El Consejo de Europa alarga otra vez la mano al independentismo

BarcelonaLa lucha del independentismo en la esfera internacional está construida a través de múltiples batallas que a veces tienen desenlaces con gusto a victoria y otros con gusto a derrota. Dentro del primer grupo se podría catalogar el último informe del Consejo de Europa titulado La libertad en el discurso político: un imperativo para la democracia. El documento, al que ha tenido acceso el ARA, reclama un "nivel de protección" de este derecho "especialmente elevado para los políticos", también cuando "sus propuestas impliquen cambios en la Constitución" y lleguen a plantear "incluso la independencia".

Haciendo una lectura del documento desde una óptica catalana se hace difícil que el texto no evoque el conflicto entre Catalunya y el Estado. Sobre todo en el momento en el que se dice que aquellos políticos que sean "detenidos" por mandatos que "respeten los límites de la libertad de expresión" tienen que ser considerados "presos políticos" y tendrían que ser puestos en libertad "sin demora". En muchas causas judiciales vinculadas al Procés, el independentismo ha denunciado, precisamente, una vulneración de este derecho. Aún así, es importante señalar que el texto no hace ninguna referencia explícita a España, ni de mucho ninguna amonestación.

También es complicado no ver ninguna referencia velada a Catalunya cuando se dice que una de las funciones de la "inmunidad parlamentaria" es precisamente la protección de esta libertad de expresión. Esta inmunidad ha sido invocada en algunos de los juicios más importantes del Procés –lo hizo, por ejemplo, la expresidenta del Parlament Carme Forcadell ante el Supremo– y también en algunos procesos todavía abiertos, como en el que se está juzgando por desobediencia a la mesa del Parlament de la legislatura anterior. Hasta ahora esta invocación no ha sido nunca atendida.

El documento bebe de otros pronunciamientos anteriores del mismo Consejo de Europa, como por ejemplo el conocido como informe Cilevics –nombre que hace referencia al socialista letón que lo promovió–, que en su día provocó mucho revuelo porque reclamaba la libertad de los presos políticos y abogaba por la reforma del delito de sedición, que ahora vuelve a estar en primera página por la negociación entre el PSOE y ERC. La diferencia es que el informe Cilevics fue aprobado por la asamblea parlamentaria de este consejo, mientras que el documento sobre la libertad de expresión ha sido promovido por la secretaria general, la croata Marija Pejčinović Burić.

El matiz es importante como mínimo para la representante de ERC en la asamblea, Laura Castel, que defiende que el nuevo documento es "especialmente relevante" porque la secretaria general "es la representante más política del organismo". "El informe afirma que la libertad de expresión ampara la promoción de cambios constitucionales, pacíficos y democráticos, y entre estos cambios el texto incluye la promoción de la independencia en una región europea", resuelve la también senadora republicana.

Los límites: discriminación y violencia

El Consejo de Europa hace una defensa encendida de la libertad de expresión, pero también avisa de que no es ilimitada. Excluye, por ejemplo, las declaraciones que sean discriminatorias, puesto que su contenido está en contradicción con el Convenio Europeo de Derechos Humanos. También avisa de que en ningún caso se pueden tolerar aquellas manifestaciones que amparen o inciten la violencia.

¿Y ahora qué? Este nuevo informe difícilmente provocará el mismo impacto que en su día provocó el firmado por Cilevics, pero sí puede ser de interés para los líderes independentistas que han elevado a Europa –al Tribunal Europeo de Derechos Humanos– sus respectivas condenas del Estado vinculadas al Procés. Si una de las líneas de defensa es que el Estado vulneró su libertad de expresión cuando fueron condenados, el documento del Consejo podría ser un aliado en esta lucha. No es garantía de acabar con gusto a victoria, pero podría ayudar. Solo el tiempo lo dirá.