Trump Kennedy Center
La página web oficial está a medio cambiar, pero en el ángulo superior izquierdo ya lo pone: "The Trump Kennedy Center". Y en la fachada del gran teatro de Washington, el cambio de régimen se ha desplegado con todas las letras: "The Donald Trump y John F. Kennedy Memorial For The Performing Arts". Al paso que vayamos, pronto los niños americanos ya no prometerán fidelidad a la bandera cada mañana en la escuela, sino a su presidente.
No hay día sin noticias de su megalomanía: el gran salón de baile que ha mandado construir en la Casa Blanca, los comentarios insultantes que ha dedicado a sus antecesores en la galería fotográfica (con Biden es especialmente cruel porque lo ganó), los patéticos intentos para que le dieran el premio Nobel de la paz... que el lacito provocador de una personalidad muy peligrosa. No sólo ha sacado a la Guardia Nacional a la calle sino que ha reforzado la censura de todos aquellos que quieran trabajar o simplemente visitar Estados Unidos. Deshumanizar a las personas, eliminar a la oposición, acabar con la libertad de expresión y de cátedra, amenazar al mundo por sistema –empezando por los países vecinos–, flirtear con la idea de quedarse en el poder varios años más. La historia del siglo XX tiene capítulos similares que acabaron muy mal.
Iremos a peor. En 2026, Trump dispondrá de dos grandes escaparates: el 250 aniversario de la independencia y la final del Mundial del Fútbol, que se disputará en Nueva Jersey. Y en noviembre estarán las elecciones de medio mandato, que se tomará como un plebiscito. A la larga campaña que nos espera asistiremos a algo más violento y autoritario que a coronaciones napoleónicas. En Europa tenemos un proyecto basado en derechos humanos y democracia que se tambalea bajo la amenaza rusa y el desprecio americano. Y tenemos voz y voto. Utilícelos ahora que todavía estamos a tiempo.