La mano derecha de Mazón se niega a explicar dónde estaba el presidente la tarde de la dana

El conseller de Educación evita la autocrítica: "¿Yo debo velar por los 500.000 alumnos y los 80.000 docentes?"

El secretario autonómico del gabinete del Presidente y Comunicación y mano derecha de Carlos Mazón, José Manuel Cuenca, esta tarde en el Congreso de Diputados.

Barcelona / ValenciaEl jefe de gabinete y mano derecha de Carlos Mazón, José Manuel Cuenca, ha apoyado al expresidente y se ha negado a contestar a muchas preguntas durante la comisión de la dana en el Congreso aduciendo que los detalles que podía aportar a la investigación ya los expresó a la juez instructora en su declaración como testigo de hace unos días. Así, el también periodista no ha querido aclarar dónde estaba el entonces jefe del Consell la tarde de la dana tras salir del restaurante El Ventorro y acompañar a continuación –según su relato– a la comunicadora Maribel Vilaplana en el aparcamiento para acudir al Palau de la Generalitat y marcharse finalmente al Cecopi, donde llegó a las 20:28 h. "Estas cuestiones no tienen nada que ver con la comisión", remachó en un interrogatorio tenso y crispado en el que Cuenca llegó a afirmar lo siguiente: "¿Qué tengo yo que ver con la emergencia?".

También ha negado las acusaciones hechas por la exconsejera Salomé Pradas el domingo en una entrevista en el programa Salvados, en el que dijo que recibió instrucciones de no molestar al ya expresidente valenciano el día de la catástrofe. Cuenca ha dicho que no recuerda estas palabras, pero que considera "muy normal" que en la conversación telefónica que mantuvo con la exconsejera a las 13.20 h le dijera que la entonces jefe del Consell podía atenderla porque tenía diferentes actos y que para cualquier cosa que necesitara contactara con ella. Pradas deberá comparecer el próximo 15 de diciembre en el Congreso, según ha anunciado este lunes la mesa de la comisión.

Cuenca reiteró que el almuerzo de Mazón con Vilaplana fue un encuentro de trabajo con el objetivo de ofrecerle la dirección de À Punt. Se trata de una versión que confronta con que Vilaplana ya rechazó la oferta dos semanas antes, como avanzó el ARA. Cuenca ha dicho que las comidas como éstas no tienen horario y que, según los temas de los que haya que hablar, se alargan más o menos. Con el mismo secretismo, y sobre la ausencia de Mazón en el Cecopio en las horas más trágicas, Cuenca insistió en que ningún cargo del departamento de Emergencias le reclamó la presencia del presidente. "Yo garanticé que el presidente siempre estuviera localizado, permanentemente, por si podían requerirlo en algún momento por la emergencia", se ha defendido.

Minutos antes y en respuesta a la pregunta sobre si él tenía algo que ver con la conferencia de prensa que celebró Mazón el pasado 29 de octubre, en la que envió un mensaje tranquilizador a la población, dijo que esta información venía de la conselleria de Justicia e Interior. De la misma forma, admitió que compartía un grupo de WhatsApp con Pradas y el número dos de Emergencias, Emilio Argüeso, que se constituyó en verano por los incendios, pero que el día de la gota fría no se intercambiaron ningún mensaje. También negó que ordenara manipulación de los audios de Aemet que la justicia investiga.

Sin autocrítica

Previamente, el conseller de Educación, José Antonio Rovira, señalado por la comunidad educativa para desentenderse de la gestión de las escuelas e institutos el 29 de octubre de 2024 y por la tardía recuperación de los centros después de la catástrofe, también compareció en la comisión. Ese fatídico día de ahora hace un año, en plena alerta roja y cuando algunos municipios ya empezaban a sufrir las trombas de agua, el conseller no suspendió las clases. Pero no sólo eso: a las 13 horas pidió a su chófer que le llevara a su casa a comer, en el municipio alicantino de San Vicente del Raspeig.

El resultado fue que muchos centros educativos quedaron gravemente afectados y, en la mayoría de los casos, fue la propia comunidad educativa la que tuvo que limpiarlos. Si durante la dana se marchó a casa, Rovira tampoco hizo acto de presencia cuando un trabajador de la empresa pública Tragsa murió y otro quedó herido mientras realizaban labores de reparación en la escuela Lluís Vives de Massanassa, cuando una pasarela que conectaba dos edificios del centro se derrumbó. El Ayuntamiento ya había avisado, pero el conseller dijo que la escuela no tenía riesgo de derrumbe.

Con este historial, Rovira se ha presentado en el Congreso y ha pasado a la ofensiva sin hacer ningún tipo de autocrítica. "Velar por la seguridad no es una competencia de nuestra conselleria", respondió Rovira cuando la diputada de ERC Teresa Jordà le recordó el caso del director de un centro de Cheste que se quedó hasta el final en la escuela y murió volviendo a casa. Así, el conseller ha responsabilizado al director de regresar a Valencia. "Tomó una decisión desgraciada", afirmó sin inmutarse, antes de lanzar otro reproche aún más estremecedor. "Como conseller de Educació, ¿tengo que velar por los 500.000 alumnos y los 80.000 docentes?", se preguntó, entre la estupefacción de los portavoces de los grupos. "Usted es todo lo que no debería ser un conseller de Educación. Es un conseller que el día que más falta hacía, no estaba", le soltó la diputada republicana. La Asociación de Víctimas de la DANA ya ha reclamado su destitución. "Culpar a una víctima de su propia muerte es cruel, indigno y profundamente ofensivo", han denunciado las víctimas, que han concluido que "ningún cargo público puede justificar su incompetencia atacando la memoria de una persona que ha faltado".

El conseller de Educación valenciano, José Antonio Rovira, en la comisión de la dana en el Congreso.

"¿Es consciente de que si hubiera liderado políticamente y cerrado las escuelas, hoy Neizan y sus padres, y José, el director del instituto de Cheste, estarían vivos?", le preguntó también el diputado de Compromís Alberto Ibáñez, en referencia también a la muerte de unos padres y su hijo regresando de una escuela. Rovira, sin embargo, ha insistido en que la conselleria de Educación no tenía la responsabilidad de cerrar los centros, aunque es quien tiene la potestad de garantizar la seguridad de los centros. El conseller reconoció que no envió ningún tipo de comunicación a los centros ni al personal de su conselleria para avisarles de la alerta roja, y afirmó que son los ayuntamientos los que tienen las competencias para cerrarlos. De hecho, admitió que la primera circular que envió Educació a los centros educativos fue el 31 de octubre, dos días después de la catástrofe. También ha dicho que no recuerda si Pradas, responsable de las emergencias, les informó de ningún aviso meteorológico, aunque como dijo ella ayer en el Salvados, informó de la situación en la reunión del Consejo a primera hora.

Se marchó a su pueblo sólo por "cuestiones personales y familiares"

El conseller reconoció que abandonó Valencia a mediodía del 29 de octubre, pero culpó a la delegación del gobierno español de aquella decisión porque dijo que "el temporal se iba hacia Cuenca a las 18.00 h", la misma excusa que ha utilizado todo este tiempo Mazón. "Me fui con la falsa tranquilidad que nos trasladó la delegada del gobierno", reiteró, pero reconoció que su agenda en Alicante no incluía ningún acto institucional, sino que eran "cuestiones personales y familiares". Mikel Otero, de EH Bildu, le ha rebatido y le ha recordado que Bernabé, ese día, dijo que la alerta roja podía alargarse más allá de las 18.00 h porque se preveían lluvias durante todo el día.

"Si yo hubiera tenido información real de lo que pasaría, no me habría ido en ningún caso", ha dicho. En este sentido, ha asegurado que la prueba de esta supuesta carencia de información es que los ayuntamientos no convocaron sus Cecopal, y se obvió que es la Generalitat la responsable de enviar esta información a los consistorios. También admitió que nunca había leído el plan especial para las inundaciones, que deja claro que la responsabilidad la tiene la Generalitat, y no la delegación del gobierno español, como Rovira había afirmado previamente.

Sobre su ausencia tras la muerte del operario que reconstruía una escuela, el conseller se ha excusado diciendo que era "domingo" y estaba con su familia después de un mes de mucho trabajo. "¿Está diciendo que los consellers debemos estar siempre los sábados y domingos en nuestros despachos?", remachó el conseller.

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