Casado y Ayuso, juntos de nuevo en la fiesta grande de Rajoy

Los dos líderes del PP se reencuentran después de mes y medio

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David Miró
3 min
Casado y Ayuso en un acto en Madrid.

MadridLa escenografía y la expectación recuerdan una de aquellas cumbres americano-soviéticas de la Guerra Fría. Decenas de cámaras y centenares de ojos esperan el momento en el que Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso se reencontrarán en público después de mes y medio. Habrá que analizarlo todo hasta el más mínimo detalle para intentar sacar después alguna conclusión política. El momento se produce justo después de la fotografía de familia con el anfitrión, Mariano Rajoy, y el resto de autoridades. Los dos se saben observados y hablan un rato. El lenguaje corporal, sin embargo, los delata. Están incómodos. Casado le pasa la mano por la espalda, a la manera de los caballeros clásicos con las damas. Pero Ayuso no es de las que se deja acompañar mucho, y rápidamente se aleja. El intento de aparentar normalidad ha fracasado.

Y eso que los equipos respectivos están completamente centrados en evitar la catástrofe. Un vídeo en el photocall muestra cómo Rajoy intenta que se pongan uno junto al otro, pero no lo consigue. Él tiene que ir en medio porque así lo marca el protocolo, según aclaran los servicios de prensa. No quieren que haya un incendio más grande. Las espadas, sin embargo, siguen en alto, y nada hace prever que Ayuso tenga que renunciar a su pretensión de liderar también el partido en la Comunidad de Madrid. La crisis, pues, sigue desangrando el partido a pesar de escenificaciones como la de ayer.

Eso sí, el acto es una demostración de la potencia del PP en la capital. La fila de coches oficiales en la calle Alcalá es inacabable, y el escenario, el Casino de Madrid, un club privado de lujo situado en un edificio modernista donde tan solo entrar ya queda claro quién va ganando la lucha de clases. Ahí el público que acude y los vips a los que Rajoy recibe personalmente se sienten en su ambiente. Aparte de los dos invitados mencionados, llega el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida; el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, y los exministros incondicionales del rajoyismo: Soraya Sáenz de Santamaría, Ana Pastor, Rafael Catalá, Íñigo Méndez de Vigo, Fátima Báñez, Ana Mato, Alfonso Alonso, etc.

A propósito de esto es que Rajoy presenta un libro titulado Política para adultos (Plaza & Janés), en el que afirma que quiere criticar el populismo, pero que básicamente es una revancha contra el 15-M y el sanchismo. Rajoy es mucho más ponderado que el presentador del acto, el periodista [sic] Carlos Herrera, que habla de “piojera intelectual” para referirse a la izquierda. El expresidente español empieza con unas palabras muy medidas, pero que no dejan ninguna duda: él apuesta por Casado (o “Casao”, como le dice), del que afirma que “tiene que asumir pronto la presidencia de nuestro país, por el bien de todo el mundo, incluso de los que no lo votan”. De Ayuso destaca que haya querido asistir al acto y remarca que “está aquí [en el acto] y ahí [a primera fila]”.

Nostalgia del bipartidismo

Al expresidente español no le gustan los personalismos, y por eso empieza con una confesión: “Yo fui presidente de España no porque sea listo, sino porque era del PP”. Un torpedo a la línea de flotación del ayusismo más pop. Y después reivindica cosas del pasado: el bipartidismo, el PSOE de Rubalcaba e incluso compañeros de partido salpicados por casos de corrupción como la desaparecida Rita Barberá o Paco Camps. Y la traca final: “Yo defiendo la monarquía y al rey Juan Carlos, atropellado injustamente y de manera inmisericorde”. El acto acaba con largos aplausos.

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