La CUP se encomienda al poder local para recuperar fuerza el 14-F
Los cuperos apuestan por alcaldes y concejales como cabezas de lista
BarcelonaUn alcalde, dos concejalas (una de las cuales fue alcaldesa hace dos mandatos de la cuarta ciudad más grande de Catalunya) y un ex concejal de Lleida. Estos son los cuatro cabezas de lista de la CUP en las próximas elecciones, en una apuesta por el mundo municipal sin precedentes respecto a anteriores elecciones y que no se da en los puestos principales del resto de candidaturas. A pesar de ser una fuerza eminentemente municipalista, hasta ahora la formación anticapitalista nunca había situado a tantos cargos locales y con tanto peso en puestos de salida en las listas.
Más allá de la exalcaldesa de Badalona Dolors Sabater como presidenciable, los cuperos han situado al alcalde de Celrà, Dani Cornellà, como cabeza de lista por Girona -de segundo lo acompaña Ignasi Sabater, alcalde de Verges-; la concejala de Tarragona Laia Estrada como representante de las comarcas del sur, y el ex concejal de la Crida per Lleida Pau Juvillà como candidato en esta demarcación. Menos este último, el resto dejarán sus consistorios si son escogidos, puesto que los estatutos de la CUP impiden tener más de un cargo.
En 2017, solo Sànchez
En las últimas elecciones, la única concejala que fue cabeza de lista fue Natàlia Sànchez por Girona. Ni el presidenciable Carles Riera ni Mireia Boya, que habían entrado en media legislatura en sustitución de otros diputados, ni Xavier Milian, asesor de la CUP en el Ayuntamiento de Reus y después en la Diputación de Tarragona, habían sido representantes locales del partido asambleario.
En 2015 ninguno de los candidatos provenía del mundo local, a pesar de que en las municipales del 2011 fue cuando la CUP dio el gran salto adelante aumentando de manera notable su peso en ciudades y pueblos. Las personas escogidas fueron el periodista Antonio Baños como candidato a la Generalitat; el abogado Benet Salellas por Girona; Sergi Saladié, geógrafo y portavoz de la Coordinadora Anticementiri Nuclear de Catalunya (CANC), por Tarragona, y el historiador Ramon Usall por Lleida.
En los comicios del 2012, los primeros en los que presentó batalla en el Parlament, lo hizo de la mano de pilares de la izquierda independentista pero sin experiencia municipal como David Fernàndez; Lluc Salellas, ahora concejal de Girona; la historiadora Antònia Jarne por Lleida, y el dirigente de la CGT de Tarragona Jordi Martí.
Ante el retroceso que sufrió en las últimas elecciones catalanas, cuando pasó de diez diputados a cuatro, y sobre todo en las municipales del 2019, en las que quedó fuera de ciudades como Barcelona, Lleida y Mataró con un descenso total del 24,32% del apoyo, los anticapitalistas ya decidieron poner toda la carne en el asador y aprovechar el capital político de exdiputados como Mireia Vehí, Albert Botran -que fueron los que obtuvieron el acta- o Eulàlia Reguant para remontar el vuelo en su estreno en las elecciones españolas.
Recuperar el escaño de Tarragona
Si entonces los cuperos pusieron al frente de las listes a personalidades referenciales y conocidas tanto por el movimiento como por la sociedad, ahora también han apostado por situar a gente conocida en su territorio. El caso más evidente es el de Tarragona. Estrada, imputada en varias causas por haber participado en luchas feministas e independentistas, adquirió una gran popularidad cuando destapó el caso de corrupción Inipro que llevará al banquillo de los acusados al exalcalde Josep Fèlix Ballesteros y a otros concejales y cargos vinculados al consistorio tarraconense. Con ella al frente, la CUP quiere recuperar el escaño que perdió en 2017.
“Bebemos del municipalisme, es donde más trayectoria tenemos, y, por lo tanto, es normal que a la hora de configurar la candidatura se busque a personas referenciales en el territorio”, corroboran fuentes de la dirección, que se han fijado como objetivo duplicar el número de diputados.