La crisis enterrada de los comunes tras el adiós de Ada Colau
Algunos sectores del partido lamentan la falta de renovación en la cúpula y critican la falta de presencia territorial
BarcelonaLos comunes afrontan los días 16 y 17 de noviembre una asamblea extraordinaria para afrontar sus últimos malos resultados electorales. Una de las grandes incógnitas era quien tomaría las riendas de la próxima dirección, después de la decisión de Ada Colau de apartarse de la primera línea política (sin descartar, sin embargo, volver a presentarse a las elecciones del 2027). La incógnita quedó resuelta el pasado 21 de octubre: en una entrevista en RTVE, la jefa de filas de los comunes en el Parlament, Jéssica Albiach, anunció que renunciaría a repetir como coordinadora nacional y que la hasta ahora coordinadora, Candela López, y la concejala en el Ayuntamiento de Barcelona Gemma Tarafa –cerca a Ada Colau– harían tándem en la cúpula del partido.
Les acompañarán las que han sido las caras visibles de los comunes en los últimos años, como Joan Mena como coordinador adjunto, y Aina Vidal o Gerardo Pisarello como portavoces. La candidatura no tendrá rival, porque finalmente nadie más ha presentado una lista alternativa ni en la ejecutiva ni en el consejo nacional. Los sectores más cercanos a los actuales dirigentes de Catalunya En Comú defienden que responde a los relieves naturales disponibles dentro de los cuadros de Catalunya En Comú y fuentes de la formación insisten en que, más allá de no haber hecho grandes cambios, la voluntad es trabajar de manera más lectiva en esta nueva etapa. Sin embargo, el anuncio de Albiach generó malestar en otro sector de la formación, también impactada por el caso Errejón que ha dejado a Sumar inmersa en una crisis profunda.
Malestar en un sector del partido
¿Por qué generó malestar el anuncio de Albiach? En primer lugar, porque la lista avanzada todavía tenía que pasar los trámites de cara a la asamblea y el plazo para presentar otros todavía estaba abierto; y, en segundo lugar, porque, según diversas fuentes consultadas por el ARA, previamente hubo movimientos internos por parte de la dirección para que sólo hubiera una única candidatura, como finalmente ha ocurrido.
En este punto, las fuentes tienen opiniones distintas: algunas lamentan que hubo presiones a los dirigentes que levantaron la mano para plantear alternativas, mientras que otras consideran que se "consensuó" a cambio de incluir en la ejecutiva, formada por una cuarentena de personas, mayor presencia territorial. Pero, incluso dentro de este sector más favorable a la candidatura oficial, se admite que la propuesta final no contenta a todos. ¿Por qué? Porque, según diversas fuentes, no satisface las expectativas de renovación que planeaban sobre la asamblea como fórmula para asumir responsabilidades por los malos resultados en el último ciclo electoral. López, diputada en el Congreso y concejala en Castelldefels, es coordinadora nacional de los comunes desde el 2018, y Tarafa ya formaba parte de la ejecutiva de Xavier Domènec en el 2015.
Por lo que se refiere a Albiach, sale de la coordinación pero se mantendrá al frente del grupo parlamentario, una decisión que ha tomado tras poner a disposición su cargo a raíz de los malos resultados a las catalanas. Según las fuentes consultadas, la gran mayoría de las bases le pidieron que se quedara, especialmente en el consejo nacional de los comunes donde se presentó el acuerdo para investir a Salvador Illa, del que el partido hace una muy buena valoración.
Trascender el área metropolitana
Precisamente otro de los frentes abiertos para los comunes es la carpeta territorial. Después de haber perdido la alcaldía de Barcelona y la representación en municipios donde históricamente habían tenido representación, como Terrassa o Santa Coloma de Gramanet, la dirección asume como prioridad reforzar el partido de cara a las municipales de 2027. No es casual que , en este sentido, destaquen como "municipalistas" los perfiles de Tarafa -concejala en Barcelona- y de López, que fue alcaldesa de Castelldefels entre 2015 y 2017 y también es vicepresidenta de la Diputación de Barcelona.
Sin embargo, hay sectores de la militancia que han echado de menos que las hasta ahora caras visibles de la formación pisaran más territorio (también fuera de campaña) y pusieran en común con las agrupaciones los retos de la organización y principales debates que han habido de afrontar (por ejemplo, la relación con Podemos o la decisión de situar a una candidata paracaidista, Lilith Verstrynge, como número 4 por Barcelona en generales). Fuera de la provincia de Barcelona, a este debate se añade el del discurso de los comunes en cuestiones con diferente recepción y repercusión en Barcelona que en Lleida, Gerona o Tarragona –donde tienen la alcaldía de Tortosa, liderada por Jordi Jordan, pero perdieron al diputado que tenían en las últimas catalanas después del pulso por el Hard Rock–. Un ejemplo es el posicionamiento sobre la ganadería, el campesinado y la sostenibilidad o el transporte público. "Ha habido un abandono del territorio. No se han volcado ni recursos, ni relato, ni presencia", lamenta una exdirigente del partido desde Lleida.
Las familias
La marcha de Ada Colau también reabre el debate de cuál es el peso que cada uno de los espacios que forman parte de Catalunya En Comú deben tener dentro de la formación, y que ya llevó alguna fricción con otros cuadros a las listas a las catalanas. A pesar de la despedida de Colau, Barcelona En Comú se mantiene en el núcleo duro con Tarafa en la coordinación; cuadros de la extinta ICV, como López, Urtasun y Vidal, siguen en una posición de peso, y Esquerra Unida tendrá a Joan Mena en el hueso de la dirección. Sin embargo, fuentes de la actual ejecutiva quitan hierro a estos equilibrios y admiten que es más bien la representación territorial lo que ha generado tensiones. Las mismas fuentes confirman que, de cara a la asamblea, no está sobre la mesa modificar el código ético de los comunes en cuanto a las limitaciones de mandato que podrían dificultar que algunos de estos dirigentes volvieran a presentarse a futuras elecciones.
El peso de las familias dentro del espacio, sus posiciones respecto a Sumar, ahora en plena crisis por el caso Errejón, o el continuismo en el liderazgo del partido podrían hervir la asamblea de los comunes de noviembre. Ahora bien, nadie espera una quebradiza ni una guerra abierta y pública como la de ERC, e incluso las fuentes más críticas tienen la esperanza de que la nueva dirección lo lleve como un toque de aviso de cara al próximo mandato, donde reclaman más transparencia y contar más con las bases a la hora de tomar decisiones. Fuentes de la actual ejecutiva aseguran que toman nota y que, más allá de los nombres más conocidos de la próxima cúpula, habrá un aparato de dirigentes canteranos, desconocidos para el gran público, dedicados al partido. "Se renovarán los mandos y haremos autocrítica", prometen.