La CUP planta Aragonès en la reunión para recoser la unidad independentista

Lo hace en protesta por la detención de cuatro personas en relación a un desahucio del año pasado

BarcelonaEste miércoles era el día en que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se había propuesto empezar a rehacer la unidad independentista, agrietada desde hace tiempo. No podrá ser. La CUP ha decidido plantar al presidente en la reunión que se tenía que celebrar en el Palau de la Generalitat, la primera de la ronda de contactos que quiere hacer Aragonès con los partidos y las entidades independentistas.

La formación anticapitalista ha asegurado en un comunicado que el motivo de su ausencia son las detenciones de cuatro activistas en defensa del derecho a la vivienda, que se han hecho por la mañana. Los Mossos d'Esquadra los han detenido por un desahucio en Barcelona del año pasado. La primera reacción de Presidencia ha sido anular la atención a los medios prevista para valorar el encuentro que tenía que hacer el mismo presidente de la Generalitat. Después, en un comunicado, ha lamentado "la negativa de última hora" de la CUP de asistir a la reunión y ha asegurado que el presidente insiste en "la importancia de reforzar la unidad independentista" a las puertas del primer aniversario de las elecciones del 14-F. También ha defendido que "el Govern está comprometido con el derecho a la vivienda, que es una prioridad de la legislatura".

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A pesar de que Aragonès arrancó el mandato con el grupo de la CUP en el Parlament como socio prioritario –se reunió con los cupaires para abordar la investidura incluso antes de que con JxCat–, la relación ha sido pedregosa desde buen inicio y no se ha recuperado nunca. El plantón de este miércoles es un nuevo ejemplo.

El guion previsto antes del plantón era que las diputadas de la CUP Eulàlia Reguant y Dolors Sabater fueran al Palau de la Generalitat para verse con Aragonès, pero finalmente no han llegado nunca a la plaza Sant Jaume. La CUP ha decidido suspender la reunión y las dos diputadas se han desplazado hasta Travessera de les Corts, delante la comisaría de los Mossos, donde estaban los cuatro detenidos. Allí han hecho piña con una cuarentena de activistas por el derecho a la vivienda que se han concentrado y han cortado la calle.

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El precedente

No es nuevo que la CUP y el Govern choquen por los desahucios. De hecho, el caso de este miércoles está íntimamente relacionado con un choque entre estos mismos actores del mes de mayo pasado. Aquel día, el día siguiente a que Aragonès tomara posesión del cargo, un polémico desalojo en el bloque Llavors del barrio del Poblo-sec provocó el primer conflicto, hasta el punto que varios diputados de la CUP se concentraron en contra de la actuación policial. Además, Arran ocupó la sede de ERC. Ocho meses después de aquellos hechos, los cuatro activistas que han sido detenidos esta mañana eran justamente algunos de los que participaron en aquella protesta en el Poble-sec.

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Así pues, la CUP, que tenía que comparecer en el Palau de la Generalitat después de verse con Aragonès, ha acabado convocando a los medios a las puertas de la comisaría de les Corts. Allí los cupaires han preferido no hacer declaraciones y han cedido la palabra a los activistas. Max Carbonell, de la comisión jurídica del movimiento por la vivienda, ha denunciado la "represión" del Govern y ha asegurado que los Mossos d'Esquadra han procedido a hacer las detenciones sin mandato judicial. "Es un aviso a navegantes para criminalizarnos", ha concluido. También ha hablado Bàrbara Roch (Endavant), que ha acusado al ejecutivo catalán de ser un "gobierno títere" de los especuladores. No es el único frente que la CUP ha abierto hoy contra el presidente. En un acto desde el Parlament, también han cargado contra el Govern por las acusaciones particulares contra manifestantes independentistas. "Ya basta, Pere Aragonès", ha denunciado Brian Bartés, que se enfrenta a 9 años de prisión por dos manifestaciones.

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La distancia se ensancha

Todavía no hace ni un año que arrancó la legislatura con la investidura de Aragonès gracias a los votos de la CUP, y desde entonces la distancia no ha hecho más que aumentar entre el president –y su partido, ERC– y la CUP. El último gran enfrentamiento antes de las detenciones de este miércoles había sido el no de la CUP a los presupuestos, que Aragonès replicó aparcando la cuestión de confianza a la que se había comprometido con los cupaires para la primavera del 2023. De hecho, el Govern se ha visto empujado a lo largo de la legislatura a practicar la geometría variable en el Parlament. Pactó la investidura con la CUP, pero los presupuestos con los comuns, y con el PSC la renovación del CAC, la CCMA y el Síndic de Greuges.

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Fuentes del Govern apuntaban este martes que la reunión de esta tarde tenía que ser un "punto de encuentro" con la CUP para intentar reconstruir puentes. Aquel punto de encuentro se ha convertido en el enésimo episodio de distanciamiento y fuentes de los anticapitalistas señalan que no tienen en la agenda una nueva fecha para recuperar la cita. Al margen de la CUP, Aragonès mantendrá la ronda de contactos prevista y se reunirá mañana con representantes de ERC y Junts, y el viernes con la ANC y Òmnium Cultural.