Negociaciones para la investidura española

Aragonès arremete contra la manifestación españolista y la califica de "fracaso"

El gobierno español califica a PP y Vox de "nostálgicos del enfrentamiento" y reprocha los gritos contra el rey Felipe VI

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, este domingo en Masquefa

BarcelonaDespués de la manifestación contra la amnistía en Barcelona, las reacciones no se han hecho esperar. El presidente del Govern, Pere Aragonès, ha criticado desde Masquefa el "fracaso" de la marcha, que ha reunido a 50.000 personas según la Guardia Urbana –65.000 menos que la protesta independentista del 11-S, según el mismo cuerpo–, y ha lamentado que la derecha españolista haya venido a la capital catalana a promover "venganza, odio y represión". En opinión del presidente, la presencia de los líderes del PP y Vox es "inversamente proporcional a su éxito y apoyo" entre la ciudadanía de Catalunya, donde solo tienen 8 de los 48 diputados que los catalanes envían al Congreso de Diputados. Aragonès también ha señalado que la quiebra de la protesta "empuja más que nunca a batallar por la amnistía y la autodeterminación".

El secretario general de Junts, Jordi Turull, ha ironizado sobre la poca participación que cree que ha tenido la marcha: "Tantos kilómetros por tan poco…" Y la presidenta del partido, Laura Borràs, ha asegurado que es "un fracaso de los quienes siempre dicen «no a todo» cuando se trata de Catalunya" y de los que "solo saben proponer «Puigdemont en prisión» porque no tienen ninguna propuesta política para solucionar el conflicto".

En cuanto al gobierno español, el ministro de Presidencia en funciones, Félix Bolaños, ha lanzado un dardo contra el PP y Vox, a quien ha calificado de "partidos nostálgicos del enfrentamiento". Ha reprochado la "incompetencia total" con la que la derecha gestionó la situación política en Catalunya en 2017, con una "herencia catastrófica", y ha defendido "el diálogo, la convivencia y la Constitución". En cambio, el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, se ha fijado en los diversos gritos contra el rey Felipe VI que se han oído en la manifestación y en las pancartas que acusaban al jefe de estado de “cómplice "del independentismo y de cobarde a la hora de actuar. Por eso, ha pedido a la derecha "respeto a las instituciones" del Estado, como la monarquía.

El líder del PSC, Salvador Illa, ha subrayado que la derecha y la extrema derecha se manifiestan juntas en Barcelona "para sembrar el miedo y la crispación". Ha pedido "respeto" por los resultados de las elecciones estatales del 23-J y ha defendido la estrategia de diálogo en Catalunya. También ha rebatido el argumento de que España se esté rompiendo: "No se rompe nada. Reconocer la diversidad nos fortalece, y negarla nos debilita", ha dicho. La líder de los comunes, Jéssica Albiach, ha dicho, en el mismo sentido, que la convocatoria españolista ha sido un "fracaso mayúsculo" de la derecha y la extrema derecha. Ha añadido que, "pese a sus intentos frustrados de ganar en las calles lo que perdieron en las urnas el 23-J", tejerán una alianza plurinacional para un nuevo gobierno estatal. Ha coincidido la diputada de los comunes en el Congreso Aina Vidal, quien recalcó que la manifestación de los partidos de derechas "es una expresión de su debilidad en las urnas".

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