Internet y Google han creado el espejismo que tenemos todo el saber de la humanidad al alcance de un clic. sino como el mandatario que menospreció la inteligencia, la ciencia y la educación. Será recordado como el gobernante más orgulloso y creído.
Porque a pesar del histrionismo triunfal de Trump, el saber es importante. Sápiens y en Lo infinito en un junco. Los avances técnicos y humanísticos increíbles, desde un avión hasta la Divina comedia, han sido fruto de personas que han dedicado la vida a pensar, investigar, innovar, crear, y otras que han sabido convertir los hallazgos teóricos en aplicaciones prácticas y los hallazgos artísticos en faros para iluminarnos el camino a seguir.
Esta fabulosa cadena de valor es la que nos ha llevado hasta la inteligencia artificial (IA) o hasta la genética molecular. Sin el trabajo de los científicos e intelectuales, de los tecnólogos y maestros, no habríamos experimentado una evolución de éxito tan espectacular. saber hacerle preguntas con intención y sentido.)
Cuando Trump va contra las universidades de prestigio y contra los centros de investigación, cuando frena la entrada de estudiantes brillantes de todo el mundo porque no se fía de sus ideas, cuando critica a los artistas que le critican, cuando boicotea los medios de comunicación que promueven la información se reía de la pandemia... Cuando hace todo esto, está boicoteando el progreso de la humanidad, está tirando piedras en el tejado del avance común secular. peligroso. No entiende nada pero se aprovecha de todo.
Cuando escribo estas cosas, tengo claro que mientras él mande, no podré viajar a Estados Unidos: el país de la libertad no respetará mi libertad de decir lo que pienso y muchísima otra gente mucho más valiosa campos, desde la ciencia más pura hasta las humanidades en sentido amplio, desde la investigación médica hasta el espacio. él, claro. Pero en un mundo globalizado y lo ha exacerbado. Es una manía persecutoria más vieja que el ir a pie, a menudo ligada a la pulsión autoritaria y populista.muera la inteligencia" de Millán Astray. Eran tiempos fascistas. Ahora son tiempos posfascistas, en los que la violencia se ejerce por vía indirecta: es más cómodo y efectivo matar al enemigo con mentiras y ahogo financiero que con el uso de la fuerza. Trump ya probó su asalto al Capitolio y no le salió bien. Ha acabado reconquistando el poder con la extraordinaria fuerza de su aparato comunicativo, explicándonos cada dos por tres que él es el más espabilado de todos. Alguien de los suyos debería decirle que el rey va desnudo. Despreciar la inteligencia es muy poco inteligente. Ahora quizá no lo parezca, pero lo pagará caro.