HORIZONTE ELECTORAL

Compromís per Catalunya: el intento fallido de Iceta para ensanchar la base el 14-F

Las resistencias en el PSC y la falta de entendimiento en el centroderecha torpedinaron la idea de una lista más transversal

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MARC TORO / ANNA MASCARÓ
5 min
La ejecutiva del PSC, con Miquel Iceta al centro, el diciembre durante el 14è congreso del partido GERARD ARTIGAS / ACN

Barcelona15 de diciembre del 2019. Miquel Iceta acaba de revalidar el cargo de primer secretario del PSC y se dirige a la militancia con una propuesta para consolidar el crecimiento del partido en las urnas e intentar ganar las próximas elecciones: "Quiero tender la mano a autonomistas y federalistas, a todos los reformistas catalanes. Queremos hacer una coalición que reúna a todas estas fuerzas para hacer cambiar de rumbo la Catalunya de hoy en día". Los contactos con varias formaciones, especialmente del centroderecha, arrancan desde ese mismo momento, pero no es hasta prácticamente un año después cuando llegan las negociaciones formales. 28 de octubre del 2020, La Vanguardia: “El PSC explorará una alianza con Units, la Lliga Democràtica y Lliures”. Dos meses después, ese titular acababa en nada: la alianza con Units, el partido de Ramon Espadaler, se cerraba con los mismos términos que en 2017, y los partidos de Astrid Barrio y Antoni Fernández Teixidó no aparecían en las listas del PSC. A través de una decena de fuentes conocedoras de las negociaciones, el ARA reconstruye el intento fallido de crear Compromís per Catalunya, el paraguas que Iceta había ideado para sumar a los tres partidos y figuras independientes a su candidatura.

Las conversaciones para explorar una posible alianza con el llamado catalanismo moderado podrían ser la crónica de un fracaso anunciado. Un día después de que trascendiera la primera reunión a cuatro, que tuvo lugar el 30 de octubre, el interés mediático que levantó el posible entendimiento se demostraba inversamente proporcional al calor que recibió entre las filas socialistas. Iceta, acompañado de Salvador Illa y Eva Granados, se reunió de manera telemática con los primeros secretarios de las diferentes federaciones del partido. Tal como explicó entonces el ARA, en el encuentro hubo dos intervenciones que cuestionaron el acercamiento a Lliures y la Lliga. El diputado y líder del PSC en Barcelona, Ferran Pedret, advirtió de la posibilidad de confundir o desorientar al electorado con un desplazamiento de la oferta del partido hacia la derecha, mientras que el primer secretario del Vallès Occidental sur y secretario de coordinación territorial del partido, José Luis Jimeno, expresó la incomodidad de sumar con fuerzas conservadoras más allá de Units. A estas opiniones, compartidas posteriormente en privado por otros líderes territoriales y miembros del grupo parlamentario, se sumaba el rechazo de los cuadros a una mayor competencia en las listas.

El planteamiento de Iceta, según señalan varias de las fuentes consultadas, tampoco acababa de convencer a Illa ni a Granados, pero ninguno de los dos puso objeciones a la idea del primer secretario y la primera reunión para tratar de acercar posiciones entre las partes se celebró con presencia de ellos dos –telemática en el caso del ministro de Sanidad– en el despacho de Iceta de la sede del partido en la calle Pallars. Teixidó asistió en representación de Lliures, Barrio y Josep Ramon Bosch en nombre de la Lliga y, por parte de Units, Espadaler. El ex líder de Unió, partidario de reeditar la alianza bilateral con los socialistas que el 21-D ya le dio el tercer lugar en la candidatura –una decisión tomada después de que fracasaran las conversaciones con el entorno del grupo de Poblet–, jugaba con ventaja: Iceta le había dado la palabra de que el pacto con Units podría mantener una naturaleza diferenciada de la que buscaría con los otros dos partidos. 

Si el encuentro fue un viernes, el lunes se estrenaba una pregunta en la rueda de prensa al PSC que desde entonces se repetiría cada semana por los periodistas: “¿Cómo van las negociaciones?” Iceta dio la primera respuesta –y la única con novedades desde entonces– dejando claro que solo se estaba explorando un posible entendimiento y que, en todo caso, el PSC descartaba formalizar un pacto en forma de coalición. Esta misma premisa, que no gustó a la Lliga y Lliures, es la que había trasladado tres días antes a la reunión con los partidos, pero también les pondría sobre la mesa una propuesta alternativa por escrito para sumarse a la lista del PSC: articular un paraguas de formaciones y personalidades independientes, también de perfil más progresista o ecosocialista, para crear la candidatura PSC - Compromís per Catalunya. Una fórmula que, a pesar de que diferente formalmente, recuerda al instrumento Ciutadans pel Canvi que ayudó a Pasqual Maragall a llegar a la Generalitat.

La idea no cuajó de entrada, puesto que Teixidó y, especialmente, Barrio y Bosch, apostaban por la idea de la coalición –con la cual buscaron sin éxito la complicidad de Units–, pero las cuatro partes se emplazaron a un segundo encuentro más adelante para tratar de encontrar otras fórmulas. La nueva cita se aplazó varias veces por motivos de agenda y, finalmente, se produjo con los mismos interlocutores y en el mismo lugar el 28 de noviembre. A pesar de que todavía faltaba un mes para que se anunciara el cambio de candidato de Iceta por Illa, hacía once que el ministro había aceptado la propuesta del primero de ponerse al frente de la lista, una operación pactada con Pedro Sánchez en la Moncloa. La novedad, que se llevó con extrema discreción, no se explicó en la reunión, pero los representantes de Lliures y la Lliga tuvieron la sensación a posteriori de que eso lo cambió todo. Ese segundo intercambio de impresiones no sirvió para cerrar un acuerdo, no hubo más encuentros a cuatro y, a partir de entonces, los tres partidos del centroderecha pasaron a despachar bilateralmente con Illa.

Según fuentes de Lliures, el también secretario de organización del PSC les trasladó que los cuadros del partido no acababan de ver el entendimiento y no se llegó ni a hablar de incorporar figuras como Teixidó a la lista. Según fuentes de la Lliga, por el contrario, se les puso sobre la mesa la posibilidad de incorporar una o dos figuras del partido a la candidatura, que podrían haber sido Barrio –que, a pesar de la discrepancia de fondo, era vista con buenos ojos en las filas socialistas– y Sílvia Requena, abogada ex dirigente de CDC. Oficialmente, sin embargo, no se habló de nombres ni de posiciones concretas, y desde la Lliga rechazaron una oferta que encontraban insuficiente y que les restaba visibilidad. La sensación que quedó en las filas del partido, que se reunió por última vez con Illa a finales de diciembre –cuando Units reeditó el pacto a dos–, era la de haber perdido el tiempo fruto de un cambio de estrategia en el PSC para impulsar una campaña de reivindicación del gobierno de la Moncloa con el objetivo de captar los votos de Cs de la corona metropolitana.

Esta teoría se reforzó el 30 de diciembre cuando se anunció el paso al lado de Iceta, pero varias fuentes socialistas niegan que ese cambio tuviera algo que ver con el destino de las negociaciones y apuntan a las resistencias internas como el principal motivo por el cual no prosperaron. Ese mismo día, el consejo nacional socialista ratificó una lista sin miembros de Lliures ni la Lliga, con representantes de Units como en 2017 y con figuras para competir con los comunes como la escritora y exdiputada de Catalunya Sí que es Pot Gemma Lienas como número cuatro o el exfiscal Carlos Jiménez Villarejo cerrando simbólicamente la lista por Barcelona. Como en 2017, Iceta consiguió sumar a la lista figuras del catalanismo a izquierda y derecha, pero una vez más se quedó a medias del gran proyecto que proyectaba en diciembre del 2019 ante los militantes. La conclusión a la que llegó para poder aspirar al mismo objetivo, ganar las elecciones, fue menos ambiciosa pero con importantes consecuencias personales: había que dar un paso al lado. 

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