Los 100 primeros días del 'president' Aragonès
Su equipo destaca el cumplimiento de los compromisos, mientras que la oposición critica las pocas decisiones tomadas
BarcelonaFue investido el 21 de mayo y su equipo destaca el trabajo y el cumplimiento de los compromisos adquiridos, a pesar de que la oposición, todavía a la expectativa, critica las pocas decisiones que ha tomado.
Entre el diálogo y la judicialización
Con la llegada de Pere Aragonès al Palau de la Generalitat, el Procés ha abierto una nueva etapa. Tras explorar los límites de la unilateralidad en 2017, ERC ha decidido emprender la vía del diálogo con el Estado y en cien días como president Aragonès ya ha dado los primeros pasos. Pero el camino no se augura plácido, tanto por los recelos de su socio de Govern, JxCat, como por lo que supondrá la misma negociación con la Moncloa.
Indultos. Pere Aragonès fue investido president de la Generalitat el 21 de mayo tras unas tortuosas negociaciones con Junts. Un mes después, los presos políticos salían de prisión: el gobierno español había decidido indultarles una vez allanado el terreno y exhibiendo el apoyo de sindicatos y patronal. Aragonès les abrió las puertas del Palau de la Generalitat después de casi cuatro años encarcelados y decidió que uno de sus primeros viajes fuera a Bélgica para reunirse con el expresident Carles Puigdemont.
Reunión Sánchez-Aragonès. Con los presos en la calle, el paso siguiente para mantener viva la vía del diálogo fue la reunión oficial con el presidente español, Pedro Sánchez. Fue el 29 de junio y del encuentro salió la fecha y el lugar de la segunda reunión de la mesa de diálogo: la semana del 13 de septiembre en Barcelona. Antes, los dos gobiernos también retomaron la Comisión Bilateral, que se reunió el 2 de agosto. La Generalitat ha dicho sí a los órganos bilaterales con el Estado y no a los multilaterales, como la conferencia de presidentes autonómicos, a la que no fue Pere Aragonès. Ahora bien, el Govern sí que decidió participar -a través del conseller de Economía, Jaume Giró- en el Consejo de Política Fiscal y Financiera para conocer el objetivo de déficit.
Mesa de diálogo. Con la fecha y el lugar fijados, ahora empieza la verdadera prueba de fuego para el president. Y no será fácil, porque las reticencias de JxCat y la CUP son evidentes y palpables respecto a la utilidad de la mesa de diálogo. Este verano se han vuelto a hacer visibles con varios dirigentes de Junts defendiendo la unilateralidad. La misma presidenta del Parlament, Laura Borràs, calificó la mesa de “simulacro” y el expresident de la Generalitat, Quim Torra, defendió directamente que no se celebrara.
Tribunal de Cuentas. Mientras el diálogo con el Estado se abría camino, la judicialización del conflicto no se ha parado durante los cien primeros días de Govern. La causa abierta en el Tribunal de Cuentas por la acción exterior de la Generalitat ha supuesto el enésimo obstáculo en la relación entre los dos gobiernos. Pero también un chispazo para encender otro incendio entre JxCat y ERC. Fue a raíz del fondo que tenía que hacer frente a las fianzas millonarias y el rol que tenía que asumir el Institut Català de Finances: si tenía que actuar como avalador o no. Después de tensiones internas en el seno del organismo, el conseller Jaume Giró rectificó lo que había dicho horas antes y anunció que el órgano las avalaría.
El rey. Si ha habido un gesto que ha cambiado respecto a los anteriores gobiernos de Carles Puigdemont y Quim Torra es que Pere Aragonès ha decidido no evitar los actos donde asiste el rey Felipe VI. El ejemplo práctico fue en las jornadas del Cercle d'Economia, donde Aragonès y el monarca se saludaron e incluso fotografiaron, a pesar de que no cenaron juntos. Sí que lo hicieron unos días después en la inauguración del Mobile World Congress, donde también estaba Pedro Sánchez. El president defiende que la Generalitat no tiene que dejar la silla vacía en eventos importantes por el hecho de que esté el rey.
La quinta ola y un primer plan de choque
La acción de govern del ejecutivo de Aragonès ha estado marcada principalmente por la gestión de la quinta ola de la pandemia.
Coronavirus. La quinta ola de la pandemia le estalló en las manos al Govern. El ejecutivo fue a remolque de la explosión de contagios de junio, tuvo que recular y volver a instaurar las restricciones que hacía pocas semanas había levantado. Su gestión le comportó las críticas de todos los grupos de la oposición y el choque con los tribunales. El plan de vacunación continúa siendo prioritario a pesar de haberse retardado el ritmo.
Primer proyecto de ley. En 100 días de Govern, el ejecutivo de Pere Aragonès ha sacado adelante su primer proyecto de ley -y el único por ahora-: la ley de la ciencia. La normativa quedó pendiente de la anterior legislatura y el Govern quiere tramitarla por la vía de urgencia en el Parlament.
Grupo de trabajo de vivienda. El 1 de junio, el consejo ejecutivo aprobó la creación de un grupo de trabajo para garantizar el derecho a la vivienda que tenía que abordar, entre otras cuestiones, cómo parar los desahucios. El grupo, que engloba varios departamentos, está activo, según fuentes de Presidencia, y tiene previsto continuar reuniéndose en el mes de septiembre. Pero desde la CUP, la diputada Eulàlia Reguant recuerda que el compromiso acordado con ERC era “cambiar el protocolo” para frenar los desahucios. Coincide la portavoz de la PAH, Lucía Delgado, que ve positivo el grupo de trabajo, pero pide “medidas” inmediatas.
Interior. De la batería de compromisos que ERC asumió con la CUP para la investidura en el ámbito policial, estaba la retirada de las acusaciones particulares contra manifestantes independentistas. Este punto no se ha cumplido, pero se ha decidido que los servicios jurídicos de Interior se integren a los centrales de la Generalitat -que dependen de Presidencia- . También se ha acordado la creación de la comisión parlamentaria para volver a debatir el modelo de orden público.
Plan de choque social. Durante su discurso de investidura, Pere Aragonès se comprometió a sacar adelante un plan de choque social para fomentar la ocupación dotado de 700 millones de euros. El compromiso se ha cumplido con el anuncio que hizo el conseller de empresa, Roger Torrent, de impulsar un plan de 917 millones de euros. El secretario general de CCOO, Javier Pachecho, recuerda que esto ya se había acordado con los agentes sociales meses antes, mientras que la portavoz del PSC, Alícia Romero, lo ve “poco ambicioso” porque cree que, como plan de choque social, tendría que abarcar más ámbitos. Pacheco, y también el secretario general de la UGT, Camil Ros, piden también poner hilo a la aguja en el pacto para la industria -la primera reunión será el 10 de septiembre- y abordar las mejoras en la renta garantizada de ciudadanía.
Los presupuestos de 2022, el reto pendiente
En 100 días de Govern, también se ha abierto el melón de cuestiones que se tendrán que gestionar en los próximos meses. Se trata de los presupuestos para 2022 o de temas polémicos como la ampliación del aeropuerto de El Prat.
Presupuestos. Antes de empezar las vacaciones de verano, el conseller de Economía, Jaume Giró, mantuvo una primera toma de contacto con los grupos que podrían negociar los presupuestos del año próximo: la CUP, el PSC y los comuns. Pere Aragonès continúa insistiendo que los cupaires son el único socio con quien el Govern se plantea aprobar las cuentas, pero la CUP ha mostrado reticencias con el rumbo del nuevo ejecutivo y pide que los compromisos pactados en el acuerdo de investidura se plasmen también en el proyecto de presupuestos, como por ejemplo dotar de recursos la prueba piloto de la renta básica universal, priorizar el debate sobre una energética pública o reforzar el sistema de atención primaria. El PSC continúa extendiendo la mano al ejecutivo, a pesar de la negativa de Aragonès de negociar los cuentas con ellos, y los comuns ven difícil sentarse a negociar mientras el Govern mantenga vivos proyectos como la ampliación del aeropuerto. Sea como fuere, Giró se ha comprometido a aprobar las cuentas antes de que acabe el año, que hace diez años que no pasa.
Ampliación del aeropuerto. Sacar adelante o no esta infraestructura ha centrado el debate político de las últimas semanas. Y muy probablemente lo continuará haciendo en los próximos meses, porque a partir de ahora se tiene que redactar el plano director. Es aquí donde se tiene que establecer cómo tiene que ser esta ampliación y fuentes del Govern aseguran que quieren que se respeten todos los criterios medioambientales. “No hay nada cerrado”, afirman. Tampoco dan por hechos los Juegos Olímpicos de Invierno, a pesar de haber presentado la candidatura, y recuerdan que el Govern se ha comprometido a hacer una consulta.
Las críticas de la oposición. Además de la CUP, que ha lanzado varios avisos sobre el rumbo del Govern, también los comuns y el PSC se muestran decepcionados de los primeros 100 días de Govern. Tanto el portavoz de los comuns, David Cid, como el líder de la oposición y dirigente del PSC, Salvador Illa, creen que el balance es pobre. “Esperaba más del Govern en estos 100 días. El momento pedía más energía y el arranque parece más una continuación aguada de lo que ya teníamos en los últimos 10 años”, dice Illa. Pacheco valora el intento de “recuperar la capacidad de gestión”, pero admite que al ejecutivo le ha costado arrancar. Coincide Ros, que pide más “movimientos” en los próximos meses. Desde la patronal, tanto Fomento como Pimec ponen en valor que se haya abierto el diálogo con el Estado, pero el presidente de Fomento , Josep Sánchez Llibre, lamenta las “peleas” entre socios de Govern y la “dependencia” de la CUP para negociar los presupuestos. Pimec, por su parte, pide al ejecutivo que no caiga en propuestas “populistas”.