La anomalía valenciana: ¿cómo se explica la continuidad de Mazón un año después de la dana?

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Valencia"Las víctimas vivirán este primer aniversario como lo vivimos todos. Con mucha vergüenza. No merecemos un presidente de la Generalitat que no asume responsabilidades, que no pide perdón y que piensa que aquí no ha pasado nada y borron y cuenta nueva y reconstrucción. No es así. Hay familias que no han podido empezar el duelo por toda esta situación". Mariló Gradolí es la portavoz de la Asociación de Víctimas de Dana 29 de octubre de 2024, una de las más combativas contra la gestión de Carlos Mazón. Gradolí explica a la perfección la situación que se vive en la Comunidad Valenciana un año después de la riada que provocó. presidente de la Generalitat que rehuye cualquier responsabilidad e intenta que el debate público se centre exclusivamente en la reconstrucción;

Toda esa tensión que vive el país se concentra en un punto muy concreto: el despacho de la juez de Catarroja, Nuria Ruiz Tobarra, quien instruye ella sola el caso por la mayor catástrofe de la democracia en España, y que está desmontando paso a paso las múltiples versiones que han dado los cargos del PP implicados. "Toda esta situación se da básicamente porque Mazón no ha dimitido. Si hubiese dimitido estaríamos en otra dimensión, y no habría tanta tensión política en el caso, en el que se han acabado personando todos los grupos de extrema derecha de España", explica Manolo Mata, exdirigente socialista que ahora ejerce de abogado de una de las.

La continuidad de Mazón no sólo supone una herida abierta, ya que impide a las víctimas pasar página y hace que la instrucción del caso ocupe las primeras llanuras cada día, sino que sitúa a la Comunidad Valenciana en un estado de anomalía democrática, con un presidente que tiene el rechazo del 80% de la población, pero con unas encuestas. "Para nosotros es un usurpador, ya no es presidente de la Generalitat", dice Joan Baldoví, líder de Compromís en Les Corts. Baldoví ha tomado una decisión concreta para subrayar que no reconoce a Mazón como su presidente: a Les Corts siempre le habla de ti.

Así pues, Mazón ha pasado de ser un presidente noqueado en los días posteriores a la dana, en palabras de Alberto Núñez Feijóo, a aspirar a repetir como candidato. Para ello ha aplicado un manual que el PP valenciano conoce a la perfección, porque ya lo había aplicado en otras ocasiones, aliñado esta vez con elementos provenientes del ayusismo. Vamos a palmos.

Las estrategias de Mazón

1. Apoyo de Vox

La primera estrategia que Mazón puso en marcha para sobrevivir, comprobado que Feijóo no estaba dispuesto a sacrificarlo, fue asegurarse el apoyo de Vox. El presidente valenciano cuidó especialmente la relación con Santiago Abascal, con quien almorzó y mantiene una relación "extraordinaria", según admitió él mismo en un acto en Madrid el pasado febrero.

"En la práctica Mazón es como un presidente de Vox, y cada día que pasa en el Palau sube la extrema derecha", se lamenta Joan Baldoví, el líder de Compromís en las Corts Valencianes. El politólogo Jordi Sarrión-Carbonell también avisa de que Vox es quien más está rentabilizando el malestar por la dana. "Así como Juanma Moreno intenta aislar a Vox, Mazón lo que hace es cooptar sus discursos. Incluso en el debate de política general Mazón citó a la figura de Charlie Kirk antes que a Vox", comenta Sarrión-Carbonell. Esta semana el PP valenciano ha aceptado otra de las demandas de Vox, que es diferenciar entre inmigrantes y nacionales en las estadísticas, incluso en la donación de sangre.

2. Dividir a las víctimas

La segunda estrategia que ha aplicado ha sido dividir a las víctimas, al estilo de Francisco Camps con el accidente del metro, y promover la creación de entidades cercanas al consejo. En concreto, fuentes de las primeras asociaciones de víctimas que se crearon denuncian que tanto Todos a una Voz, cuyo discurso centrado en la reconstrucción, como SOS Desaparecidos están alineadas con el gobierno Mazón.

"El Consell ha maltratado a las asociaciones, ha querido desprestigiarnos, y como veían que no funcionaba el siguiente paso ha sido intentar diluirnos", denuncia Mariló Gradolí, vecina de Catarroja, una de las localidades más afectadas por la dana.

3. Control de los medios

La segunda estrategia ha consistido en el control de los medios, especialmente À Punt, que en los primeros días de la dana hizo una cobertura muy notable, aunque más centrada en las víctimas que en las responsabilidades políticas. Durante este año el gobierno del PP ha impuesto de la mano de Vox el control total de la cadena, y ha cambiado desde el presidente del ente hasta después de informativos. Los trabajadores de À Punt hicieron público un comunicado el pasado 6 de octubre en el que denunciaban la "manipulación" de la cadena y que se hacían "noticias al dictado".

Fuentes de los trabajadores explican al ARA que se ha desmantelado la sección de política que había y que las noticias sobre la instrucción de la jueza de Catarroja se minimizan y nunca abren los informativos. En cambio, se apuesta por sucesos y noticias muy locales, como una plaga de mosquitos en Betxí. La audiencia, eso sí, se ha caído en picado.

4. El manual de Ayuso: ETA y Venezuela

El tercer punto del manual de Mazón está sacado del más puro manual de Ayuso. Cuando se habla en Mazón de su responsabilidad el día de la dana, acude siempre a dos clásicos: ETA y Venezuela. "Es un ayusismo de Hacendado, porque se ve claro cuál es el original y cuál es la copia", dice Jordi Sarrión-Carbonell.

En el pleno del 16 de octubre, Mazón aplicó el manual al por menor. En lugar de responder a las preguntas sobre la dana acusó a la izquierda de no compartir el Nobel de la Paz a la venezolana María Corina Machado y anunció que el PP llevaría una moción a votación. Y cuando la izquierda le acusó de querer retirar el nombre de Ernest Lluch a un centro sanitario, respondió recordando los pactos del PSOE con Bildu.

Es en las sesiones de control donde se ve que la sintonía entre el PP y Vox es total, hasta el punto de que la extrema derecha no pregunta al gobierno, sino que sólo hace discursos contra Sánchez y la izquierda.

5. El manual de siempre: la lengua y Cataluña

Mazón también ha aplicado el manual propio de la derecha valenciana: la lengua y Cataluña. Ya en un artículo de 1980, el sociolingüista Lluís Vicent Aracil escribía: "La derecha valenciana, sucursalista inmemorial, ha descubierto un truco para sobrevivir. Se ha inventado una "lengua valenciana" que todos los valencianos deben defender contra el "catalán"".

El gobierno de Mazón ha actuado básicamente en dos ámbitos. Por un lado, ha recortado un 25 por ciento del presupuesto de la Academia Valenciana de la Lengua, una reducción que en la práctica es del 44 por ciento, según la propia institución. ¿El motivo? La AVL reconoce la unidad de la lengua.

El recorte ha obligado a la institución a suspender buena parte de sus actividades ya funcionar bajo mínimos. "Es inaudito, nunca ningún gobierno había recortado una institución que es estatutaria", denuncia su presidenta, Verònica Cantó. En Cantó lo que más le duele es haber tenido que suspender iniciativas como los premios Carme Miquel a iniciativas para fomentar el uso del valenciano en las escuelas. "Ellos lo que buscan es conflictivizar al valenciano, porque eso beneficia a la lengua hegemónica, que es el castellano", afirma.

Por otra, ha intentado dividir a la comunidad educativa obligando a los padres a elegir entre castellano y valenciano en una consulta. Los resultados no fueron los que el gobierno esperaba, puesto que el valenciano se impuso por la mínima en el global. Sin embargo, en la práctica los profesores denuncian que la consulta ha sido utilizada para aumentar las horas lectivas de castellano incluso en los centros donde ganó el valenciano por goleada, como el CEIP Alejandra Soler, del barrio de Ruzafa de Valencia. "En realidad los padres no estaban eligiendo nada, porque al final se hace lo que ellos quieren", se queja la profesora Carme Pérez.

La instrucción judicial

La gran amenaza para Carlos Mazón no se llama ni Diana Morant ni Joan Baldoví, sino Nuria Ruiz Tobarra, la juez de Catarroja que investiga las responsabilidades penales en la dana. El abogado Manolo Mata la describe como una persona "hipermeticulosa", que se emociona cuando oye los relatos de las víctimas, nunca corta a nadie y procura que "todo el mundo se sienta a gusto en el procedimiento". "Lo importante es que la sala de la Audiencia que revisa todas sus decisiones está avalando la instrucción", precisa Mata. Se trata de decisiones como no imputar ningún cargo dependiendo de la administración central, pese a que lo piden las acusaciones de extrema derecha, y centrarse en los responsables autonómicos, puesto que la competencia en Protección Civil es exclusiva de la Generalitat.

La juez ha imputado a la exconsejera Salomé Pradas y su números dos, Emilio Argüeso, y ha invitado en varias ocasiones a Mazón a declarar, pero siempre lo ha rechazado. Esta presión judicial obliga a Mazón a combinar una estrategia política con una jurídica, que a menudo son incompatibles. Mazón, por ejemplo, saca pecho de no haber sido informado ni de haber tenido participación en el envío tardío de la alerta.

"La estrategia judicial de Mazón consiste en decir: «No hay ningún decreto o ley que me obligue a intervenir en una emergencia». Políticamente es dramático. Yo he sido portavoz en Les Corts y no me imagino que se envíe una alerta a la población sin que el presidente dé el visto bueno. Y él se vanagloria de."

Sin embargo, el abogado es escéptico respecto a la posibilidad de conseguir condenas en este caso, y considera que llegar a juicio ya sería un éxito. "Los errores no tienen contenido penal. Lo que tiene es una imprudencia muy grave. La línea es muy fina. En el caso del metro se hizo una instrucción inatacable, la gente cobró y en primera instancia no condenaron a nadie. Y esto puede volver a ocurrir", advierte.

Faltan testimonios clave

Pero también recuerda que hay importantes testigos que aún no han declarado, como el responsable de los Bomberos de Valencia José Miguel Basset, contra el que ahora apunta Pradas. "Los silencios no pueden ser eternos y la propia Pradas ha cambiado varias veces de versión", afirma. "Mazón está pendiente de que alguien le delate en el procedimiento, seguramente no debe dormir por las noches", añade. ¿Pero cuál sería la prueba de que le haría caer?

"No tenemos la grabación en la que Pradas dice: «Hasta que el presidente no me dé el visto bueno no podemos enviar el mensaje». Porque eso es lo que ocurrió", concluye. Mazón, por tanto, está pendiente del calendario de la instrucción. Los abogados calculan que aún puede durar dos años más, por lo que podría solaparse con el fin de la legislatura. Todo el mundo coincide, eso sí, en que si la jueza eleva un escrito al TSJCV pidiendo la imputación del presidente, Mazón no tendrá más remedio que dimitir.

El papel de la oposición

Y ante todo esto, ¿cómo es que la oposición no capitaliza de forma clara el desgaste de Mazón? Desde el PSPV se intenta ver el vaso medio lleno. "La realidad es que hace un año Mazón era un presidente simpático, que hacía vídeos de TikTok preguntando sobre la horchata o patatas chips, que iba como un cohete a las encuestas, y ahora ya no hace tanta gracia", dice un dirigente socialista. "Por mucho que intente cambiar el guión, vive atrapado en el 29-O y en sus mentiras, y eso va calando", defiende esa voz. Pero no todo el mundo es tan optimista. "La candidata del PSPV, Diana Morant, forma parte del gobierno de España, y eso también desgasta. Y, además, vivimos en plena ola reaccionaria global", apunta el delegado deEldiario.es en el País Valenciano, Sergi Pitarch. De hecho, desde el PP valenciano transmiten al ARA que están muy tranquilos con su oposición y cierran filas con Mazón. "Él está en la tesitura de volver a presentarse", dice Pitarch.

Pero hay una incógnita con nombres y apellidos que se cierne sobre la política valenciana: Mónica Oltra. El ex líder de Compromís está apartada de la primera línea política desde que dimitió cuando le acusaron de haber encubierto desde la conselleria un caso de abuso sexual cometido por su exmarido. "Si vuelve, ella sí tiene capacidad de remover el tablero político", dice el politólogo Jordi Sarrión. "Las izquierdas sólo han ganado en la Comunidad Valenciana en los últimos 30 años cuando ella se ha presentado", recuerda un estrecho colaborador. "La diferencia entre izquierda y derecha en la Comunidad Valenciana es ajustada, entre 50.000 y 70.000 votos. Si llegan las elecciones y la dana es importante puede haber cambio", concluye Pitarch.

En todo caso, queda claro que la partida política en la Comunidad Valenciana sigue abierta un año después. Y al margen de las maniobras del gobierno Mazón para exculparse, hay otra cosa que ha ocurrido este último año y que funciona como un recordatorio macabro de lo que no se hizo el 29-O. Desde ese día se han enviado once alertas a los móviles en distintos puntos de la Comunidad Valenciana, la última vez el pasado 9 de octubre. Y el número de víctimas mortales en estas emergencias ha sido cero.

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