Alvise Pérez excluye del sorteo del sueldo a los otros eurodiputados y asesores de su plataforma

Había calificado de "parásitos" a los políticos que cobran dinero público

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Comparexense de Luis 'Alvise' Pérez

BarcelonaEl eurodiputado de extrema derecha Alvise Pérez prometió que con él y su agrupación de electores "se acabaría la fiesta", la expresión que utilizó como anzuelo electoral contra la corrupción. Pero sus primeros meses de actividad desde las elecciones europeas y el primer sorteo de su sueldo como eurodiputado –que ha ganado un asturiano– ponen en evidencia las contradicciones que labró con proclamas populistas que ahora se le vuelven en contra.

El sorteo ha sido de su sueldo, que asciende a más de 10.000 euros brutos. ¿Eso implica cumplir con la promesa que hizo el día de las elecciones europeas? La noche electoral, en un abrumado discurso, espetó: "Daremos el 100% del sueldo porque no somos malditos parásitos, tenemos trabajo, oficio y beneficio". Ahora, ha sorteado su sueldo, pero no el de sus dos compañeros eurodiputados, Nora Junco y Diego Solier, y tampoco el de sus asesores (el Parlamento Europeo paga un máximo de 29.000 euros mensuales directamente a los asistentes de cada eurodiputado). Y también le devuelve el argumento de por qué no debe cobrar como político: "Para empezar a hablar de cómo cambiamos el sistema, no podemos depender económicamente del sistema para vivir", ha ido repitiendo Pérez, que ha enfatizado que éste es un sistema "criminal".

De hecho, la cifra que da también es objeto de polémica porque en diversas entrevistas como en El Español o con youtubers cómo Wall Street Wolverine recalcó que daría 2,4 millones de euros a lo largo de la legislatura. Una cifra a la que no se llega dando sólo su sueldo. Mensualmente, Alvise percibe de la Eurocámara 10.000 euros brutos al mes –que terminan en 8.000 netos– porque, según el Estatuto de los Eurodiputados, debe corresponder al 38,5% del salario de un juez del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que cobran 318.000 euros anuales. Estos 120.000 euros brutos anuales son 600.000 en cinco años, y si se sumaran los de sus dos compañeros eurodiputados llegarían a 1,8 millones. Ahora bien, además del salario, debe añadirse la aportación por gastos generales –4.950 euros al mes cada uno de ellos– para cubrir gastos generales para la oficina de diputado; las dietas de aposento, de 350 euros diarios, para cubrir el alojamiento o comida de cada jornada laboral que pasa el eurodiputado; además de los gastos de viaje, que pueden ascender como máximo a 4.900 euros anuales. Con estos añadidos podría alcanzar la cifra siempre que colaboraran sus correligionarios, algo que de momento ha evitado.

Mirando en Milei

La estrategia de sortear el sueldo no es nueva, puesto que Pérez la ha copiado de uno de sus referentes de la derecha radical, el presidente argentino, Javier Milei. Con este movimiento, intenta poner a todos los políticos en el mismo saco mientras él se erige en antisistema, en el marco de su "lucha contra la corrupción". De hecho, retó al resto de eurodiputados a hacer lo mismo que él para evitar vivir del dinero público. Asimismo, también se ha inspirado en Milei por su cruzada contra los medios de comunicación: en su caso, incluso señalando a periodistas, que pone en la diana de sus seguidores difundiendo datos personales en las redes sociales públicas y privadas.

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