Albiol, una trayectoria
Podría llegar a hacer gracia que Xavier García Albiol justifique el desalojo del Instituto B9 de Badalona (que mereció la censura de dos relatores de la ONU) apelando al argumento, ya tan sudado, de que el buenismo y la inacción de la izquierda frente a la inmigración "son los que provocan". Si no habláramos de uno de los problemas más delicados, urgentes y complejos a los que nos enfrentamos como sociedad, las palabras de Albiol tendrían un punto humorístico, porque él, en relación con la extrema derecha, podría parafrasear los versos de Bécquer: "¿Qué es extrema derecha? ¿Y tú me lo preguntas? Extras tú?"
En las ideas, en la manera de entender el mundo y de estar ahí, este líder que ahora ha conseguido incluso hacerse pasar por defensor del catalán en el contexto hostil del PP, ese líder que de repente muchos aplauden como un dirigente moderado ya la vez de convicciones firmes, no es nada diferente del vicesecretario de organización del PP que el año antiguerra que picaba una cazuela al paso de una comitiva del Partido Popular, en la que estaba entonces el presidente del PP de Catalunya, Josep Piqué. Aquel vicesecretario de organización con alma de repartidor de leña se llamaba Xavier García Albiol, y de esa agresión salió impune, como suele suceder cuando los agresores militan en la derecha nacionalista española, o en la extrema derecha, si hay mucha distancia entre una cosa y otra.
Este alcalde de Badalona que, según muchos, toma decisiones duras pero necesarias (se ve que obligar a dormir al raso a 400 personas desvalidas es un paso necesario para llegar a no se sabe qué) tampoco es diferente de aquel candidato a la alcaldía de Badalona que, en el 2015, intentó repetir su primer éxito electoral con un eslogan: Badalona". Aparte de ser gramaticalmente discutible, con este gerundio tan facundiós, el eslogan era claro e inequívoco: se trataba de "limpiar" la ciudad de inmigrantes y de pobres, directamente identificados con delincuentes, como en las películas de Chuck Norris. Cabe decir que el creador del eslogan fue el reconocido politólogo y spin doctor Iván Redondo, después asesor de Pedro Sánchez en los tiempos en los que el ahora presidente español quería gobernar con Ciutadans como socio. Aquel alcaldable exitoso era también un Albiol tan idéntico a sí mismo como ahora.
El primer episodio es de hace casi veinte años; del segundo, ha hecho diez este año. En todo este tiempo, Albiol no se ha movido: ha sido la política la que se ha acercado cada vez más a él. La política y buena parte de la sociedad, sean votantes suyos o no. Que esto ocurra es un problema grave, porque la extrema derecha, por definición, nunca soluciona nada. Al contrario: crea problemas nuevos y empeora los ya existentes. Lo único que hace (como ha ocurrido en Badalona) es desahogar los sentimientos más tóxicos, dar suelta a lo peor de los individuos y de la comunidad. El éxito político de personajes como Albiol es, sobre todo, una gran vergüenza colectiva.