La urgencia de preservar los medios de proximidad

El 'Diari de Sabadell' cambia de manos para evitar el cierre
13/10/2024
3 min

AMIC es la entidad referente de los medios de proximidad de todos los territorios de habla catalana. Somos 600 medios asociados bajo este paraguas, que da servicio y voz conjunta a ese ecosistema comunicativo único en el mundo. Es sin duda la red tanto en soporte papel, digital, como audiovisual más importante, rica y diversa del ámbito lingüístico catalán, con una difusión conjunta de cerca de un millón y medio de ejemplares impresos y unas audiencias digitales de más de quince millones de usuarios únicos mensuales. Sin la tarea imprescindible que realizan estos medios en nuestros pueblos y ciudades, el territorio sería más pobre, menos plural, participativo y democrático, y tendría menos sentido de identidad y pertenencia. Y si hablamos de la lengua, todos estos medios utilizan mayoritariamente el catalán, incluso en las áreas metropolitanas.

Hace pocos meses, celebramos el Premio Internacional AMIC Medios de Proximidad, un galardón que destaca la excelencia profesional con una perspectiva catalana, europea e internacional. Los ganadores fueron un medio estadounidense, The Outlier Media; uno danés, Der Nordschleswiger; y uno catalán, Revista Cambrils. Aprovechamos el encuentro para escuchar las experiencias y la realidad del sector en otros países con los que queremos reflejarnos, experiencias que se unen al observatorio internacional que tiene la AMIC y que coordina la profesora Carmina Crusafon.

Ante la bajada de los ingresos provenientes de la publicidad tradicional y la necesidad de preservar estos medios, ya que su ausencia genera despersonalización y pérdida de referentes y participación, factores que favorecen el crecimiento de los populismos y la propagación de noticias falsas, algunos países ya disponen de herramientas para garantizar la viabilidad de estas cabeceras y evitar su desaparición. En el caso de Estados Unidos, se está promoviendo un movimiento que agrupa a medios y fundaciones privadas para presionar a los estados y al gobierno federal para cambiar leyes y poder ayudar económicamente a los medios locales. Se extiende por todas partes una gran preocupación por la pérdida de un ecosistema informativo de proximidad; y con él, la propagación de desiertos mediáticos en amplias zonas del país. Esta preocupación ha llegado también a los países del norte de Europa. En Noruega están destinando ayudas a los editores para fomentar la información cercana y rigurosa frente al peligro que la inteligencia artificial representa por la pérdida de identidad propia del país. Dinamarca ha triplicado las ayudas a los medios y semanarios locales como una medida para luchar contra la desinformación; lo considera fundamental.

Hay otros ejemplos en los que fundaciones sin ánimo de lucro invierten en proyectos de interés público porque reconocen que la prensa de proximidad es un bien a preservar. Éstas cuentan con ventajas fiscales significativas para el mecenazgo social y cultural, un aspecto que en nuestro caso no hemos sabido articular adecuadamente. Cerca, en el País Vasco, hay fundaciones que tienen un brazo inversor en varias empresas y una parte de las ganancias les revierten en proyectos que difunden el euskera. Este modelo podría ser un buen espejo para fortalecer al catalán, en un claro retroceso social. Aquí quisiera destacar el acierto de crear una consejería específica.

Cada vez más, los medios de comunicación, especialmente los de proximidad, con estructuras difíciles de sostener, necesitarán alternativas complementarias a los ingresos tradicionales, agravados por la dependencia de las grandes tecnológicas, que monopolizan las redes y favorecen la difusión masiva de mensajes a menudo falsos o tendenciosos.

En los últimos años hemos encontrado más sensibilidad por parte de los responsables de la Generalitat de Catalunya. Se han incrementado las campañas institucionales y se han recuperado los proyectos para medios en catalán, pero seguimos sufriendo el barcelonacentrismo y que la mayor parte del volumen de inversión siempre se vaya a los grandes grupos mediáticos. Es necesario realizar un cambio de enfoque y valorar el peso que representa esta riqueza singular, plural y diversa. Nuestro compromiso con el servicio público y los intereses del día a día de la gente está fuera de duda.

Conviene que los nuevos responsables de la Generalitat, y aquí añadiría del resto de administraciones, rompan tendencias sistémicas y valoren de verdad el activo que representan los medios de proximidad, porque, según todos los estudios, son los que generan mayor confianza entre la ciudadanía. Como dice nuestra última campaña publicitaria: somos el latido de la comunidad.

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