El choque por la luz amenaza la negociación presupuestaria entre PSOE y Unidas Podemos
El espacio violeta presiona a su socio llevando al Congreso una ley para crear un empresa pública de energía
MadridInesperada, la polémica alrededor del elevado del precio de la luz se ha instalado en el gobierno español convirtiéndose en el primer choque dentro de la renovada coalición. El septiembre ha llegado y lo más habitual sería que los presupuestos generales del Estado fueran el principal reto del ejecutivo, pero la factura eléctrica ha hecho saltar por los aires los planes iniciales. Las conversaciones entre PSOE y Unidas Podemos sobre las cuentas no han empezado y el espacio violeta ya piensa en cómo poner presión a esta negociación a través del conflicto de la luz. Las divergencias se han expuesto públicamente y Unidas Podemos ha decidido presionar a su socio presentando una ley en el Congreso para crear una empresa pública de energía.
El portavoz en el Congreso, Pablo Echenique, y el diputado Juantxo López Uralde han comparecido para explicar la iniciativa, comunicada este mismo jueves al PSOE, a pesar de que el posicionamiento ya era conocido. La idea es que la nueva compañía de titularidad estatal, que se llamaría Producción Energética Española, asuma el derecho de uso de aguas a medida que fueran venciendo las concesiones de las centrales hidroeléctricas. Sería una medida “estructural” que a medio plazo podría controlar la producción de esta energía. Hace dos semanas el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, ya admitió que se estaba estudiando la creación de una empresa pública de energía. De hecho, no es esta la discrepancia entre los socios de gobierno.
Lo que los distancia son las medidas de impacto rápido. Unidas Podemos plantea intervenir el mercado eléctrico mayorista situando un techo máximo a la energía hidroeléctrica y un precio fijo a la nuclear. Respecte de la primera, Echenique ha recordado que en España ya se hace con las energías fotovoltaica y eólica. Sobre la nuclear, se quiere copiar el modelo francés. Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales, y Alberto Garzón, ministro de Consumo, enviaron hace unos días una carta a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, exponiendo estas propuestas. Unidas Podemos denuncia que todavía espera respuesta, pero Ribera ya dejó claro lunes en una comparecencia en el Congreso que se opone a la intervención del mercado. El pretexto es que está sometido a normativas europeas, pero desde el espacio liderado por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, defienden que es posible.
El movimiento en el Congreso
Que Unidas Podemos se haya decidido a hacer un movimiento en el Congreso para presionar al PSOE es sintomático de que la negociación dentro del gobierno no avanza como desearía. Especialmente, porque con el relevo de Pablo Iglesias por Yolanda Díaz en el ejecutivo se intentaba canalizar internamente las batallas de la coalición. Hace semanas, sin embargo, que ha quedado demostrado que con el tema de la luz la oposición ha sido pública, a través de los medios y en Twitter, y el pasado miércoles la propia ministra de Trabajo cogió el toro por los cuernos y fue explícita en una entrevista a Onda Cero.
La sensación en Unidas Podemos es que el gobierno no tendría que pedir “empatía” a las compañías eléctricas, como dijo Ribera, sino que puede actuar y que no lo está haciendo con toda la contundencia. En cambio, la parte socialista del gobierno defiende las medidas coyunturales tomadas hasta ahora: bajar el IVA, suprimir temporalmente el impuesto de generación eléctrica e impulsar dos leyes que en el momento de su implementación reducirían, según los cálculos del gobierno, un 15% el recibo de la luz. “Cuando alguien plantea una solución sencilla, seguramente agrava el problema”, ha aseverado Bolaños este jueves por la mañana en una entrevista a la Ser. Unas palabras que se han podido interpretar como un dardo a Unidas Podemos.
Además, la Moncloa insiste en que es una cuestión “compleja” que requiere pedagogía. La parte socialista del ejecutivo hace equilibrios entre la conciencia de la gravedad de la situación –el gobierno “se hace cargo de la preocupación social”, dijo Pedro Sánchez en la conferencia de inicio de curso político miércoles– y el convencimiento de que la ciudadanía no nota tanto en la factura el incremento del precio del megavatio/hora, que este jueves ha llegado al récord de 140 euros y que el viernes baja a los 137.
Herramienta de presión
Para Unidas Podemos es una cuestión fundamental porque afecta a un bien básico sobre el que las empresas están obteniendo un rendimiento desmesurado. Si el año pasado ya arrancó un compromiso del PSOE –de momento incumplido– para limitar los precios del alquiler con una nueva ley de vivienda en plena negociación presupuestaria, esta vez la herramienta de presión será el problema de la luz.
Habrá que ver con qué fuerza y qué margen para situar líneas rojas se presenta el equipo negociador de Unidas Podemos. En el ministerio de Hacienda reina el optimismo sobre las cuentas porque la voluntad de los dos socios es sacarlos adelante teniendo claros los potenciales aliados. Hace menos de un año, a principios de noviembre, una delegación de Cs mantenía una reunión con María Jesús Montero para explorar posibles acuerdos de cara a los presupuestos.
Si todavía hay que acercar posiciones entre socios de gobierno, todavía más lejos quedan los pactos con Esquerra, el PNB o EHBildu. Los republicanos querrán incidir en la negociación con la mesa de diálogo, los abertzales con la reforma laboral y los nacionalistas vascos con el traspaso de la gestión del ingreso mínimo vital.