Desbandada en la dirección de la ANC

BarcelonaEl ANC vuelve a desangrarse. La mayoría de miembros del sector crítico que quedaban en la dirección comunicaron este lunes que dejan el secretariado, según ha podido saber el ARA. Su salida se produce después de que la semana pasada los socios validaran la reforma de los estatutos que abanderó la dirección capitaneada por Lluís Llach para evitar el bloqueo a la hora de tomar decisiones que ejercía esta corriente. No en vano, la reforma ha eliminado el requisito de ambos tercios para elegir un cargo orgánico, permite el retorno de antiguos secretarios e impide que la entidad pueda presentar batalla electoral. Unos planteamientos que los críticos rechazaban por considerar que hace perder a la Asamblea su carácter transversal y la búsqueda del consenso.

Tras una derrota sin paliativos con el apoyo del 75% de los asociados a la reforma estatuaria en la Asamblea General Ordinaria (AGO), algunas de las figuras más representativas de este sector han decidido dar un paso al lado y han enviado cartas de dimisión individuales al resto de miembros del secretariado. Es el caso de Albert Llorenç, Roser Campí, Àngels Digon, Chus Castillo, Roger Civera, David Miñana, Francisco Sabater, Núria Macià o Joan Mollà, el ideólogo de la lista cívica.No serán los últimos en dimitir, según confirman al ARA fuentes de esta corriente, que recuerdan que en los últimos días también han plegado otros dirigentes como Iolanda Alcázar o Daniel Lucas, también críticos.

A estas bajas hay que sumarle la salida de algunas de las caras visibles del nuevo partido independentista que se presentó hace un mes, De pie por la Independencia, que toma el relevo de la frustrada lista cívica que tumbaron a los socios por la mínima. Hablamos de Mariana Muchnik o Josep Punga, quien fue quien disputó la presidencia del ANC a Lluís Llach, que necesitó dos rondas para ser elegido porque no obtuvo precisamente los dos tercios que ahora han caído con la reforma.

La fuerza que tenían entonces los críticos, sin embargo, ya es cosa del pasado. Por ahora sólo resisten una decena de la treintena de secretarios alineados con la antigua dirección comandada por Dolors Feliu. Uno de ellos es Uriel Bertran, uno de los hombres fuertes durante el anterior mandato y gran valedor de la lista cívica. También sigue Josep Costa, el exvicepresidente de la mesa del Parlament por Junts, que pese a no ser del hueso de los críticos, siempre se ha mostrado muy reacio a las decisiones de la dirección de Llach. Sin embargo, es cuestión de tiempo que el exdiputado juntero también haga las maletas tras ser relegado de la dirección –pese a ser el segundo candidato más votado por los socios– y de varios encontronazos en las últimas semanas con el comité permanente de Llach, el órgano de gobierno reducido de la Asamblea.

Una baja también del sector de Llach

Ahora el comité permanente ya estaba íntegramente controlado por el sector del presidente del ANC, Lluís Llach, quien apostó desde un principio por copar todos los cargos de la dirección para evitar divergencias. "Todo o nada", sentenciaban miembros de este sector a las puertas de las elecciones al secretariado. Y el desenlace fue exactamente éste. Más allá de los cuatro cargos orgánicos que se escogieron el año pasado conLlach como presidente y Noemí Zafra como vicepresidenta, los otros nueve coordinadores son secretarios que se posicionaron en contra de la lista cívica. antes de la reforma de los estatutos de la semana pasada, se produjo una salida de una de las miembros del comité permanente. Se trata de Elisenda Romeu, la coordinadora de Movilización. La que fue portavoz de la sectorial de Personas Represaliadas de la Asamblea durante el anterior mandato ha presentado la renuncia, según ha confirmado a la ARA, alegando motivos personales. Desde el sector de los críticos, sin embargo, apuntan a desavenencias con la dirección, aunque ella lo niega y subraya que continuará como secretaria nacional y trabajando en su comisión.