Alejandro Fernández, el quebradero de cabeza inesperado del PP

MadridNo es habitual ver a un líder del PP en Catalunya criticando públicamente la estrategia del partido en el Estado. Por eso estos días ha sorprendido la contundencia con la que el actual presidente de los populares en Catalunya, Alejandro Fernández, está hablando de la apuesta de Alberto Núñez Feijóo y la cúpula conservadora por incluir a Junts entre los partidos con los que el PP debe conversar de cara a una hipotética –y ciertamente improbable– investidura del dirigente gallego.

“Junts es mi rival, un partido cuya tesis esencial es que España es una dictadura dirigida por un rey fascista, con el que se niegan a hablar. Que alguien me diga de qué hay que hablar con ellos”, tuiteaba Fernández este domingo. El miércoles ya había publicado otro mensaje más críptico, en el que pronosticaba que estaban a punto de producirse fotografías que "destruirían la reputación de quien las impulsara". Entre los mensajes de apoyo recibidos, ninguno del resto de destacados dirigentes del partido en Catalunya. Hace meses, Fernández hacía público también su rechazo a formar parte de las listas del PP en el Congreso, en un movimiento que su entorno considera que buscaba sacarlo de la primera línea.

Porque detrás de los movimientos de Alejandro Fernández está también la sombra del próximo congreso del partido –todavía sin fecha–, donde todo el mundo da por hecho que Génova impondrá a otro presidente en lugar de Fernández. Varias fuentes consultadas, de hecho, achacan a esta situación los últimos mensajes del dirigente popular, que, siempre según las mismas fuentes, sabiendo que entre las bases cuece todavía la herida del 2017, estaría buscando un relato para justificar de puertas hacia fuera su relevo al frente del PP. Hace tiempo que Fernández ha perdido la confianza del partido, y ni siquiera pudo imponer a su candidato en la lucha por quién aspiraba a la alcaldía de Tarragona –de donde él era concejal– en las últimas municipales.

Génova le responde

Desde Génova quitan hierro a la polémica, pero ayer el portavoz del PP, Borja Sémper, le respondió en rueda de prensa que mantener un encuentro con los grupos parlamentarios del Congreso significa “recuperar la normalidad institucional” y que no supone tener que estar de acuerdo con los postulados de los demás. “Escuchar no significa venderte”, avisó.