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Junts, el cambio y "la hora de los adioses"

Jordi Turull y Carles Puigdemont en una reciente imagen.
25/10/2025
5 min

MadridPor una vez, toda la atención del Madrid político no está centrada por unos días en la actividad de los tribunales. Ahora interesa prioritariamente qué hará Junts con sus siete votos en el Congreso lo que quede de legislatura. La decisión debería tomarse este lunes, 27 de octubre, en Perpiñán, donde se reunirá la dirección del partido presidido por Carles Puigdemont. La expectación es máxima después de que la portavoz de la formación, Míriam Nogueras, dedicara la parte final de su discurso a la cámara, el pasado miércoles, a decir que "quizás debería hablarse menos de cambios de horarios y empezar a hablar de la hora del cambio".

Un mensaje algo críptico, por qué no dice ni cuándo ni cómo, al que Pedro Sánchez respondió unas horas más tarde con otra frase dedicada al intercambio de advertencias. El líder socialista pidió a Junts que sepa distinguir entre un cambio para "avanzar" y otro para "involucionar", si la transformación del escenario debe ser en beneficio de PP y Vox. Una escena, en definitiva, que nos recuerda las imágenes de los boxeadores que llegan al ring dando puñetazos en el aire y diciendo que el rival se debe ir preparando para la paliza que recibirá. Todo mucho del gusto de la política que se hace ahora, infinita fuente de inspiración de los guionistas de programas como el Polonia, por la facilidad con la que se puede encontrar la versión cómica de este tipo de situaciones.

Ahora bien, convendría que esta vez no todo quedara en una mera representación. Juntos hace bien en buscar protagonismo, pero debería evitar decepcionar. No se puede pasar la legislatura diciendo que viene el lobo para después dar la vuelta sin morder ni llevarse nada a la boca. Y tampoco puede apretar fuertemente las mandíbulas para obtener como resultado la pérdida de todos los dientes. Dicho de otro modo, lo que no sirve para nada es pasarse todo el verano y el inicio del nuevo curso en septiembre anunciando un otoño de bombones con asombro para acabar apareciendo con la bandeja vacía. La imagen de esta reunión en Perpiñán no puede quedarse en una fotografía de recuerdo y un regreso de unos hacia Waterloo y otros hacia Barcelona después de una agradable estancia en la capital del Rosellón. Ya bastó la insistente reclamación para que Sánchez presentara una cuestión de confianza en el Congreso y la retirada a última hora de esta iniciativa sin demasiadas explicaciones. Esto lo vimos en febrero pasado, y no parece que Junts obtuviera grandes beneficios de presionar a los socialistas con esta iniciativa, ni de desdicharse después.

Lejos de Jordi Pujol

Que Junts no es una formación socialdemócrata ya nos lo había parecido hace tiempo. Están muy lejos los años en los que Jordi Pujol hablaba elogiosamente del modelo sueco. Él mismo explicaba más tarde que no le había quedado más remedio que hacerlo así, en unos momentos en los que no debía renunciarse a voto alguno, ni siquiera a los del progresismo moderado. Ahora, la alianza que permitió la investidura de Pedro Sánchez debía registrar grietas tarde o temprano, porque es difícil que socialistas y junteros vean igual cómo resolver el gravísimo problema del acceso a la vivienda o cómo debe ser el régimen fiscal aplicable a los autónomos, por ejemplo. La estabilidad del pacto dependía fundamentalmente de la aprobación y efectividad de la ley de amnistía y de los progresos que se obtuvieran en materia de autogobierno.

El balance en los dos capítulos mencionados es muy pobre. Aunque la norma sobre el perdón a los líderes del Proceso está teóricamente vigente, lo cierto es que no se ha aplicado al delito de malversación y Puigdemont sigue sin poder volver a pisar territorio español libremente, porque persiste una orden de detención dada en todos los cuerpos de seguridad del país. Hay razones para pensar que el Constitucional dará amparo al líder de Junts, pero es incierto qué hará después el Supremo.

La sala penal que juzgó a los líderes independentistas aún podría dirigirse a la justicia europea para cuestionar la aplicación de la ley de amnistía. Es cierto que, como dice Sánchez, no está en sus manos conseguir ahora mismo que se cumpla la voluntad del legislador sobre esta norma. Juntos puede tener la convicción de que se ha jugado con el ritmo de las decisiones judiciales sobre la mencionada ley, pero el gobierno no podría hacer mucho más para asegurar la plena aplicación de la amnistía en los próximos meses. Lo que debe plantearse Junts es cuál sería el pronóstico de lo que queda del mismo procedimiento con un gobierno dirigido por el PP y condicionado por Vox, como pronostican muchas encuestas.

Éste es el sentido de la palabra "involucionar", utilizada por Sánchez para referirse al riesgo que plantean las advertencias de los junteros sobre la posibilidad de que haya llegado "la hora del cambio" o, si queremos utilizar una fórmula bien tradicional, "la hora de los adiós". Ya sabréis que el origen de esta expresión es una canción popular escocesa. La tercera estrofa de la versión más utilizada en catalán dice: "No es un adiós para siempre / es un adiós por un instante; / el círculo reharemos/ y hasta tal vez sea mayor". Por lo que dicen las encuestas, este mayor pronóstico del círculo parecería ahora dudoso. La original escocesa lo hace ir de otra forma. La letra habla de dos viejos amigos, y dice: "Los dos hemos desterrado la corriente / desde el mediodía hasta la cena / pero anchos mares han rugido entre nosotros / desde los viejos tiempos". Esto que "anchos mares han rugido entre nosotros" parece una descripción más ajustada a la realidad. Habría que añadir que los rugidos han aparecido "entre nosotros", pero tanto o más "a nuestro alrededor".

El gobierno español ha querido reaccionar a la presión de Junts obteniendo una declaración conjunta con el gobierno de Alemania sobre la oficialidad del catalán en las instituciones europeas. Ambos se comprometen a abrir un diálogo para obtener ese objetivo. Es interesante pero puede ser el inicio de un camino con un punto de llegada incierto. Veremos qué sale de Perpiñán, pero el primer paso debería ser aclarar qué ocurre con los presupuestos. Si no se aprueban, crecerán las especulaciones sobre elecciones antes del verano. El PP, que las quiere mañana mismo desde el inicio de la legislatura, está sufriendo bastante por varios lados, como los de Extremadura y Andalucía. Sánchez tendrá a partir de ahora más tentaciones de convocar a las urnas en el momento menos pensado.

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