Protestas y crispación contra la acogida de los migrantes del B9 en Badalona
Albiol propone a los concentrados levantar la protesta para darle "margen" de negociación con la Generalitat
La oposición de un puñado de vecinos de Badalona ha hecho descarrilar el dispositivo de emergencia para acoger a 15 de las personas desalojadas el miércoles del instituto B9. El grupo, de unas pocas decenas de personas, ha bloqueado la entrada de la parroquia Nuestra Señora de Montserrat de Badalona para impedir que se pusiera en marcha el plan pactado entre las entidades sociales y el departamento de Derechos Sociales e Inclusión para atender a varios jóvenes especialmente vulnerables de los expulsados. Pero a falta de unos minutos para las 8 de la tarde –la hora de apertura prevista– los que protestaban se han plantado al grito de "no pasarán". Y finalmente, Cáritas y Cruz Roja han decidido detener el plan inicial y han trasladado a algunos de los jóvenes subsaharianos a otros centros de acogida para pasar la noche.
Encontrar un espacio como el de la parroquia ha costado cuatro días de negociaciones de las entidades con la conselleria, que finalmente la tarde del sábado llegaron a un acuerdo sin la presencia del Ayuntamiento. El consistorio se mantuvo al margen de cualquier intención de atender a los desalojados y su alcalde, el popular Xavier García Albiol, insistió en que no piensa destinar "ni un euro" a esta causa humanitaria, aunque es la administración competente.
Pero Albiol no se ha perdido la protesta vecinal, muy minoritaria en comparación con la ola de solidaridad que han recibido los expulsados del B9. Antes de las 9 de la noche, el alcalde se presentó ante los concentrados para –dijo– "explicar" la situación y se comprometió a "hablar mañana [lunes] con la consellera [Mònica Martínez Bravo]" para informarla del rechazo. "Yo sabía que esto pasaría porque conozco a mi ciudad", ha exclamado el alcalde ante quienes protestaban, que le han recibido con aplausos. La consellera y el alcalde conversarán mañana en algún momento de la jornada, aunque todavía no está claro si será de forma presencial o por teléfono.
Los vecinos han proferido gritos e insultos contra los dos o tres jóvenes subsaharianos que se han acercado hasta la iglesia para entrar a la hora requerida. Les han gritado "asesinos" y "ladrones" y también se han lanzado piedras. Mientras, el personal del equipo de emergencias de Cruz Roja estaba descargando el material necesario para prestar atención a los desalojados.
Desde que se produjo el miércoles el desalojo del antiguo instituto, donde quedaban unas 200 personas, Albiol ha ido repitiendo en los medios de comunicación y en sus perfiles de redes sociales su negativa a la acogida de los damnificados. Ha despreciado las condenas que han hecho relatores de la ONU por la decisión de echar a los residentes del instituto sin ninguna alternativa en la calle. En un vídeo en X ha hecho cálculos de cuánto le costaría al ayuntamiento dar techo a los jóvenes subsaharianos y les ha acusado de degradar Sant Roc, el barrio donde se encuentra el B9 y donde se han reubicado medio centenar de los expulsados. "En la concentración ha hecho de bombero pirómano", ha calificado un testigo de la protesta.
Una segunda concentración
La de enfrente de la parroquia no ha sido la única protesta contra la presencia y la ayuda a los desalojados. A pocos kilómetros de allí, también ha habido una concentración a las puertas del albergue municipal de Can Bofí Vell que Albiol ordenó cerrar hace casi dos años, dejando en la calle a decenas de personas sin hogar. En el interior de este centro cerrado y vallado desde entonces, unas 30 personas expulsadas del B9 buscaron un techo y estaban protegidas allí desde hace cinco días con la ayuda de un grupo de voluntarios. No ha sido hasta la fecha que han sido descubiertas. Primero, un grupo reducido de personas ha ido hasta las puertas del albergue para abuchear a los realojados y poco después se han sumado decenas de personas más con una actitud "más agresiva" contra los inmigrantes. La Guardia Urbana se ha presentado para identificar a los jóvenes, que han podido demostrar que hace más de 48 horas que habían ocupado el albergue y, por tanto, con la ley en la mano no se podía hacer un desahucio. Los jóvenes se han quedado dentro y planeaban pasar la noche.
Hasta aquí también ha llegado Albiol para repetir las palabras de la parroquia. "Ha hecho su mitin de siempre y ha prometido que mañana lunes les echará", ha explicado al ARA una testigo, que ha asegurado que la concentración responde a un "acto organizado".
En una carta abierta al presidente de la Generalitat, Salvador Illa, el grupo de desalojados que ahora duerme en Can Bofí Vell justifica haberse "protegido de la calle, el frío y la lluvia en el albergue municipal de Badalona" porque esa era la condición de la juez que ordenó el desalojo. Albiol desobedeció dejándolos al raso, sin embargo. "Es el lugar que nos corresponde por derecho. No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras ustedes vulneran nuestros derechos. Es indigno y es injusto", dice el texto. "Ahora nos preguntamos, le preguntamos, ¿qué pasará: Nos volverán a dejar de nuevo en la calle sin alternativa o tendrán tiempo de buscar una solución para las personas que nos vemos obligadas a vivir así? Esperamos su respuesta con mucho interés", concluye la misiva dirigida al presidente.
Albiol había rechazado la petición de la consejera de Derechos Sociales de reabrir el albergue para los desalojados alegando que no reunía las condiciones de seguridad óptimas. Sin embargo, personas que han entrado han asegurado que Albiol "mintió". Según sus relatos, el albergue lo encontraron limpio y pulido, con las sábanas en las camas, conservas en la despensa e incluso papel higiénico.
En la zona hay dos patrullas policiales. Unos minutos antes de las nueve llegó el alcalde Xavier García Albiol, que propuso a los vecinos levantar la protesta para darle "margen" de negociación con la Generalitat.
Las entidades están estudiando la situación ya alguno de los afectados que han llegado a la parroquia para pernoctar les han derivado a otro centro en Barcelona.