzas fiscales? Y de la ejecución de los presupuestos, ¿no dice nada?
Entre que hace treinta años que ningún gobierno catalán soluciona el déficit crónico de financiación, que Pedro Sánchez ya ha dicho (como todos los demás presidentes) que Catalunya irá a la cola del régimen común, y que en Catalunya no hay una unidad como la que tienen los vascos en torno a la cuota, entenderán que los ciudadanos tengamos un harto de este hilo musical de la financiación que lleva décadas tocando la misma canción.
Tenemos un tipo agravado por la incompetencia. ¿Saben cuántas ayudas al autoconsumo renovable (abiertas en enero del 2022) se han pagado? 2,61 millones de euros, un 1,4% del dinero disponible. No tener todo el dinero que correspondería no debería estar reñido con tener una administración rápida y eficiente. Al menos tan rápida como los ciudadanos cuando debemos presentar la declaración de la renta.