Partidos políticos

Barcelona en Comú se escora a la izquierda y deja la puerta abierta a Ada Colau de cara al 2027

El partido cierra el congreso después de apostar por alianzas con ERC y la CUP

BarcelonaBarcelona en Comú se ha marcado un objetivo: recuperar la alcaldía en las elecciones municipales del 2027 en manos de Jaume Collboni, al que acusan de ser un aliado de los lobis y al que llevan meses intentando desgastar para situarse como la alternativa "para las clases populares" de la ciudad. La pérdida de la alcaldía y la retirada de Ada Colau de la primera línea política supuso un golpe para la formación municipalista, que celebró este fin de semana un congreso para poner al día su ideario y superar el desencanto que, según admiten, siendo parte de su electorado. La receta que proponen son alianzas más escoradas a la izquierda (y lejos del PSC) y hacerse más fuertes como organización política en los barrios, ahora que BComú ha cumplido ya 10 años de vida. Pero, en cuanto a la candidatura para 2027, el partido ha optado por nadar y guardar la ropa: aunque en la ponencia reitera la necesidad de limitar los mandatos de sus cargos públicos, también deja la puerta abierta a Colau por si decidiera volver a disputar la alcaldía en el PSC.

Hasta ahora, el código ético de Barcelona en Comú fijaba para los cargos electos un límite de "dos legislaturas consecutivas, excepcionalmente prorrogable a un mandato más siempre que se dé un proceso de discusión y validación ciudadana", como se produjo con el caso de Colau, con el aval de las bases. Ahora, la nueva ponencia política chuta la pelota adelante y deja la fórmula final de los años y las posibles excepciones en manos del Comité de Ética. Éste ha sido un tema objeto de debate en las agrupaciones del partido en el proceso previo al congreso de este fin de semana en las Cotxeres de Sants, bajo el lema"Repensamos Barcelona". Como también se constató en la asamblea de los Comunes en noviembre, fuentes de la formación admiten preocupación por la falta de renovación de liderazgos, pero, al mismo tiempo, recalcan el capital político que supone Colau de cara al electorado.

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De entrada, la exalcaldesa está ahora centrada en la presidencia de la fundación Sentido Común y en su vertiente de activista internacional en temas como la denuncia de la guerra en Gaza o la defensa de los derechos LGBTI. Ha intervenido en la primera jornada del congreso, pero no en la clausura con las primeras espadas de Comuns. En cualquier caso, y en una entrevista en Europa Press por el aniversario de la victoria de BComú en las municipales del 2015, Colau dejó la puerta abierta a volver "excepcionalmente" a la primera línea política "si realmente fuera muy útil".

El riesgo "de erosión"

Tras los debates con la militancia y representantes de los movimientos sociales desde enero, en la ponencia se ha optado por que sea este Comité de Ética, formado por cinco miembros avalados por el plenario, quien establezca cómo limitar los mandatos de los cargos públicos. Lo hará "próximamente", según fuentes del partido, que aclaran que la versión final del código ético en el que se incluirá deberá pasar después por la coordinadora y el plenario. Ahora bien, el texto aprobado en el congreso también arroja una advertencia: "Sin mecanismos claros de limitación y renovación de cargos, el riesgo es la consolidación de dinámicas cerradas, la cooptación interna y la erosión de la confianza colectiva". Quien también podría quedar afectada por el límite podría ser el ahora líder de grupo municipal de Barcelona en Comú, Janet Sanz, concejala desde 2011 –aunque, antes de por BComú, lo fue por ICV.

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En cuanto a los cargos orgánicos del partido, el documento sí pone fecha de caducidad: no podrán superar los dos mandatos consecutivos. Además, la nueva ponencia reforma el sistema de confección de las listas e incorpora dos rondas de primarias: la primera, del tándem de número 1 y 2 (que elegirán los cinco primeros puestos de la lista) y la segunda, para escoger del sexto al decimoquinto puesto, respetando criterios de paridad.

ERC y la CUP, aliados antes que el PSC

La nueva hoja de ruta también profundiza en las alianzas políticas de Barcelona en Comú en esta nueva etapa, que ven marcada por el final definitivo del ciclo del 15-M y del Procés. La propuesta de la dirección sitúa como aliados clave a Esquerra ya la CUP –ahora sin representación en el consistorio– contra el PSC y, sobre todo, contra una hipotética alianza sociovergente con Junts en la ciudad. Esta posibilidad quedó truncada en el 2023 cuando Xavier Trias se impuso a Jaume Collboni, pero el socialista logró a última hora la alcaldía gracias a los votos de BComú y del PP. La decisión de ceder los votos al PSC en su momento ya dividió en su momento el espacio: echando la vista atrás, ha habido voces que han cuestionado este movimiento, especialmente después de que el alcalde socialista se acercara a ERC para cerrar un pacto de gobierno (finalmente, fallido) en lugar de hacerlo con BComú, que le había pedido de forma insistente un gobierno tripartito de izquierdas.

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La redacción inicial de la ponencia hablaba incluso de articular un "blog del soberanismo de izquierdas" (donde, por cierto, no se menciona a Podemos) para disputarle "la hegemonía" al PSC, pero a raíz de enmiendas individuales y del partido sufrió la dirección que habla de buscar la "cooperación" y "espacios compartidos" con ambas fuerzas. No es una apuesta extraña en la historia de Barcelona en Comú, que en el 2015 ya intentó buscar una alianza con la CUP para presentarse conjuntamente, y que fracasó por la presencia de ICV en la candidatura. Hasta ahora, uno de los elementos que ha dificultado el entendimiento con ERC ha sido la complicada relación entre Comuns y la líder de ERC en el Ayuntamiento, Elisenda Alamany, que en su día partió peras con el partido lila.