Imatge de archivo de un tren de cercanías, uno del temas principales para el Gobierno .
16/03/2025
Periodista y escritor
2 min

Le acusaron de sufrir alucinaciones sensitivas. De fliparse. Pero esas "señales" las bajó de su cabeza y las llevó a los pies de todos. El ingeniero Rafael Campalans fue el encargado en 1914 de trazar las "señales" de Catalunya: carreteras, teléfonos, ferrocarriles, obras hidráulicas... Él, ahora, nos comunica, desde el más allá, que los "ojos sensibles vislumbran las señales de las cosas, de su tiempo". Ésta fue la obra total, 360 grados, holística, de la Mancomunidad, primera piedra desde 1714, de la Cataluña estado y estado del bienestar: "el mañana". Percibir el futuro y hacerlo real. Campalans, maestro sanador, escuchó al chucucho.

Fueron a toda máquina. Tuuuuut. En 1920 Cataluña tenía 1.533 kilómetros de vías férreas. Holanda 3.399, Suiza 5.112 y Bélgica 8.814. Pippp. Los expertos calculaban que Catalunya iba a tener 3.200 kilómetros de ferrocarriles. En 1920 había 2,3 millones de personas. En 2025 más de 8 millones y tenemos… 1.794 kilómetros de raíles. Txuf-txuf… De tren de vapor, de la bruja, de tribu asilvestrada tírame cacahuetes desde la ventana colonial. Y hay "señales".

Piiii-piiii. Por todo el país, que no "territorio", oirá señales de lejanías, que no "Cercanías". En Cunit el tren que pasa es el de la apisonadora de hormigón de alta velocidad que está unificando Barcelona con toda Catalunya: el rotondismo metropolitano hecho de alquitrán. El tren real cuando ocurre no puede entrar nadie. En Blanes lo mismo. Pero en Santa Coloma de Queralt o Gósol nunca han visto el tren. Son cuatro poblaciones (como cientos) que muestran que Cataluña no son cercanías. Puestos con provincias impuestas, pero que naturalmente son otros. Los mapas no responden a la realidad. Son bisagras de sufrimiento que expresan que Catalunya es una lasaña: de muchas capas y que ahora se quiere cimentar todo. Son luces rojas. Warnings de país. Ahora las "señales" no son de mañana: sino de esquizofrenia territorial. Sentimos voces, luces… Sentimos la muerte.

Pipppp. A la Barcelona cabezuda y drogadicta Gos-irreal-Cobi 92 le ha reventado todo. Sin una Catalunya DF no habrá Barcelona ni Catalunya. Necesitamos un país mancomunado de orgullo y realidad confederal. Necesitamos trenes como en 1914 para "vertebrar el territorio, reequilibrar el espacio, detener el despoblamiento, que toda Cataluña sea una dentro de su diversidad". Necesitamos que los trenes lleguen al Pirineo, que nunca lo han hecho, pero sí los analfabetos que diseñan un país desde despachos y compran casas para no estar nunca y nos explican cómo vivir, sentir, morir. Necesitamos mirar al ser moribundo cara a cara. ¿Puede la Generalitat mancomunar a las diputaciones? ¿Podemos despegar los ayuntamientos? ¡Tenemos que volver a dibujar-ordenar la Cataluña real! Simplificación! ¿Somos un país? ¿O una corona monárquica barcelonesa? Necesitamos una tercera corona y no de espinas, ni de cemento, ni de analfabetismo.

El maquinista presidente Enric Prat de la Riba gritaba en 1914: "No hemos hecho la Mancomunidad para tener una mayor diputación, ni para dar al alma catalana un pequeño cuerpo de administración subordinada, secundaria: una provincia... Todos queremos para Catalunya un cuerpo de estado". Rafael Campalans se ahogó en Torredembarra en 1933. Hoy moriría esperando un tren que no pasa en un país en vía muerta. Hemos pasado de querer ser un estado a estar de cuerpo presente. Pero... ¿Siente las "señales"? El país no está muerto y no va en tren.

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