Aliança Catalana ya asoma también al Ayuntamiento de Barcelona

BarcelonaAliança Catalana ya asoma también al Ayuntamiento de Barcelona. La segunda ola del barómetro municipal hecha pública este martes detecta un crecimiento exponencial de la formación de extrema derecha. Hasta el punto de que se sitúa como cuarta fuerza en intención directa de voto: un 3,9% de los encuestados responden que apoyarán al partido de Silvia Orriols cuando se les pregunta qué votarían en unas elecciones municipales en la capital catalana. Sólo por detrás del PSC, Esquerra y Barcelona en Comú, y por delante de Junts.

Aunque el barómetro municipal ofrece los datos sin cocinar y, por tanto, no hace proyecciones en concejales, la fotografía que muestra la encuesta hace pensar que Aliança podría tener un pie y medio en el plenario del Ayuntamiento. En sólo seis meses –los que han pasado desde que se hizo pública la primera ola del barómetro, en junio–, la formación de extrema derecha ha pasado de tener un 2% de intención directa de voto a casi doblar esta cifra, pese a que en estos momentos ni tiene candidato ni siquiera ha confirmado oficialmente que se presente en la capital catalana.

La primera teniente de alcalde, Laia Bonet, no ha escondido su preocupación por los resultados de Aliança, aunque les ha enmarcado en el aumento de las perspectivas electorales que esta formación tiene en todo el país. Bonet recordó que ahora ya hay dos concejales de extrema derecha en el consistorio de la mano de Vox, pero admitió que les preocupa "que el discurso del odio pueda ganar terreno en Barcelona". "No podemos hacer otra cosa que seguir dedicándonos a buscar soluciones a problemas como el precio de la vivienda, el coste de la vida y la convivencia en nuestros barrios", ha dicho.

La irrupción del partido de Orriols deja como principal damnificado Junts per Barcelona, ​​que tras ganar las elecciones del 2023 con Xavier Trias como candidato y un 13,5% de los sufragios, obtiene ahora sólo un 3,4% de intención directa de voto. Según el barómetro, la primera fuerza en los comicios de 2027 sería el PSC con un 12,1% de intención directa de voto. Sin embargo, los socialistas también tienen motivos de preocupación, ya que en el anterior barómetro obtenían un 16,1%. Un retroceso de cuatro puntos en tan sólo medio año.

Sin embargo, Bonet ha subrayado que el barómetro "confirma una tendencia de las últimas oleadas" que sitúa "clarísimamente" al PSC como primera opción de voto en la ciudad. Además, ha remarcado que el gobierno municipal obtiene buenas puntuaciones tanto en lo que se refiere a valoración de su gestión –un 61,9% lo aprueba, y un 45,7% de esta cifra la considera buena o muy buena– como en cuanto a la puntuación que obtiene el alcalde, que consigue su mejor nota hasta ahora con un 5,2.

Izquierda, segunda fuerza

Por primera vez en este mandato, como segunda fuerza –siempre teniendo en cuenta la intención directa de voto– aparece Esquerra, con un 7,8% de los encuestados que optan por la papeleta de los republicanos, tres décimas por encima de junio. Por detrás estaría Barcelona en Comú, que cae un punto respecto al barómetro de hace seis meses y se queda con un 6,9% de su intención de voto. PP y Vox se mantienen prácticamente idénticos a la encuesta anterior, con un 2,4% y un 2,1%, respectivamente. La CUP, por su parte, obtiene un 2,3%, cuatro décimas por debajo de hace medio año. Destaca, sin embargo, que hasta un 43,2% de los encuestados no tienen el voto decidido o no quieren decirlo.

La encuesta, basada en 803 entrevistas telefónicas entre el 17 y el 25 de noviembre del 2025, pregunta también por la valoración de líderes. En este campo existe un triple empate entre el alcalde, Jaume Collboni, y los líderes de Junts y de ERC en el Ayuntamiento, Jordi Martí Galbis y Elisenda Alamany, los tres con un 5,2. Ahora bien, mientras el alcalde tiene un índice de conocimiento de un 83,8%, la dirigente republicana se queda en un 41,1% y al dirigente juntero sólo le conocen un 18,8% de los encuestados.

La vivienda repite como principal preocupación

Como ya ocurrió en el barómetro de junio, la vivienda vuelve a ser el principal problema de la ciudad para los encuestados. Un 32,8% de los ciudadanos lo considera el primer quebradero de cabeza de los barceloneses, casi tres puntos más que en junio (29,9%). En segunda posición se encuentra la inseguridad, que tras algunas oleadas retrocediendo sube 2,1 puntos, hasta situarse en un 25,2%. En tercer lugar se sitúa la preocupación por la limpieza, escogida como el principal problema por un 6,8% de los encuestados –1,7 puntos por encima de junio–. El turismo, que era tercero hace seis meses con un 9,8%, cae hasta la quinta posición, con un 4,1%.

En paralelo al ascenso de Aliança Catalana, en este barómetro se consolida otra tendencia que ya se había ido apuntando en anteriores encuestas. Los "problemas relacionados con la inmigración" siguen como el cuarto punto que más preocupa a los barceloneses, con un 6% de los encuestados situándole como el principal problema de la ciudad. En las últimas ediciones del barómetro del Ayuntamiento de Barcelona ya había ido creciendo, y en la última ola un 5,7% de los ciudadanos la situaba como preocupación. Hace un año eran un 4,3% de los barceloneses quienes le apuntaban.

Aval en el tranvía

Entre las noticias positivas que deja la encuesta para el gobierno municipal se encuentra la aprobación de dos medidas por las que pregunta específicamente: el endurecimiento de las sanciones por incivismo y la conexión del tranvía por la Diagonal. En el primer caso, la encuesta –hecha antes de la aprobación de la nueva ordenanza de convivencia– indica que un 86% de los ciudadanos dicen estar bastante o muy acorde con endurecer las sanciones a las personas con comportamientos incívicos. En cuanto al tranvía, ese debate que en el pasado había dividido a la ciudad parece superado. Un 69,8% de los encuestados dicen estar muy o bastante acorde con la conexión del tranvía por la Diagonal, y sólo un 19,3% están poco o nada de acuerdo.