Aragonès y Sánchez pactan reactivar la mesa de diálogo en septiembre en Barcelona
También reactivarán la comisión bilateral Estado-Generalitat en julio
MadridLa nueva etapa de deshielo entre la Generalitat y el Estado ha empezado este martes en Madrid con un acuerdo tangible: la mesa de diálogo sobre el conflicto político catalán se reactivará en la tercera semana del mes septiembre con una reunión en Barcelona. Así lo han pactado el presidente catalán, Pere Aragonès, y el español, Pedro Sánchez, en la reunión que han mantenido en la Moncloa. Esta mesa de negociación, pactada en su día por ERC y el PSOE, solo se había reunido por ahora una sola vez hace más de un año: el 26 de febrero de 2020, y había quedado arrinconada desde entonces. Para el presidente catalán, la reactivación de este instrumento es "la mejor constatación de que todas las partes damos una oportunidad al diálogo, a la negociación y a la política".
La reunión en la Moncloa entre los presidentes ha durado dos horas y media. Esta vez los dos gobiernos han querido mostrar menos solemnidad y más ir por trabajo. No ha habido paseo por los jardines como en la reunión de la mesa de diálogo de 2020, ni el intercambio de regalos de anteriores ocasiones. Aragonès ha bajado del coche, se ha saludado con Sánchez y hacia dentro. Para ponerlo en contexto, los dos gobiernos todavía no tienen ningún acuerdo para presentar más allá de la fecha de la próxima reunión de la mesa de diálogo, pero la reacción del gobierno a la reunión de hoy no ha sido los "no ha ido bien" que pronunciaron Mas con Rajoy en 2012 o Puigdemont en 2016 también con el presidente popular. Para Aragonès, "las posiciones son alejadas y las diferencias evidentes sobre cómo resolver el conflicto político", pero hay margen, como mínimo, para seguir hablando. Sin grandes fuegos artificiales, la fotografía de hoy es que hay espacio de maniobra.
Sobre la que será la segunda mesa de diálogo pocas concreciones más: será paritaria entre las dos partes, pero no se ha aclarado ni si estarán presentes él y Sánchez o, por ejemplo, si la Generalitat sería partidaria de que estuvieran ex presos políticos como el presidente de ERC, Oriol Junqueras. Han decidido que sus respectivos equipos se pongan a trabajar y pacten una "metodología" para funcionar. Tienen hasta el 13, el 14 o el 15 de septiembre, que es cuando se prevé que sea la reunión. Fuentes del Govern hacen una lectura positiva de la reunión, a pesar de que admiten que la negociación no será fácil: "Las posiciones son las que son pero todos tenemos ganas de arrancar". También ha admitido la complejidad el propio Aragonès en su comparecencia desde el Centro Cultural Blanquerna: "Será la negociación más compleja y más difícil que habrá hecho la Generalitat en su historia contemporánea". En gran parte, porque la delegación catalana irá a defender la amnistía y la autodeterminación, dos elementos de los que el PSOE no quiere oír ni hablar.
Las bilaterales en julio
La mesa de diálogo no será la única mesa entre los dos gobiernos. Para julio, los dos presidentes también han decidido reactivar las comisiones bilaterales Estado-Generalitat. En este ámbito Aragonès quiere negociar las cuestiones sectoriales como las inversiones, las deudas pendientes del Estado o los fondos europeos pospandemia. Es decir, quiere diferenciar que la mesa de diálogo sea para resolver el conflicto político y que las bilaterales sirvan para reclamar el traspaso del aeropuerto, por poner un ejemplo que hoy Aragonès no ha citado, pero que sí que reivindicó recientemente con empresarios.
Desjudicializar el conflicto
El otro gran tema de la reunión ha sido la demanda de Aragonès de desjudicializar el conflicto porque considera que, mientras continúen abiertas causas como la del Tribunal de Cuentas será imposible encontrar una salida negociada al conflicto político. El presidente le ha transmitido a Sánchez que tendría que aplicar el informe reciente del Consejo de Europa, que reclama la retirada de las euroórdenes -para que vuelvan los exiliados- o clamaba contra las causas judiciales abiertas que tienen los cargos medios de la Generalitat, como la que hay abierta en el juzgado número 13. Aragonès, consciente de que la cuestión al gobierno español le genera incendios permanentes con la derecha, no ha hablado de medidas concretas, pero ha dado a entender que Sánchez está abierto a hablar.